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miércoles, 10 de octubre de 2018

Leonardo Agualimpia Feldrich: el pintor de las caderas voluptuosas



Por: María Alejandra Rocha



Es un pintor colombiano nacido hace 54 años en Quibdó, pero radicado en Barranquilla- Colombia. Practicó boxeo en la categoría de peso mosca, ganando varios títulos nacionales.
Es considerado un promisorio pintor, reconocido no solo en la región del Caribe colombiano, sino también en varios rincones del mundo. Es uno de los principales promotores de pinturas de mujeres con caderas voluptuosas y un color de piel similar al de la costa Caribe. Sus primeras exposiciones tuvieron lugar en 1982.


¿Cómo fueron sus inicios en el mundo del arte? En especial el de la pintura…
Todo niño raya, garabatea, todo niño tiene algo de pintor, si le entregamos un lápiz a un niño lo primero que hace es rayar con él. Me acuerdo que no me habían puesto en el colegio aún, pero mi hermano Manuel ya estaba en el colegio, él siempre fue un ejemplo para mí y un día agarré un cuaderno de él y me metí a un callejón a dibujar un pato Donald, él me dio un ‘cocotazo’, pero el pato me quedó bacano. Cuando entré al colegio prácticamente hice toda la primaria en 2 años porque me adelantaban los años y en el recreo me la pasaba en el salón dibujando porque no tenía para comer ni nada, mis compañeros me pagaban por dibujarles lo que quisieran, y, entonces, así empezó mi vida como dibujante.

¿Aún recuerda su primera obra? ¿Qué expresaba?
Pinté al pato Donald. Pero el primer cuadro que hice con pinturas, porque una cosa es pintar y otra muy diferente es dibujar, fue un rostro de Jesús. Una vez pasé por la casa de un muchacho que se firmaba Tom (Antonio Obredor) estudiaba en Bellas Artes, esa vez vi que sacaba una caja de óleos ya usados y los tiró a la basura, cuando él se descuida los agarré y agarré un lienzo que utilizaba mi madrastra para planchar la ropa, le saqué un pedazo con una tijera y lo hice. Amanecí y lo terminé como a las 4 de la mañana.

¿Cuál ha sido la obra más extraña?
En una exposición que hice en el Colombo Americano de boxeadores, hice boxeadores con cabeza de gallos, si era peso mosca lo hacía con cabeza de mosca y así; entonces, se me dio por hacer uno nocaut, pero el cuadro se le cayó y se llenó de pelo y tenía hasta una colilla de fosforo pegao’, y ese cuadro se me ensució y no lo pude limpiar, salí para la exposición y le dije a mi ayudante que los llevara, mientras yo salía a buscar un dinero. Cuando llego a la exposición veo ese cuadro maluco, yo decía qué pena y fue el primer cuadro que vendí, de ahí dije que no hay maluco malo.

A través de su experiencia en los dos campos, ¿le ha encontrado relación a estas dos?
El boxeo es un arte, la pintura también, el boxeo se realiza en un cuadrilátero, la pintura se hace sobre un cuadro, no se boxea sobre una alfombra sino sobre una lona, se pinta sobre una lona, cada golpe es una pincelada, y cuando uno está pintando cada toque es como un golpe, entonces, sí hay cierta relación. La pintura crea belleza, un buen combate se ve como una belleza, una obra de arte. La pintura forma rostros, el boxeo desfigura rostros.

¿La inspiración del maestro Leonardo Aguaslimpias dónde nace?
Cuando pierdo la pelea con Edwin González, yo iba ganando la pelea, pero en el asalto ocho se sube una chica con unos glúteos enormes y yo me la quedé viendo, sonó la campana y yo me la quedé mirando, descuidé la pelea y esa fue la única que hubo en ese asalto, me tiró a la lona y me levanté en malas condiciones, así que me retiré. Pero me quedo esa imagen y yo dije que si a mí me noquearon por un trasero, hay hombres que por mirar hoy en día un trasero se estrellan. Esto es una moda que se ha ido imponiendo. Esa es mi esencia, a mí me relacionan con las pinturas culonas así que para qué voy a dejar de hacerlo, si es mi forma.

¿Cómo describe esas sensaciones al pintar?
Cuando yo estoy pintando me siento creador, nosotros los artistas tenemos ese toque de Dios, tenemos la posibilidad de ver lo que otros no ven, esa visión es la que tengo.

¿Cuál ha sido la obra que más le ha marcado?
Hay varias porque todas tienen una anécdota, pero el primer afiche que hice para el festival de música del caribe es la que más me ha marcado, se llama Doña Conga la candeloza.

¿Cuánto tiempo se tarda usted, maestro, en hacer una pintura?
Una obra puede ir entre 15min hasta 1 año, eso es dependiendo del grado de inspiración o de necesidad, pero eso no indica que la obra que haga en menos tiempo está mal hecha.

¿Qué mensaje les envía a todas aquellas personas que están iniciando en este mundo?
Si creen en ellos, si creen que tienen alas… Vuelen, que se lancen sin miedo.

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