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viernes, 19 de junio de 2020

El porqué los grandes medios no quieren la reglamentación del periodista

Por Iván De Castro

Un código de ética es muy necesario en estos tiempos, sea para la relación que sea; incluso, siendo un poco más atrevido, se puede llegar a utilizar en nuestras vidas, para así mejorarlas. En el caso del Círculo de Periodista de Bogotá (CPB), tienen muy claro el concepto de volver la profesión del periodista una realidad; y, aunque ya existen carreras que forman a las personas en la misma, todavía hay un gran vacío para generar una mejora en la constitucionalidad de la misma.

Haciendo un análisis más profundo entre el código de ética del CPB y el proyecto de ley 234 de 2018, se puede denotar que los dos se encuentran perfectamente alineados, pero ahí se entra en un estrecho margen porque una cosa es el ya código creado e instaurado por el CPB y el otro el fallido intento hecho por el senador que presentó el proyecto de ley ante el senado.

Las dos posiciones tratan de llevar varios puntos, los cuales se van a exponer en el presente texto. Uno de ellos es la ya conocida objeción de conciencia, esta, principalmente, porque es una de las posturas o, por así decirlo, un seguro para muchas personas que en el ejercicio de la profesión se encuentran coloquialmente entre la espada y la pared, dándoles, por supuesto, una salida legal a la encrucijada en la que se pueden encontrar.

Otro punto de suma importancia es la necesidad de tener periodistas debidamente acreditados bajo la certificación de una entidad de educación superior, que el profesional garantice la veracidad de todos los hechos a contar en futuros no muy lejanos; de esta forma, se puede ver claramente que todos esos periodista empíricos no se sigan gestando, ocasionando fallas en el buen desempeño de la profesión; por consiguiente, otro de los puntos importantes tratados en la ley sobre la nueva designación a la ya creada, o mejor, a la ya reconocida profesión y sería la de categorizarla como actividad de alto riesgo, que, por supuesto, necesitaría la implementación de nuevos modelos de seguridad social y pagos para esas personas que desarrollaran esa actividad; sin duda, ese gasto innecesario visto así por las grandes corporaciones de medios sería obligación, lo que los pone en constantes enigmas financieros, pues les costaría grandes reducciones a los grandes ejecutivos de los diferentes medios y eso, claramente, no puede ser aceptado por ellos.

Y una vez más se vuelve a caer en la situación lamentable, pero cierta de los bajos salarios que tienen los ya actuales periodistas en el territorio colombiano.


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