Por
Carmen Sánchez - Melanie Peñarete
Sucedió el viernes 16 de noviembre de este año a las 10de
la noche. Su casa era espléndida: había adornos muy llamativos; el blanco de su
habitación hacía que se sintiera una paz inmensa. Ella creía que era ese color
lo que le transmitía armonía. Enseguida descubrió que estaba equivocada: era la
soledad en la cual se encontraba inmersa la que la arroyaba en esa especie de
sonambulismo envolvente.
Su nombre será el misterio, pues no quiso revelar su
identidad por más que le insistimos que tuviera la valentía de hacerlo. Que
nada le sucedería; sin embargo, con un tono totalmente fuerte nos dijo que no,
que no la obligáramos.
A nuestra entrevistada la llamaremos Ana Pardo,
exponiéndonos a que haya una con ese mismo nombre en cualquier lugar del mundo,
pero ojalá no sea con la misma tragedia que sufre esta joven de tan solamente
17 años de edad.
Pasados unos minutos después de que ella se cambiara, nos
dirigimos a su cocina, donde nos ofreció un rico té de durazno para entrar en
ambiente.
El tiempo se pasó tan rápido que pasaron 10 minutos en un
abrir y cerrar de ojos; de inmediato, revisé mi teléfono y le dije que quería
saber de su caso. Del porqué estaba tan llena de moretones y muchas heridas en
sus brazos y piernas. No habíamos terminado de preguntarle, la sonrisa de su
cara se eliminó totalmente. Dio un largo suspiro y dijo: “No es la primera vez
que soy víctima del maltrato. Antes, cuando tenía tan solo 14 años, tuve un mal
comportamiento, al parecer. Y mi padre sin ninguna compasión; cogió su correa y
empezó a golpearme hasta el punto en que me oriné.” –Soltó una pequeña risa y
aún sus ojos estaban cristalizados. Continuó diciendo “esa vez que me golpeó
nadie pudo hacer nada por mí. Mi madre le tiene un temor inexplicable y suele
limitarse a llevarle la contraria. También creo que todo es por culpa de su
pensamiento machista, que siempre se le debe obedecer al hombre, así no tenga
la razón. Es lamentable, lo sé”. Se detuvo cuando sonó su teléfono; al parecer,
era su padre. Pasaron pocos minutos para que finalizara esa llamada.
Mientras se limpiaba las lágrimas que caían sobre sus
mejillas, nos dijo que seguiría contando su historia, pero que ella quería
dejar en claro que bajo ninguna circunstancia ninguna otra mujer fuera
violentada como lo había sido ella en todos estos años. Le pregunté: “¿te ha
golpeado con frecuencia? ¿por qué nunca lo has denunciado si ante la ley aún
eres menor de edad y eso es maltrato”, me respondió con sarcasmo: “en esta
sociedad nunca hacen nada por nosotras. ¿Sí se dan cuenta cuantas niñas han
violentado y maltratado? Aunque no he sido violada, me han maltratado hasta el
punto en que han partido mi ojo, solamente por dar un punto de vista. Me han
herido con palabras e incluso, me han hecho creer que no valgo nada ante sus
ojos”. La interrumpí para dejarle muy claro que todos los seres humanos, sin
importar quién sea, tenemos una gran importancia y valemos; incluso, más que el
oro. Ella soltó un llanto imparable, una y otra vez decía que culpaba a su
madre porque era su mayor apoyo y no hacía nada cada vez que su padre la
maltrataba por cualquier razón.
Al levantar las mangas de su buzo blanco con rayas azules,
de una marca fina de ropa unicef, pudimos sorprendernos con el gran verde en su
brazo. Le preguntamos con qué le había ocasionado eso su padre, nos mostró el
objeto; evidentemente, era un tubo elaborado en acero. Ese había sido el
causante de todos esos moretones que ella tenía. Apesadumbradas, le pedimos
que, por favor, nos describiera paso a paso cómo había ocurrido. “Estaba con
dos amigas en mi habitación. Cuando, de repente, una de ellas se asomó al
balcón de mi casa y gritó el nombre de su hermano. Le dijo fuertemente Ángel,
por favor, ven acá. Bajó las escaleras y le entregó un dinero. Cuando mi padre
lo vio en mi casa, enseguida me llamó a su cuarto y me empezó a gritar palabras
muy fuertes. Insinuándome que ese hombre estaba en mi casa producto de que
quería “comerme”. Fue impresionante
para mí que afirmara tal cosa porque era la primera vez que veía al hermano de
mi amiga y enseguida le exigí respeto. Estaba muy molesta y no hallaba cómo
calmar los gritos de mi padre”. Al decir esto, en Ana se podía observar el odio
que sentía al recordar aquel momento tan angustioso.
