Por: Valentina Cantillo
Carlos
Vengal Pérez nació hace 68 años en Riofrío, población del departamento del
Magdalena. Vivió con sus padres y sus tres hermanos. Siempre tuvo presente que,
sin la preparación académica, era difícil superar la pobreza. Culminó su etapa
de formación secundaria con el pergamino que ostenta con orgullo y que marcaría
su destino, convirtiéndose en el primer bachiller Coltejer. En sus años de
juventud, afloró en el mundo del deporte y, actualmente, es un ingeniero civil
que se ha construido con base en esfuerzo.
Señor Carlos, ¿Cuándo decidió
que quería desempeñarse como ingeniero?
Yo no
quería ser ingeniero, yo quería ser médico; de hecho, me presenté en la
Universidad de Cartagena para estudiar, pero no pude ingresar porque,
precisamente, cuando debía presentarme en la institución, fallecieron mis
padres. En el año 1971, culminando el bachillerato, falleció mi madre, y mi
padre murió a comienzos del año 1972. Por la falta de recursos, no pude
estudiar Medicina, y decidí recurrir a la presentación que también había hecho
en la Universidad del Atlántico, en el área de Química y Farmacia. Estudié un
semestre en un año complicado, y por los constantes paros y huelgas, debí
buscar otras oportunidades. Gracias a la beca obtenida como mejor bachiller en el
Colegio Barranquilla, y el talento que en ese entonces el doctor Eduardo
Crissien Samper vio en mí, pude escoger una carrera en la Universidad de la Costa,
CUC. Y fue el amor que le tenía a los números lo que me permitió elegir
Ingeniería Civil, y creo que elegí bien.
A parte de su interés por la
medicina, fue muy habido para el baloncesto, ¿en qué momento nació el interés
por este deporte?
Cuando
estaba en cuarto de bachillerato llegó un señor de corte militar. Se llamaba
Antonio Barros, me vio jugando fútbol, y me dijo que por qué no jugaba
básquetbol. De alguna forma, Barros me inició casi que a la fuerza en el
básquet, porque no era que me gustara mucho. Con el paso del tiempo, y estando
en quinto de bachillerato, me reclutaron a Antonio Baraque, quien era el
entrenador de la Selección Atlántico. Con el inicio de los torneos intercolegiales,
el Colegio Barranquilla quedó Subcampeón; dicho reconocimiento, permitió que me
llamaran a la preselección Atlántico, y fue de ahí en adelante en donde comencé
a aprender mucho. En 1973, me llamaron a la Selección Atlántico, y comenzó mi
vida a nivel nacional como deportista, como basquetbolista destacado. En 1975,
y después del campeonato de 1924, fui convocado por 25 años consecutivos a la
Selección Colombia; solamente fui dos veces, porque yo estaba dedicado a
terminar mis estudios, a tratar de conseguirle la comida a mis hermanos y a
tratar de salir adelante.
En el 2018, se emitió una
orden de captura contra usted, en la que se le acusaba de apropiarse de dineros
destinados a la construcción de un polideportivo en el municipio de
Sabanalarga, ¿cómo afectó esta acusación a Carlos Vengal como persona y como
contratista?
Como
persona me ha afectado mucho, porque me vulneró moralmente, y afectó a mi
familia en general. Como contratista, es la primera vez que tengo una
imputación de cargos, porque todavía no se ha demostrado nada, y, pues, no
estoy judicializado, en el sentido de que no me han puesto una pena. En mis
manos tengo un informe de la contraloría que me desliga totalmente del delito
que se me acusa, pero es necesario esperar el juicio para llegar a un
veredicto. Tengo la seguridad de que vamos a salir adelante, porque después de
haber hecho obras mucho más grandes, es absurdo que me vinculen con la
apropiación de dineros de una construcción de menor cuantía. Jamás he tocado un
peso en las obras ejecutadas, no creo que eso sea una buena ingeniería. Además, el
aspecto ético está por encima de todo, es algo que no se puede tocar y es
fundamental en el desempeño, tanto personal como profesional.
Posterior al escándalo del año
2018, ¿cree usted que cambió la demanda del mercado?
Claro que
sí, porque nosotros estuvimos 16 horas detenidos, hasta que un juez nos dio libertad.
La noticia se difundió muy rápidamente, debido a mi reconocida trayectoria como
deportista. El hecho afectó la parte de préstamos, y todo porque hoy las obras
se dan a futuro, y un contratista necesita de la banca financiera. Sin lugar a
dudas, me perjudicó, y me ha perjudicado en todos los aspectos posibles.
¿Cuáles han sido los logros
que han marcado su vida como persona, profesional y deportista?
El
logro principal a nivel familiar, son mis hijos. Afortunadamente, conseguí compartir
mi vida con mujeres que aportaron mucho al hogar, mujeres inteligentes, las
cuales me permitieron no solo ser padre de unos hijos maravillosos y capaces,
sino también un hombre que buscaba mejorar sus falencias. En el aspecto de la
ingeniería, los logros que han marcado mi carrera son la construcción de la
Ciudadela Universitaria y el Megatanque 7 de abril; esta última representa la
obra social más satisfactoria, ya que le proporcionará agua a ochocientas mil
familias. Y el mayor logro a nivel deportivo, fue el hecho de haber sido
llamado por 25 años consecutivos a la Selección Colombia de Baloncesto.
Desde su experiencia como
ingeniero, ¿qué consejos le daría a las personas que están interesadas en
estudiar Ingeniería y desean ejercer esta labor en el mercado?
El
consejo que yo les daría no solo a las personas interesadas en el campo de la
ingeniería, sino en cualquier otro campo, es que tengan amor al trabajo y sean constantes, porque la constancia
vence. Es muy cierta la
frase “La gente mala progresa en el mundo, porque los buenos no hacen nada”, y
creo que los buenos tenemos que hacer más para vivir mejor y crear cambios en
nuestra sociedad.
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