Por Jose Alejandro Manjarrez Kamell
El
periodismo sigue siendo, a nivel laboral, uno de los grandes debates que el Estado
ha venido evadiendo, puesto que muchos congresistas consideran que hay otros
temas mucho más relevantes para el país que merecen una atención prioritaria.
En los
textos de “El Código de Ética” y “El Proyecto de ley 284 de 2018” se habla del
periodismo como un servicio de interés social y, además, se expone de tal
manera en que este sea visto como una profesión respetable y valorada como
cualquier otra. Ambos textos plantean cosas muy similares en la mayoría de su
contenido, pero hay una diferencia entre ambos y es que uno habla de un código
que seguir todo aquel que ejerza el periodismo siendo o no profesional y el
otro habla de un proyecto que sustenta legalmente este código de ética y que
como valor agregado les permitirá a quienes no son profesionales en
comunicación, acceder a ciertos programas especiales de formación en
instituciones de educación superior, para que estos formalicen esta habilidad
que posean y conozcan de una manera teórica y técnica la profesión del
comunicador social y periodista.
El
proyecto de ley es un tema que puede ser viable de acuerdo a la cultura que se
le dé a este mismo y en esto tienen mucha responsabilidad las empresas y medios
de comunicación que contraten a trabajadores empíricos, porque, aunque es muy
cierto que la experiencia es importante hay lineamientos y conocimientos
importantes tener en cuenta para no salir a decir cualquier cosa en un
periódico, noticiero o emisora. Ahora, esto no quiere decir que quien ejerce el
periodismo de manera empírica no hace bien su trabajo, de hecho, uno de los
grandes beneficios del proyecto de ley es que estos podrán formarse, sin
embargo no faltarán quien en piensen que esto de estudiar comunicación social u
audiovisual, es una pérdida de tiempo y quieran saltarse dicho proceso de
formación, por eso también es importante tener en claro que esta es una
profesión que exige unos conocimientos y lineamientos básicos, los cuales las
empresas deberán exigir a través del código de ética.
Otro
aspecto muy importante que se menciona en ambos textos es el del amarillismo de
muchos profesionales de la comunicación. No es lo mismo que una noticia este en
tendencia, a que esta sea relevante para todo el mundo, pues lo que es
tendencia no siempre es noticia, y de esto salen mucho las famosas Fakes News,
las cuales cada vez toman más y más poder sobre todo en redes sociales y
generalmente nunca pasa nada con quien las difunde. Entonces, hay un código de
ética que expone ciertos lineamientos qué hay que seguir, sin embargo, hay
periodistas que no tienen claro este código y siguen desinformando.
El
proyecto de ley es vital para que este código de ética se implemente de manera
correcta, ya que es lo que le garantiza al profesional de Comunicación social u
audiovisual, que no perdió su tiempo 8 o 9 años en la universidad formándose en
bases teóricas, técnicas y prácticas y que además sus derechos como profesional
serán valorados como el de cualquier otra persona en otro contexto profesional.
Por último, es importante tener presente dos aspectos que se mencionan en ambos textos, el primero es que antes que nada somos seres libres de comportarnos como queramos y que nuestra religión, sexo, raza no debe motivo de señalamiento en ninguna entidad laboral, sin embargo y aquí se menciona el segundo aspecto, no podemos llegar a imponer dicha cultura que va arraigada a nuestra personalidad. Esto se menciona en el artículo 6 del proyecto de ley, ya que a menos que sea algo profesional, la información que se comunique no debe incurrir en nuestra vida personal y caso de no querer revelar la identidad también se es libre de negarse. Este artículo se relaciona con la cláusula de conciencia que se expone en el artículo décimo del código de ética, ya que se es libre de tomar cualquier decisión personal siempre y cuando esta no influya en la vida profesional del periodista
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