POR JORMARIS EFFER TORRES
Con la gran energía y alegría que lo caracteriza, cada
mañana, en su acogedora cabina, que, sin duda, se convirtió en su hogar, se
encuentra el locutor de Olímpica Stéreo, Arlinton Cordero. Con una camisa que
tiene el logo de la importante emisora de la ciudad en todo el pecho, la cual
lleva con orgullo, se encontraba esa mañana, con unas gafas transparentes, que
son el reflejo de su personalidad y con una gorra blanca para completar su
tradicional look y cómo pasar por alto su gran voz, efusividad y emoción que le
causa hacer lo que más ama. Aunque viene de uno de los barrios “peligrosos” de
Barranquilla, se siente orgulloso de sus raíces y no desconoce jamás de dónde
viene. Su historia y amor por la locución empezó cuando era apenas un niño.
Desde ese momento, él sabía que para lo que había nacido, era para animar y
llevar alegría a cada casa de su querida ciudad.
Al hablar de su vida, se le puede notar en su rostro
una luz que sería capaz de iluminar hasta el cuarto más oscuro, sería casi
imposible negar el sentimiento que le causa recordar el arduo recorrido por el
que tuvo que pasar, pero siempre cuenta con una esperanza por salir adelante,
que, simplemente, es digna de admirar. Ahí, dentro de su habitual espacio, nos
encontrábamos frente a frente, compartiendo y recordando épocas significativas
de su vida y un poco de lo que es su trayectoria laboral. Casado, con tres
hijos, juniorista y barranquillero de pura cepa, alegre, extrovertido, genuino,
amante a la locución, amante a su trabajo y, por supuesto, a su familia y con
tan solo 34 años, Arlinton ha conseguido numerosos logros personales y
laborales.
¿Cómo fue tu infancia en La Chinita?
Cuando tú reconoces de dónde vienes, eso te hace aún
más grande todavía. Mi infancia en La Chinita: como todo, de una familia
hermosa, con buenos valores, porque no todo el que vive en La Chinita es malo,
de hecho, todos saben que Teófilo salió de La Chinita, donde tú vas a La Chinita
hoy y por mucho más allá que son barrios peligrosos entre comillas vas a
encontrar muchos talentos, pero, a veces, por pocas oportunidades y de pronto
lo más fácil es que te ofrezcan drogas o ganar dineros fácil, pero cuando
vienes de una familia cimentada en valores sales adelante con tu talento. Yo
salí de La Chinita a temprana edad, pero nunca dejé de ir. Y sí, mi infancia
fue allá y fue normal, jugaba con mis amigos en la cuadra y escuchaba radio,
porque mis papás eran salseros.
Antes de entrar a la radio, trabajó como animador de
almacenes en el centro ¿Eso te ayudó para estar donde está hoy día?
Sí, claro, esa es otra de las facetas de mi vida,
llegué a trabajar en los almacenes porque me comprometí muy temprano –a los 16
años-, fui a prestar el servicio a los 18 porque había nacido mi hija y la
necesitaba para trabajar. Quería trabajar en lo que saliera y salió ese trabajo
en el centro, tú no te imaginas la alegría con la que tomé ese trabajo, parecía
que estuviera entrando a la emisora número 1 de Colombia, porque, primero, iba
a tener un ingreso y, segundo, iba hacer lo que me gustaba. Yo estaba ahí en
ese almacén y locutaba como si estuviera en una emisora, escuchaba radio en las
emisoras nacionales, internacionales y escuchaba Olímpica Stéreo y soñaba con
estar aquí. La forma en la que locutaba le gustó tanto a mis jefes de esa época
que decían que yo era distinto a todos los locutores del centro y que, además,
con tan corta edad yo hacía lo que hacía con tanto amor. De ahí trabajando pasé
de un almacén a otro, hasta que llegué a Surtidora de Confecciones, donde tuve
estabilidad por 5 años y de ahí me dio para poder pagarme mi carrera.
¿Cómo fueron tus inicios en la radio?
Bueno, estando estudiando me dieron la oportunidad en
una emisora de Galapa –Popular Estéreo-, todas las mañanas iba a las 7 a
Galapa, mira el sacrificio ese, salía de mi casa a las 6:30 de mi casa y
regresaba a las 10 y pico todos los días. Me puse flaco porque me malpasaba y
no comía bien y era el hambre mía, o sea, yo salía de a casa con esas ganas de
llegar a la emisora que si me estaba escuchando mi mamá, mi esposa, la mamá de
mi esposa y ellas se ponían felices porque me escuchaban en radio y me
escuchaban 10 personas más yo era feliz. Pero yo siempre, y yo no he perdido
eso, y yo creo que el día que yo pierda eso me tengo que retirar de la radio,
yo siempre entraba al aire con unas ganas como si estuviera en la mejor emisora
del mundo, que, de hecho, la dueña de la emisora, llegó a pensar algún día que
si yo consumía algún alucinógeno, pero era el hambre mía y las ganas de que
alguno me escuchara, de que yo aprendiera y de ser el mejor donde iba, era eso,
esa era la droga mía y sigue siendo mi droga, las ganas de conseguir más, más y
mucho más.
¿Cuál ha sido la experiencia que tú más recuerdas en
esto de la locución?
Son tantas cosas que me han sucedido en la radio,
anécdotas: un locutor siempre va a tener muchas, como, por ejemplo, sacar la
emisora al aire cuando estabas empezando; por ejemplo, en Santa Marta, cuando
uno apenas está iniciando, siempre tiene unos nervios que a veces se le olvidan
las cosas que en el momento nos explican; por eso, siempre preguntar y
preguntar, por eso no te dé pena preguntar, donde vayas pregunta. Porque eso me
sucedió a mí en Santa Marta en RCN: estaba yo al aire y por no preguntar tanto
porque me daba pena con el director, no sabía para qué eran los botones de la
consola y saqué la emisora al aire por 3 minutos, que eso es grave; entonces,
una de las experiencias que más recuerdo es esa, porque también recibí un gran
apoyo por parte del Director, que era mi jefe.
Leí que te gustaba escuchar emisoras de New York y el
acento Dominicano, ¿Por qué?
Yo siento que a mí, a título personal, yo siento que
los dominicanos tienen una energía y una chispa tan brava; incluso, si tú
escuchas a los merengueros dominicanos, ese sabor que tienen son únicos. Esa
energía que ellos tienen que brotan en sus músicas y en sus canciones, tú
escuchas un locutor dominicano y es esa esencia, ese sabor, esa alegría, que es
la que yo siempre trato de impregnar aquí en el micrófono de Olímpica Stéreo y
siempre voy arriba. Ahorita en octubre tuve la oportunidad gracias a Dios de
viajar a Miami con la familia y poner emisoras de allá, que la mayoría eran
dominicanos, y yo decía mira esto, esto es uno de los grandes sueños míos,
algún día ser radio en Miami, en Orlando o en New York, y me sigo preparando y
sigo aprendiendo cada día.
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