Se hizo una cola de caballo, frunció el ceño y dijo: “debo
seguir contándoles, porque ya estoy harta de tanto maltrato hacia nosotras las
mujeres”, estábamos totalmente en silencio dejando que ella hablara, no
queríamos interrumpirla para que no se escapara ningún detalle, pero de un
momento a otro rompí mi silencio y le dije: “deberías parar con este acto, no
sabes si el día de mañana será tarde y pueda acabar con tu vida”, a lo que
soltó un pequeño suspiro y dijo “lo he pensado antes, no crean que ando
creyendo en cuentos de hadas con que alguien me va a rescatar. Debo rescatarme
de esto yo misma, pero esperaré cumplir mi mayoría de edad para poder irme. Ya
que, mientras él me golpeaba aquel día, me dejó muy claro que si me iba siendo
menor de edad, me iba hacer un daño. Incluso; que si yo le decía a alguien de
esto, me iba a golpear más. Pero mi temor ha quedado de lado, por eso, quiero
que a toda voz todas y cada una de las mujeres que están pasando por alguna
situación similar, no se queden calladas. Que busquen ayuda porque puede que
mañana sea demasiado tarde”.
Finalmente, nos levantamos del comedor de su casa, le dimos
las gracias por dejarnos exponer su caso y por ser tan valiente y no quedarse
callada, incluso bajo las amenazas de su padre. Su semblante ya había cambiado
después de conversar con nosotras y le dijimos que si necesitaba ayudaba
podíamos estar ahí para ella.
Camino a nuestras casas en el taxi, no parábamos de
preguntarnos cómo era posible que una mujer que siempre se veía sonriente, más
de una vez había ido a nuestras clases golpeadas y nadie lo había notado, nadie
había hecho absolutamente nada por ayudarla.
En Colombia, han ocurrido muchos casos de violencia contra
la mujer y han sido impunes, otros no han sido ni siquiera expuestos a las
autoridades. Pero nuestro deber como seres humanos es cuidarnos y protegernos
unos a otros, sin permitir que nadie sea maltratado.
RESUMEN DE LA NOTICIA “CONVERSACIONES CON LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR”
ResponderEliminarSucedió el viernes 16 de noviembre de 2018 a las 10pm, su habitación parecía acogedora por los colores con los que estaba pintada y los adornos que tenía, pero la realidad era todo lo contrario, esta joven vivía inmersa en un dolor profundo y angustiante que vivía en su hogar por los graves maltratos físicos y emocionales que le provocaba su padre con tan solo 17 años de edad y que no era primera vez que esto le ocurría, comenzó cuando ella tenía unos 14 años aproximadamente y por ser menor de edad su padre le decía que debía permanecer callada y mientras aun no tuviera la mayoría de edad, debía estar en esa casa, es muy triste leer este tipo de noticias y ver como jóvenes que vemos a diario, en nuestra universidad, dando clases con nosotros, sufran de este tipo de maltratos que deben ser denunciados ante la policía pero por el miedo tan grande que se vive, no queda otra opción que permanecer en silencio y tragarse todo lo que está pasando. Aunque la joven se resignó a dar su nombre, en las imágenes se puede evidenciar los moretones que tiene por todo su cuerpo y las fuertes declaraciones que conto sobre todo lo que le ocasionaba su padre.
OPINION
En Colombia a diario se pueden escuchar noticias de maltrato femenino y mas que todo en menores de edad, lo ideal para acabar con esto seria que los que generan estos maltratos tomen conciencia y reaccionen de que lo que hacen esta muy mal, que esto provoca daños permanentes emociones y físicos en el cuerpo de una mujer, la cual debe ser respetada ante todo y no permitir que ninguna sea maltratada mucho menos por tu padre o algún familiar que se supone debe apoyarla y con maltratos lo que hace es todo lo contrario, provocarle traumas psicológicos para toda su vida, estos casos deberían ser denunciados inmediatamente con alguna autoridad para que las que sufren con esto tengan una solución y sean escuchadas y protegidas, como seres humanos debemos cuidarnos el uno al otro y en casos como este, no se debe quedar en silencio.
