Por Jean Floraison Santos
Para muchas personas, el periodismo no debería considerarse
una profesión o una carrera que amerita un grado profesional, pero lo que no
saben es el arduo e importante trabajo que tiene un periodista y comunicador
social en la sociedad.
Según el código de ética del Círculo de Periodista de Bogotá (CPB, agosto de 2019), la libertad de prensa es el eje en que debe girar el periodismo de manera responsable, para generar en las personas la confianza de creer en cada palabra dictada en noticias, escritos, audios, de los periodistas del mundo. Para esto, es de suma importancia que el periodista sea lo más objetivo posible y deje a un lado su opinión personal y genere una opinión más globalizada.
De acuerdo al proyecto de Ley No. 234 de 2018, su enfoque es reconocer al periodista como un profesional, siempre y cuando cumpla con los cursos necesarios para alcanzar su profesionalismo y darle peso a su redacción. No es mentira que con el desarrollo de las redes sociales, cualquier persona puede dar su opinión y también informar, en muchos casos nos encontramos con supuestos periodistas “empíricos” o como se les conoce “generación de oro”, que le han quitado el trabajo a los realmente estudiados, lo cual está bien y mal. Bien, porque existe la posibilidad de una gran periodista en potencia que solo le falta el título y oportunidades de estudio, y mal, porque no se reconoce el esfuerzo de los que realmente tienen la teoría y la práctica de esta gran profesión.
Con el pasar de los años, los periodistas se han sometido a muchas luchas para hacer valer sus derechos, así como el pasado 3 de mayo del 93, donde por fin se reconoció el valor y se le dio la importancia necesaria a la libertad de prensa a nivel mundial después de tantas bajas y calladas de boca a los periodistas. Esto nos demuestra que tener una ley que nos rija es importante para tener un orden, pero también es importante que estas mismas nos acobijen.
Algo curioso es cómo el código de Ética del CPB y el proyecto de ley 234 se enfocan en defender la profesión del periodista, pero no es mentira que vivimos en una sociedad donde mandan los que más poder tienen; por ende, muchos periodistas se ven obligados a acatar órdenes de sus jefes y aquí es donde se pierde el sentido de la ética y lo que tanto defiende la 234 de 2018.
Es importante que se cumplan los grandes aportes que nos dan el código de ética, cómo lo sería “LA MISIÓN DEL PERIODISTA” o el Artículo 6 del proyecto de ley No 234 de 2018, “Se reconoce a los Comunicadores Sociales – Periodistas y Organizacional que laboren en un medio de comunicación social, el derecho a la objeción de conciencia para garantizar y lograr que se respeten sus convicciones religiosas, ideológicas, políticas y culturales en cuya virtud podrán:
a) Negarse a realizar actividades informativas contrarias a
los principios profesionales del periodista, o a sus convicciones personales en
asuntos de pensamiento, sin que pueda sufrir ningún tipo de perjuicio por su
negativa justificada;
b) No puede ser obligado a que sus trabajos se presenten
identificados con su nombre, cara, voz, o autor cuando ellos hubieren sido
modificados sin su consentimiento;
c) Terminar la relación jurídica que los una a los medios de
comunicación o empresa cuando se produzca un cambio sustancial en el carácter u
orientación del medio, si este supone una situación que atente contra el honor
o exista incompatibilidad con sus convicciones morales o cuando se hubiere
infringido reiteradamente el derecho que le confiere la presente ley. El
ejercicio de esa facultad dará lugar a la indemnización que en cada caso
establecen las normas laborales.”. Con esto es importante que se respete,a
pesar de todo, el valor del periodista en su trabajo.
Para concluir, estamos hablando de un tema que siempre estará en constante cambio y adaptación a las nuevas normatividades que vayan surgiendo con el pasar de los tiempos; pero algo que nunca debe romperse es la Ética de cada periodista, y su obligación con la sociedad de siempre decir la verdad, porque no es mentira que esta profesión va mucho más allá de la Ética y la verdad.
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