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viernes, 4 de octubre de 2013

PASIÓN, FIEBRE Y CORRUPCIÓN

Por Jaime Marcilla Estrada y Andrés Castaño

Desde que note que la Selección Colombia iba en forma creciente en la tabla de posiciones de las eliminatorias para el Mundial de Brasil 2014, a la misma vez comencé a imaginar que, en estos últimos partidos el estadio iba estar lleno, tanto así que se iban agotar las entradas. Si! Es verdad que el estadio metropolitano va estar como corraleja en Sincelejo, un 20 de enero, la diferencia es que en las corralejas los tiquetes de entrada suelen ser más económicos.

Como dijo un habitante en una estación de Transmetro, unos días antes del partido contra Ecuador,  “Uff que desconsideración con la gente pobre, ahora estamos como en los carnavales, los que van a la batalla de flores son los extranjeros y las personas ricas”. No estoy en contra de las personas con altos ingresos de dinero pero, lo que no tolero es la falta de organización que le dan a la venta de boletas en las diferentes taquillas, es así que hasta la fecha, solo queda menos del 30 % de las entradas, todas las tienen los revendedores.


Un tiquete para ingresar a las graderías sur y norte tienen el valor de 50.000 pesos, claro está, si la compras en los expendios estipulados por la Federación Colombiana de Futbol. Al parecer, lo anterior para un habitante del común en Barranquilla es muy difícil. A 22 días del próximo partido contra Chile, ya se pueden observar en la calle 79 con carrera 46, unas inmensas filas de revendedores que al parecer llevan familiares, amigos, para hacer la compra más extensa, ya que la firma Ossa y Asociados estipulo 4 boletas por personas, algo que no les conviene a los revendedores.

Siempre creí que eran ideas mías, que era yo el que no tenía el dinero para pagar el tiquete, al parecer no fue así; Carlos Grande un argentino, docente,  publicista y buen conocedor del futbol, estuvo de acuerdo conmigo al mencionar que, para entrar al estadio había que desnudarse en una de las emisoras populares de la ciudad. “jajajaja” me reí hasta llorar, si y tenía la razón con su comentario, una tiquete revendido llega a tener el precio de 300 mil pesos según su localidad.

Queda claro que  la entrada cuesta un ojo de la cara para los que no tenemos abundante dinero. Yo, como el presidente de la firma Ossa y Asociados, Ricardo Ossa, digo que el 90 por ciento de las personas que están comprando los tiquetes son revendedores, es más, me atrevo a decir que esto es un cartel, una empresa: está la persona que pone el dinero y contrata muchachos para realizar las extensas filas para así quedarse con toda la boletería. Que desgracia, en Bogotá y otras ciudades del país están esperando un error de la ciudad para atacarnos y miren como están actuando estas personas.


Estoy de acuerdo con el juego de la selección pero, el juego sucio que tienen estos bandidos revendedores no lo comparto, esperemos que la Selección Colombia tenga una mala racha para ir al estadio, o tomar las mismas sendas del profe Carlos Grande, que pesar con algunos de mis paisanos, se dejan manipular y no tienen cultura. Esperemos que, el panelista de Blu radio, Héctor Riveros, esta vez no diga nada, porque para él, Barranquilla no puede ser la casa de la Selección porque no tiene alcantarillado y es una provincia.

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