Resumen de la Noticia: Sucedió el viernes 16 de noviembre de este año a las 10 de la noche. Esta joven de 17 años, no quiso revelar su nombre, tal vez por pena o por miedo de que su padre le hiciera algo al contar su verdadera historia. Esta chica vive un profundo dolor, ya que su padre la maltrata física, verbal y psicológicamente, por otra parte su madre también tiene ese pensamiento machista de que a los hombres hay que obedecerlos aunque no tengan la razón, por eso ella culpa a su madre por no apoyarla y permitir este tipo de abusos. La chica mencionó que ha pensado en irse de su casa a penas cumpla la mayoría de edad.
ResponderEliminaropinión: es una lastima ver este tipo de maltratos en una mujer, ojalá estas victimas reaccionen, sigan publicando sus historias y denunciando con las autoridades para que las personas tomen conciencia. La mujer debe ser respetada, amada y valorada, este tipo de conductas es inaceptable sobretodo en el campo familiar cuando ellos deberían ser el principal apoyo.
Hecho por: Aryelis Cordero
ResponderEliminarResumen
Se habla de una joven la cual sufre de maltrato intrafamiliar, pero como es “normal” ella decidió mantenerse en anónimo y no revelar su identidad, para que esta entrevista no tuviese alguna relevancia en su caso. No era la primera vez que sufría este tipo de maltratos, con tan solo 14 años ya pasaba por este tipo de actos inhumanos. Apenas le preguntaron sobre su caso tuvo un cambio de ánimo inmediato, su rostro refleja tristeza, miedo, dolor y mucho sufrimiento. Aunque ella consideraba que su madre era su gran apoyo decía que era la culpable por no hacer nada al respecto. La niña no lo denuncia porque “en esta sociedad nunca hacen nada por nosotras”. Y piensa de qué valdría hacerlo si esto no tendrá ningún “castigo” para el acusad a quien ella lama “papá”. La niña solo espera tener la mayoría de edad para poder ser “libre” ya que recibe fuertes amenazas del padre el cual le dice “si te vas de casa siendo menor de edad, te voy hacer un daño” y con todo lo que el padre la golpea sin razón alguna, no sería extraño que lo hiciera después de haberle advertido algo.
Punto de vista
Me parece una excelente entrevista, excelentes preguntas y muy buen manejo del tema, ya que, están tratando con una niña que está sufriendo de maltrato intrafamiliar y la cual no recibe ayuda de ningún familiar. Es totalmente claro el texto y muy bien redactado, sin perder el sentido para dar una reflexión y para decirle a las mujeres que sufren de maltrato, que no tengan miedo de denunciar y acabar con ese infierno en el que viven.
RESUMEN DE LA NOTICIA
ResponderEliminar"Conversaciones con la violencia intrafamiliar"
Con tan solo 17 años de edad, la joven que hemos conocido como Ana Pardo es victima de agresión intrafamiliar propiciada por su padre. Un hombre machista, lleno de ira al que no le preocupa el hecho de agredir a su hija sabiendo que ha llegado a causar daños serios en su cuerpo, como lo expresó ella "Aunque no he sido violada, me han maltratado hasta el punto en que han partido mi ojo, solamente por dar un punto de vista". Una joven llena de miedo con tan solo una esperanza y ser mayor de edad para asi algun dia poder estar lejos de su padre, quien la tiene en su casa bajo la amenaza de hacerle un daño mucho peor. su único apoyo es su madre y espera que en algún momento pueda defenderla, pero también entiende que no es la única que siente temor hacia esta bestia y que por tal motivo ella no es alguien que se molesta en intervenir estas agresiones aun sabiendo que no es la primera ni sera la ultima vez que este señor agreda a su hija o incluso a ella.
OPINIÓN
Colombia es un país en el que de alguna manera la gente esta acostumbrada a vivir en medio de la violencia, las mujeres son el mayor número de víctimas de estas situaciones pero no se puede dejar de lado que los hombre son agredidos de igual manera. el problema es que no se puede vivir en una sociedad que acepte un acto tan atroz como este con tanta naturalidad, la violencia no es algo normal y nos es como que un milagro va a ocurrir y hará que todo cambie en la vida de las personas que se enfrentan a esto. las personas no solo se enfrentan a daños físicos, sino también emocionales, provocan traumas y complejidad de alguna manera. No se puede seguir viviendo en la angustia de no saber cuando sera la proxima vez de la agresión, deben dejar el miedo de lado y ser capaces de expresar las cosas por las que están pasando, la única manera de solucionarlo es hablando y denunciando