Durante los últimos meses,
en Barranquilla se han presentado una serie de asesinatos que despierta el
miedo, no solo entre los ciudadanos sino principalmente entre los conductores
de buses, quienes son las víctimas y protagonistas de esta situación.
Hoy día, los choferes de las
diferentes líneas de buses, ya no solo encuentran el peligro por un accidente, o
por un asaltante, sino que, además, están a la expectativa de que pueden ser
ellos las próximas víctimas de cualquier sicario, por causa de las extorsiones no pagas por la
empresa.
Con el homicidio de Adonai Cortina Ufre, conductor de Transmecar, asciende
a cinco el número de asesinatos por las extorsiones. Las demás víctimas de esta situación han sido dos conductores de la empresa Sobusa, uno de
Coochofal, y contando la última muerte, Transmecar ha perdido también dos
choferes.
Por su
parte, la situación para la empresa Transmecar, resulta más preocupante ya que
durante lo corrido del 2013, han recibido una serie de panfletos en los que
piden dinero para poder dejar de acosar o amenazar a sus conductores. Y, pese a
las denuncias, los conductores se
sienten atemorizados y desprotegidos, pues con la reciente muerte, consideran
que la Policía, al parecer, no está brindando la suficiente seguridad que los
choferes exigen.