Por: Natalia Benitorevollo
Periodista,
escritor, docente universitario e investigador, Fausto Pérez Villareal ha sido
reconocido en la costa Caribe y a nivel nacional por sus grandes trabajos
periodísticos y su magnífico desempeño como redactor en los diarios El Heraldo,
El Universal, El Tiempo, ADN y La Libertad. Ha dejado el nombre de
la ciudad de Barranquilla en alto, demostrando ese amor que siente por la
cultura caribeña, resaltando personajes y acciones pertenecientes a la misma.
Su fuerte,
desde pequeño, ha sido el deporte por lo que se ha inclinado más hacia ese campo
del cual ha recogido muchos frutos, uno de los más reciente e importantes es el AIPS
(The International Sports Press Association) Sport Media Awards donde
participó, en compañía de otros colegas, en la categoría de “Perfil de Atleta”, quedando dentro de los mejores 20 videos. Así mismo, su lista de galardones no
finaliza ahí, pues también cuenta con reconocimientos como el Premio Nacional de
Periodismo Postobón (1993) y el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar
(2004 y 2006), y los Premios Regionales Mario Ceballos Araújo, de la Universidad
Autónoma del Caribe (2005 y 2010) y Construir Caribe de la Universidad del
Norte (2007). En 2010, ganó el Portafolio de Estímulos del Ministerio de Cultura
por medio de la Secretaría de Cultura de Barranquilla. En 2014, ganó, junto con
Roberto Llanos y Jimmy Cuadros, el primero de dos accésits en el Premio
Internacional de Periodismo otorgado por la Casa España, en Madrid.
Del mismo modo, fue uno
de los periodistas pertenecientes al cuerpo de trabajo de Prensa de Los Juegos
Centroamericanos y del Caribe 2018, donde tuve el placer de ser guiada por sus
conocimientos y gracias al cual aprendí mucho más acerca de la excelente
carrera de periodismo; de manera cordial, brindó un espacio de su
tiempo para esta entrevista.
¿Qué le motivó a usted a
elegir la profesión de periodista? ¿En qué momento supo que esto era a lo que quería dedicarse toda su vida?
Indudablemente, la parte
deportiva fue lo que me motivó desde que era niño, desde que tengo uso de razón,
me imaginaba en una cabina de radio narrando fútbol; cuando por la cuadra de mi
casa había partidos de fútbol, yo me ponía a narrar, locutar lo que ocurría
allí. Luego, cuando iba creciendo y estudiando encontré mi vocación por el
boxeo, gracias a mi padre que llevaba a
la casa revistas de este deporte; entonces, leía esas historias las cuales me fascinaban y
comenzaba a escribir sobre ello. Hasta que un día le llevé uno de mis escritos
a Chelo De Castro C, a quien le mostré una serie de artículos, los cuales le
gustaron mucho por lo que me llevó a El Heraldo, en donde comienza toda mi
historia.
Ha recibido grandes
premios por sus maravillosos libros y redacciones ¿en qué momento surge esa
pasión por la escritura?
Esta pasión nace con mi
vocación por el periodismo; de hecho,
antes de publicar mi primer artículo en 1982, yo con todo lo que escribía
empasté un libro sobre boxeo que se llamó “Inquietudes Boxísticas”. Ese era mi gran
sueño, publicar un libro; en el año 92,
lo pude hacer con mi libro “Su majestad el nocaut”, que fue el resultado
de una serie de crónicas que publiqué en El Heraldo y fueron merecedoras del
primer puesto en el Premio Nacional de Periodismo Postobón en el año 1993.
También obtuvo un
galardón por estar entre los 20 mejores puestos en The International Sports
Press Association AIPS Sport Media Awards, gracias a su participación por el
video del "Perfil de Atleta", ¿por qué decidió participar?
Ese es un trabajo que
hice con libretos míos, la producción de Ramiro Franco, Enmundo Ortega como
asistente y con la narración de Andrés Salcedo, hicimos un trabajo de Leonardo
Aguaslimpias de 24 minutos. Decidimos
participar porque esto es una temática de deporte, donde Leonardo Aguaslimpias
no es un deportista conocido, pero, más allá de eso, los jurados destacaron la
elaboración de los libretos, la forma en
que fue presentada y contada la historia…Primero Leonardo fue un deportista
ejemplar, una persona pulcra que no generó comentario negativo en su historia,
un hombre humilde que nació en las entrañas populares del Chocó, vivió en
Barranquilla, gran amigo mío de la
infancia; después, combinó el boxeo con la pintura y se convirtió, sin haber
estudiado, en un gran pintor y dibujante reconocido por maestros.
La comunicación social
es una de las carreras más optadas últimamente por lo que hay mayor competencia
en el campo ¿Usted se siente afectado debido a esta situación?
No, de ninguna manera,
pues la comunicación social, que es como se llama la carrera, tiene más de 30
aristas y el periodismo es apenas una de ellas. De hecho, yo soy comunicador
social - periodista y, en estos momentos, estoy viendo la docencia, gracias a una
rama del periodismo, escribo en el diario Al Día, escribo en revistas, hago
programa para radio, para televisión, escribo libros. Es una carrera magnifica
la comunicación social, si volviera a nacer volviera a estudiar comunicación
social y periodismo.
Por último, ¿qué
consejos les daría a los futuros periodistas?
Les aconsejo que, ojo, tienen que volver a la lectura, no puede perderse, no hablo de la lectura del
Tweet o del chat, sino de la lectura de los textos de gran aliento, volver a
los grandes maestros, a las grandes obras literarias; eso nos da un abanico
grande de posibilidades, de entendimiento, de expresarnos mejor, de
reconciliarnos con nuestra historia. En la parte musical, que sean diversos, el
reggaetón es apenas una milésima parte de la música, que escuchen los clásicos,
que sean melómanos, ahí está la real esencia del saber que la historia no solo nace cuando nacimos nosotros; cuando yo
era joven, sabía muchas cosas de 30 años atrás.
¿Cuáles son sus
próximos proyectos?
Yo siempre me estoy
proyectando constantemente, yo termino un proyecto y ya voy pensando en el otro.
En estos momentos, estoy trabajando en una biografía sobre Richie Ray y Bobby
Cruz, los grandes íconos de la salsa, a propósito de que se cumplieron 50 años
de su primera llegada a Barranquilla, a Colombia y América Latina; entonces, estoy
haciendo una investigación ardua acerca de eso, que inicialmente aspiro que sea una gran
crónica de largo aliento y luego llevarlo a un libro.
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