Por Juan Carlos Villa Peña y Miguel Quiroz
El 11 de septiembre es una fecha donde se conmemora un año más del golpe de
estado en Chile. Luego de 40 años, las víctimas y los daños causados son
incalculables e irreparables. Las
diversas investigaciones que se han adelantado al respecto, muestran las
dimensiones catastróficas que alcanzó la “revolución” comandada por Augusto
Pinochet. Los delitos perpetrados durante ese periodo, registran altos niveles
de impunidad y aún existen personas que reclaman por la vida de sus seres
queridos desaparecidos.
Hay que recordar que el golpe de estado en Chile se registra en un momento
de gran inestabilidad en Suramérica y Centroamérica. Muchas dictaduras
sangrientas se presentaron y agudizaron los graves problemas eternos de estas
dos regiones, como la pobreza y la desigualdad. Muchos de esas revoluciones
fueron impulsadas por Estados Unidos y su ambición de expandir su ideología a
cualquier precio como fórmula para contrarrestar al Socialismo, que tenía como
máximo exponente a la Unión Soviética, que a su vez estaba inmersa en la famosa
“Guerra Fría” con EE.UU.
Los regímenes que se presentaron en América latina en ese lapso, recibieron
asistencia económica y militar de Estados Unidos. Muchos especialistas de
guerra norteamericanos enseñaron técnicas de tortura y dotaron con armas a los
ejércitos dictatoriales, al tiempo que se exterminaba a todo aquel que se
considerara contrario a la ideología implantada. Se cuenta que los cadáveres de
los opositores eran envueltos en costales de papas y arrojados al mar.
En el marco de los 40 años de este hecho histórico, es necesario mirar
atrás y hacer una reflexión en procura de la no repetición de eventos como
este. El desconocimiento de nuestra historia nos puede conducir a alejarnos de
nuestra realidad. Ante esto, la Universidad Autónoma del Caribe invitó a la
investigadora chilena Lorena Antezana, quien nos aproximó a lo que vivieron los
chilenos con su conferencia “El olvido está lleno de memorias”, donde hizo un
repaso en primera persona de los horrores de la dictadura.
Cuatro décadas después, todavía se pueden percibir señales del holocausto.
La cifra de víctimas, según Lorena Antezana, supera los 40.000. Centenares de
personas salieron el pasado 11 de septiembre a las calles exhibiendo pancartas
que pedían justicia y reconciliación. Ojalá, cuando se cumplan 50 años del
golpe de Estado, la reconciliación sea un hecho.
Pobre chile y su dictadura q por varios años los han marcado
ResponderEliminarChile fue marcado, y ese sello que le pusieron le ha sido difícil borrar, ya que las secuelas todavía siguen recordando tan atroces gestos en contra de la vida humana.
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