Por: Vanessa M. Gil Castro, Sandy Monroy, Laura Díaz, Jonathan Rocha, Vanessa M. Gil Castro, Sandy Monroy.
María Camila López, como de costumbre, llegó esa mañana a su aula de clase. Eso fue como entrar al infierno. Ahí estaban Yesica Pérez y Andrea Gómez. Apenas Camila se sentó, una bola de papel le cayó en la nuca. Yesica Pérez soltó la carcajada enseguida. Ese acto de burla se convirtió de inmediato en la compuerta que dio inicio a la más estruendosa risotada.
María Camila López, como de costumbre, llegó esa mañana a su aula de clase. Eso fue como entrar al infierno. Ahí estaban Yesica Pérez y Andrea Gómez. Apenas Camila se sentó, una bola de papel le cayó en la nuca. Yesica Pérez soltó la carcajada enseguida. Ese acto de burla se convirtió de inmediato en la compuerta que dio inicio a la más estruendosa risotada.
El silencio siniestro que se apoderó de Camila por esos momentos, la llevó a entumir la cabeza como una tortuga que se mete en su caparazón, cuando se siente en peligro; el dolor tan amargo que sintió en ese instante, se vio reflejado en aquel llanto desgarrador que salió de lo más profundo de su alma.
María Camila López es una niña de 11 años. Ella cursa sexto grado en un colegio de la ciudad de Barranquilla, donde llegó hace 24 meses. Al igual que ella, varios estudiantes de esa institución sufren de este acoso estudiantil, según los resultados que arrojaron las estadísticas de las encuestas realizadas en el plantel por este grupo de periodistas investigadores.
Una broma inocente, un juego o un apodo que causa el llanto a un infante, suelen parecer cosas insignificantes, pero al momento en el que un estudiante pasa a ser víctima de estas acciones y otras más, las consecuencias pueden ser inimaginarias.
El acoso escolar, conocido alredor del mundo como Bullying, incluye distintos tipos de agresión, desde la psicológica hasta la física, entre los más jóvenes y grandes, marcando de una forma negativa su convivencia en la escuela.
Dan Olweus, psicólogo noruego, quien hizo el primer estudio relacionado al maltrato o acoso escolar en su libro “Bullying at school: What we know and what we can do”, que traduce: “Intimidación en escuela: Lo que sabemos y lo que podemos hacer”, señala que este tipo de agresión puede ser directa, ya sea física o verbal o a través de gestos, pero también indirecta o relacional, causando daño a una relación social, mediante la exclusión de la víctima del grupo, esparciendo rumores mal intencionados, o presionando a que sea otro el que intimide a la víctima.
El 27 de marzo del presente año, cuando María López iba rumbo a su casa, sus compañeras Yesica Pérez y Andrea Gómez, la esperaron una cuadra después del colegio para reclamarle por qué las había acusado con la profesora.
“A ti te estábamos esperando”. Esa frase que Andrea dijo, dio inicio aquella pelea que jamás se borraría de su memoria. ''Sapa sapa, eres una sapa”, fueron las palabras que retumbaron por esos segundos en los oídos de Camila, mientras Yessica y Andrea la rodeaban. En ese relámpago de tiempo le pegaban con sus cartucheras, de un momento a otro, cuando María comienza defenderse con su mochila azul, Andrea, al mirar a su izquierda, divisa una botella de vidrio que decía Coca Cola en grande,e, inmediatamente, la partió y la sostuvo por el pico, provocándole una herida profunda a Camila en su pierna derecha. Cuando las niñas vieron el líquido rojo que sedeslizaba hasta llegar a sus zapatos, manchando sus medias blancas, se asustaron y en cuestión de milésimas de segundo desaparecieron como almas que lleva el diablo.
Pese a este acontecimiento, cuando la señora María Laura Arévalo, madre de María, le preguntó a la niña qué le había sucedido, y esta no quiso responder a su pregunta, por miedo a que sus compañeras volvieran a tomar represaría en su contra, tomó la iniciativa de dirigirse al colegio a averiguar qué le había pasado a su hija ese medio día de un miércoles de marzo.
Luego de terminar la incapacidad, la niña no quería regresar más al colegio. Debido a esto, las directivas hicieron una serie de investigaciones, porque sabían que el problema estaba dentro del plantel; al descubrir que la niña padecía de Bullying; les suspendieron la matrícula a las implicadas, y, desde entonces, tratan de hacer campañas dentro del mismo colegio para evitar este tipo de agresiones.
En Barranquilla, el DANE realizó un estudio sobre las víctimas de Bullying, según el sexo y los diferentes escenarios en el que son agredidos, cuyo resultado demostró que los que más sufren de acoso escolar son los niños, y que la mayoría de los que realizan esto, son los mismos compañeros del salón de las víctimas.
En la ciudad, en el 2012 aumentaron los casos de Bullying. Cerca del 62% de los estudiantes han sido víctimas de agresiones verbales, 26% de agresiones físicas y el 17% han recibido amenazas; pese a esto, la Secretaria de Educación en marzo, realizó un estudio que arrojó como resultado, que el 21% de los estudiantes ha intimidado a otros niños y el 53% ha presenciado casos de intimidación; el 18 de febrero del 2013, comenzando el año escolar en Barranquilla, se registraba un 15% de estudiantes víctimas de acoso escolar. Dos meses después, denuncian ante los medios un caso de Bullying, ante una menor de edad, provocado por sus compañeros de un colegio de Barranquilla, ubicado en el barrio Cevillar.
Después de haber vivido este suceso que marco su infancia para siempre, María Camila, fue cambia de institución, ahora goza de un buen trato y cariño de sus compañeros, ya que en el colegio donde estudia la han acogido de una bella manera, haciéndola sentir como si estudiara allí desde pequeña.
“Estoy feliz de estudiar aquí, porque mis amiguitos se portan muy bien y juegan mucho conmigo”, fueron las palabras que nos dijo esta niña de risos rubios con una encantadora y tierna sonrisa en su rostro.
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