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Por: Luis A. Porto |
Los últimos años de este personaje han transcurrido dentro de un cuarto
de estudio en el sector de la troja, de la ciudad de Barranquilla, entre
cuadros, pinturas, colores, telas, pinceles, y recortes de noticias, donde se
transporta a un mundo totalmente diferente y se desconecta de la realidad para
crear diferentes tipos de arte y así sorprender e innovar con cada una de sus
obras.
Sus canas no son en vano, si no el resultado de noches y madrugadas
llenas de trabajo fuerte, en compañía de una botella y unas copas de vino, con
el fin de exhibir a su público obras y prendas de excelente calidad para que
cada persona se sienta especial, diferente y cómoda. Lo que ha traído como consecuencia por parte
de toda la comunidad, por el
departamento del Atlántico y hasta internacionalmente una gran acogida e
identificación de su trabajo; afirma “La experiencia de trabajar con tus
propias manos, y ver cómo tu trabajo es aceptado y apetecido en grandes
proporciones. Es realmente gratificante porque se han logrado cosas
importantes, pero queremos seguir creciendo aún más”.