Por Annie
Hooker y Damary
Pizarro
La
imagen de Juan Manuel San se ha visto empañada mucho antes de él ser el
mandatario de los colombianos. Hablar de este personaje, es sinónimo de
vanidad, dinero y poder; esto diría un colombiano promedio que no conoce a
profundidad el perfil de quien gobierna
un país hundido en una desigualdad social, un mar de sangre y muertos.
Antes
del 2006, Santos Calderón era más conocido por hacer parte de una de las
familias más prestantes del país que por sus logros políticos. Dentro del
gremio político, se ponía en tela de juicio su criterio debido a sus cambios
continuos de partidos políticos ( primero del Partido Liberal, luego pasó al
Conservador, volvió al Liberal, lo abandona y para el 2005 funda el partido de
la U, donde apoya a Álvaro Uribe)
Para
el año 2006 es nombrado Ministro de Defensa, donde se le atribuyeron varios
logros militares, el más sobre saliente la Operación Jaque, en donde se puso en tela de juicio su
condición ética y moral por la forma en cómo se consiguió tal logro; al
parecer, para este personaje el fin justifica los medios.
Tras
la caída del referendo para la tercera reelección de Uribe, Santos, por ser su
mano derecha y el pollito que más plumas había echado, era el candidato que
presidiría el trono de Uribe Vélez, pero esto no lo lograría solo debido a su
imagen de político engreído, vanidoso y acaudalado, para esto usó la imagen de
Uribe, quien no temía untarse de pueblo y caminar sobre fango.
Aunque
desde épocas de campañas, Santos se ha rodeado de los mejores equipos de
relaciones públicas para mejorar su imagen ante el pueblo colombiano, sus
esfuerzos no han sido máximo debido a que esta siempre se ha visto en un sube y
baja constante, nunca se ha mantenido en una cúspide. Luego de quedar ante los
ojos del país como un traidor por no seguir con el mandato de Uribe, se le
añade su falta de pantalones frente a las diferentes situaciones de crisis:
Caso de La Haya, paro agrario, estudiantil, entre otros.
No
contento con los malos resultados de su gobierno, este Santos que no es santo devotado,
pretende la reelección para el año venidero; es por esto que varios ministros
de su gabinete han presentado la renuncia formal para darle un aire fresco y
juvenil que puedan ayudar a reformar la imagen de este gobierno incompetente.
Según la última encuesta, realizada por Gallup entre el 27 de Agosto y 2 de
Septiembre, la imagen favorable de nuestro presidente pasó del 48 al 21 por
ciento.
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