Por Eileen Guerra y Paula Pava
Durante tres
años de gobierno, el ilustradísimo presidente Juan Manuel Santos ha querido achacarle la responsabilidad a los
ex mandatarios de lo que hoy vive Colombia, pero, ¿qué está haciendo para
cambiar esta situación? Nada, empeorando el país, llenándolo de, crisis y
problemas, pasando por lo económico hasta llevarlo al sector agrario. ¿Como es posible que, prácticamente, están apartando lo que se
produce en Colombia?
Es que el poder, a simple vista, solo le interesa el ingreso de
producciones extranjeras para darse a conocer que, el país está “mejorando” en
cuando a las relaciones internacionales; sin embargo, no se dan cuenta la
atrocidad que le estan causando a los campesinos, que diariamente siembran para
sostenerse en medio de dificultades que este territorio les provee.
Este Gobierno repugnante no tiene derecho de enviar personal
para ir a los lugares donde habitan
estos campesinos, y pelear sin dolor contra ellos, ocasionándoles daños a familias completas, destruyendo las
pertenencias, y dándole muerte a aquellos que en su momento defendieron lo
suyo. El poder en estos momentos es como una víbora incesante que quiere acabar
con estas personas para tener el camino libre, y hacer lo que hace tiempo tenían
en mente.
Ese círculo de serpientes malolientes que no tienen alma, conjunto
de desagradecidos que, hoy por hoy , lastiman a los campesinos después de haberles
llenado el bolsillo, y que ahora quieren alejarlos de los que un día trabajaron
para llenarles las cuentas bancarias a las diferentes arpías que hoy envían a
tropas llenas de furia, sangre fría y ganas incesantes de acabar con cada uno
de los que se metan en el camino.
Durante este paro
han sido muchas las “caras de la moneda” que se han visto en el gobierno;
principalmente, si analizamos a una moneda como es Juan Manuel Santos, que cuando ya iban siete días de obstrucción,
muertos y heridos, él afirmaba que lo
que ocurría era solo cuestión de unos pocos que querían atemorizar al pueblo, y
que el paro agrario no existía.
Contradiciéndose
a esto, el 29 de agosto se pronunció, afirmando que de “esta tormenta
saldríamos”, pero si no existe una problemática, ¿qué es lo que quiere
solucionar? Es claro que nuestro primer mandatario se ha dedicado a gobernar a
un país ajeno a este, a tal punto que no es consciente o no asume ante el
pueblo, la gran crisis por la que estamos atravesando, y que no se da cuenta
que el pueblo está cansado de vivir de la pobreza y migajas que el gobierno les
da.
Vivimos en un
país, donde los agricultores y campesinos “van en crecimiento”, pero de deudas y
pobreza, porque al permitir tanto el paso de productos extranjeros, que son un
50% más económicos que el propio, ¿como se puede hablar de prosperidad?. Como
dice un periódico extranjero, el mandatario colombiano solo improvisa y comete
imprudencias que perjudican al país, no a esos que se llena el bolsillo con
dinero ajeno, sino a aquellos que los acusan de cometer un delito por cultivar
sus propias semillas, y que solo buscan una manera para vivir.
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