A
plena luz de mediodía, llegamos a la Plaza de Puerto Colombia, donde hace
tantos años funcionaba la estación del ferrocarril, cuando este municipio era
la puerta del progreso en nuestro país. Las hojas se movían con la brisa que
refrescaba el lugar, avisando que habíamos entrado en territorio de mar y el
agradable ambiente de las calles porteñas nos dio la bienvenida al lugar. La Fundación
Puerto Colombia, epicentro del desarrollo artístico y cultural de esta
población, es el escenario donde nos citaríamos con Carlos Mario Caselles.
El
agradable clima de aquella mañana y la espera, que se prolongaba, invitaban a
caminar por los alrededores de la plaza; cruzamos dedos para que nuestro
entrevistado no llegara justo en aquel instante y partimos a conocer las calles.
El piso húmedo, el cielo despejado y las personas que salían de sus casas después
del aguacero, daban una sensación de tranquilidad, que nos hizo preguntarnos si,
tal vez, sería esta la razón por la cual tantas personas deciden establecerse
en este territorio y comenzar una nueva vida, alejados de las trajinadas actividades
citadinas.
Justo
en el momento en el que divisábamos el mar, yendo hacia el muelle, recibimos la
llamada de nuestro entrevistado. – ¡Rápido, chicas! – dijo con un tono apremiante;
corrimos hacia la plaza, imaginando que tendría un hambre voraz por la hora.
Con
la frente sudada por la prisa, llegamos a la fundación, emplazada en un edificio
con forma de octágono y techo alto; un joven de 26 años nos saludó amablemente
y nos invitó a ver la exposición que, en ese momento, ofrecía al público la
Fundación Puerto Colombia, en la cual Carlos Mario Caselles ejerce su labor como
Director de Comunicaciones, desde el 2012.
‘Entre
cielo y mar’ es el nombre que recibe esta colección de pinturas de Iguiflok, el
dúo conformado por la pareja de esposos Iván Flórez y Lorena Pájaro, y Alfonso
Hiram. Rodeados entre las obras de estos últimos, con líneas, formas definidas
y colores vivos, cuyo estilo se conoce como ‘Pop Caribe’, contrastadas con los
temas científicos y mitológicos que el astrónomo Alfonso Hiram plantea entre
sus creaciones, empezamos a platicar con Carlos Mario.
Estudió
Comunicación Social - Periodismo en la Universidad Autónoma del Caribe, al
igual que nosotras, hecho que nos permitió romper el hielo e iniciar una charla
amena. Entre un par de anécdotas, nos contó un poco de su vida de estudiante y de
cómo llegó a ser Director de Comunicaciones de la Fundación Puerto Colombia. El
arte, la cultura y la idiosincrasia de su región siempre fueron temas de
interés para este joven, que, desde temprana edad, supo que quería dedicarse al
desarrollo social y a la parte humana que asegura que debe haber en su
profesión. Porteño de nacimiento y de corazón, su fuerte sentido de pertenencia
lo ha llevado a comprometerse con su municipio, recordándole a su gente la importancia
del lugar donde viven.
“Esta es la puerta
de Colombia. Por aquí entró todo: el primer avión, los inmigrantes, el primer
carro, las primeras prendas de vestir”… “si tú no sabes de dónde vienes, no
sabes a dónde vas; por eso buscamos preservar y mantener la memoria histórica
de Puerto Colombia, por la importancia que tiene a nivel nacional y mundial”.
A Carlos le
gusta el tema social porque le gusta interactuar con la gente. Si pudiera,
complementaría la carrera con antropología, sociología o psicología,
disciplinas que, para él, van de la mano con la labor del comunicador social
para entender la realidad en la que vive. “Un periodista debe ser inquieto en
lo político, en lo social y en lo cultural, debe interesarse por la parte
humana que tiene su profesión porque nuestro campo de trabajo es la sociedad en
sí”.
Con mucha
satisfacción comentaba los logros que ha alcanzado la fundación al integrar a
toda la población y sus estratos socioeconómicos en un mismo fin: el arte. “Aquí
llega todo el mundo, esto es como el carnaval, a través de la cultura, en
especial, del arte, tú puedes involucrar a toda la población”. Mientras hablaba
de esto, varias personas, algunas de apariencia porteña y otras de aspecto
extranjero, entraban al lugar a ver la exposición. Entre esos, una mujer
vestida de blanco interrumpió la conversación para preguntar sobre el Festival
de Coros que la fundación tiene programada para el público en el mes de
octubre. Rodeados de los numerosos visitantes que se acercaban a apreciar el
arte del municipio, retomamos el diálogo con nuestro entrevistado. Carlos aboga
por el desarrollo de la cultura y del arte como elemento de cohesión entre los
diferentes grupos sociales de una población: “Aquí es muy simpático ver,
después de una exposición o de un ciclo de cine, al ejecutivo adinerado conversando
con el vendedor de pescado acerca de si le gustó la película o las pinturas que
vio, eso es muy bonito; si eso no es construir sociedad, entonces, ¿qué es?”.
Se acercaba
la hora en que la fundación debía cerrar sus puertas al público, y, entre
risas, Carlos nos comentó que tenía mucha hambre, así que nos enseñó las
últimas pinturas de la exposición, mostrando sus favoritas y dando una opinión
acerca de los temas que plantean los artistas en sus obras. Nos despedimos con
un cálido apretón de manos y, al salir, aprovechamos para retomar nuestro paseo
por el municipio.
Al son del
vallenato por las calles, observábamos, con envidia, a las personas sentadas en
sus mesas, almorzando con gusto, mientras que nosotras nos dirigíamos hacia el
muelle. Maravilladas por la brisa y la tranquilidad del mar porteño, escuchamos
a lo lejos una voz masculina declamando una poesía. Al voltearnos para
escucharla nos encontramos con un señor de unos 70 años, a quien llaman ‘El
poeta de Puerto Colombia”, él nos invitó a ver su libro de poesías y fue aquí
donde, casualmente, nos dimos cuenta de que este fue publicado por la Fundación
Puerto Colombia, y no solo eso, sino que, también, todas las ilustraciones de
los poemas del libro fueron hechas por Alfonso Hiram, uno de los pintores de la
Exposición ‘Entre cielo y mar’ que acabábamos de ver, y, para rematar, entre
tantas coincidencias, uno de los poemas de Ángel Medaglia, ‘El poeta de Puerto
Colombia’ estaba dedicado, nada más y nada menos, que a Carlos Mario Caselles,
de quien nos habíamos despedido hacía unos minutos, lo que demuestra que en este
municipio, que guarda la historia de Colombia en sus calles, todo se encuentra
conectado.
Muy bueno e interesante. Gracias por enaltecer la Cultura de nuestro Municipio. el cual aún toda la gente porteña no lo sabe valorar.
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