Por:
Laura Paternina Hernández
Me siento en un sofá de color blanco a
esperar. En menos de dos minutos aparece el señor Rafael más conocido como “compadre
Lencho de las Mercedes”. Me da un un cordial saludo y dice: “Espera voy abrir
la ventana que hace mucho calor y así entra más brisa”. Nos acomodamos para
poder empezar una breve, pero emotiva entrevista a este gran personaje que a
más de uno le ha sacado risas con sus chistes. Luego de acomodarnos, saco mi
libreta y plumero donde escribiría todo lo hablado.
Comienzo con mis preguntas y le digo a qué
edad empezó su carrera. “Yo tenía entre 27 y 30 años de edad, pero creo que en
sí fue a los 28, para ser sincero yo no sabía cómo empezar”. Cuando Rafael
empieza a responder lo noté como un poco serio, pero luego todo fue cambiando. Me
di cuenta de que es un hombre sencillo y abierto, su nombre artístico de Lenin Suárez,
quien le puso Lencho, y su madre, de las Mercedes. Y así quedo Lencho de las Mercedes,
dijo el humorista.
Mientras
conversábamos, me ofrecieron un jugo de mango, que en realidad, estaba muy
bueno. Mientras me lo tomaba, Lencho mencionaba con cabeza en alto y seguridad
de sí mismo, algunos de los programas donde había trabajado, los cuales eran: La
Gozadora, Cheverísimo, en radio con Jairo pava de 09:00 a.m. – 10:00 a.m., en
barranquilla estéreo, donde se encontraba el locutor salsero leí martí, los
yotuve donde trabajo con Lili Colombia y Lucho Chamie. Actualmente, se
encuentra grabando la segunda temporada. Entre todos estos trabajos que has
estado el que más le ha gustado ha sido Cheverísimo, el cual mencionó con
felicidad. Cuando mencionaba al “bollo de yuca”, se pudo ver en rostro una
pequeña, pero grata sonrisa debido a que este fue su primer compañero.
Estuvieron hace poco en una gira por el Cesar.
La
mayoría de personas que se encuentran en este medio tienen dificultades, las
cuales él no negó, pero también afirmó con sus expresiones faciales y verbales,
que las ha tenido como todo, pero nada que no se pueda superar con la ayuda de
Dios. Afirma con mucha seguridad de que su experiencia en este trabajo ha sido
buena, pero que nunca pensó vivir de ella. “De esto vivo yo y mi familia, con
la ayuda de Dios he salido a adelante todo gracias a él”. Me di cuenta de que
ya había mencionado con fe y certeza varias veces a Dios en sus respuestas, lo
que me hace pensar que Lencho es ese hombre sencillo y educado tiene presente a
Dios. Le agradece por todo lo que ha logrado.
Me dirigí hacía él agradeciéndole por su
tiempo y, en ese momento, me dice: “¿Aja y la foto?” solté una risa y le dije,
“Si claro, alguien que por favor no las tome”. Llamó en un tono alto, “Lore”.
Enseguida llegó a la sala una mujer muy linda, quien es su esposa. Le pasé mi
celular para la foto, y me dijo “ven siéntate acá”. Luego de todo, agradecí a
ambos por su tiempo prestado: a Lecho por la entrevista y a Lore, su mujer, por
habernos tomado la foto.
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