Por:
Laura Llanos Rivera
Monseñor Víctor Antonio Tamayo
Betancourt, obispo auxiliar de Barranquilla, nació el 20 de julio de 1937 en
Anorí, Antioquia. Un hombre de corazón puro, que desde muy joven decidió
dedicar su vida completamente a Dios. Realizó sus estudios primarios
en la Escuela “Francisco de Paula Santander” de su pueblo natal. La enseñanza
secundaria la cursó en el Seminario Menor de Santa Rosa de Osos. Cursó un año de Espiritualidad Sacerdotal en la Pontificia
Universidad Urbaniana de Roma (1996-1997).
Monseñor Tamayo recibió su orden
sacerdotal para la arquidiócesis de Barranquilla en 1964, a la edad de 27 años,
por monseñor Germán Villa Gaviria en la capilla del seminario conciliar de
Barraquilla; fue nombrado prelado de honor por su santidad Juan Pablo II.
Su gran carisma y entrega a la
comunidad es lo que lo ha hecho resaltar y dejar huella en los corazones de
todos los colombianos y aquellos que han tenido la dicha de compartir con este
gran ser humano. Su sencillez y amabilidad son cualidades que nos ha demostrado
a lo largo de su trayectoria y en el espacio que con mucho amor decidió
brindarnos.
El
objetivo de este espacio es conocer un poco más a fondo a cerca de usted ¿Qué
lo apasiona? ¿que lo divierte?, etc.
(Entre risas), yo llegué
hace muchos años a Barranquilla, hace sesenta años. Vine con el que, en ese
entonces, era el párroco de mi pueblo, monseñor Francisco Gallego Pérez, y , desde
ese entonces, no he salido de Barranquilla. Y me ha encantado ver el proceso y desarrollo
de Barranquilla. Me tocó ver nacer todos los barrios del sur, donde estuve
inicialmente; luego a través del proceso de la catedral metropolitana me tocó iniciarlo, seguirlo y sostenerlo. Es un trabajo esencial que me han puesto,
sobre todo, la responsabilidad en su estructura, la construcción, la
conservación, y también por ser la parroquia número uno de la diócesis, por ser
la catedral privada; entonces esencialmente , mi trabajo está en ese cuidado
material y espiritual de la catedral, procurando mantenerla siempre a tono, en
una disponibilidad para cuando el arzobispo la visite, la encuentre siempre
lista para su trabajo apostólico.
Sí,
eso fue como por contagio (entre risas). En mi casa siempre había una visita de
sacerdotes vecinos, de las parroquias vecinas. Siempre mis padres tenían una
disponibilidad y un cuidado muy grande de atención a los sacerdotes que están
en los pueblos, que venían a la ciudad a alguna diligencia. Por esta razón,
pienso que fue una acción de ejemplo, que mis padres me dieron y yo, siguiendo
ese ejemplo, terminé en el seminario, con monseñor Gallego Pérez y aquí me
tienen hace sesenta años.
Al
contrario, en mi pueblo, yo vivía en Yarumal, al contrario de poner retrabas,
lo impulsaban, estaban siempre poniendo a uno en contacto con los demás
sacerdotes, con el ambiente y las campañas que hacía la parroquia. Siempre
estaba involucrado y, por eso, desde muy pequeño, desde que hice la primera
comunión, estuve metido en el ambiente pastoral y espiritual, de la eucaristía
como centro de la vida.
¿Cuáles
son sus ideologías?
El único pensamiento que tengo es estar siempre
dispuesto a servir. No creo que nadie que me necesite puede decir que no tuvo
oportunidad de hablar conmigo, o de que le sirviera, sino que siempre
dispuesto, siempre atento y en mi tiempo estoy siempre diciéndole a todos los
que están alrededor mío, que no me aparten la gente, sino que abran las puertas
para que la gente pueda adquirir lo que desean y lo que yo pueda servir con
amor y alegría.
Teniendo en cuenta que el
celibato no es un dogma de fe, sino una regla de vida y esto es de lo que el
papa Francisco ha venido hablando, que a pesar de que sea una regla y se pueda
reevaluar, no es esto lo que se tiene pensado por el momento ¿Está
usted de acuerdo con el celibato?
Yo creo que, en la iglesia oriental, todos
los sacerdotes son casados; en la iglesia occidental es opcional, y en la
iglesia católica es condición sin el cual no se puede optar por el sacerdocio,
se opta por un sacerdocio célibe. Esto es un medio que se ha ido viviendo y
cumpliendo y que ha prestado grandes servicios.
Hoy en
día se ve que nuestra máxima guía de la iglesia católica, el Papa Francisco,
viene con unas ideologías que han generado controversia, especialmente dirigida
a la diversidad de sexo ¿Cuál
es su opinión con respecto a este tema?
Yo pienso que, si Dios hizo al hombre y a la
mujer, es por creación de él y no por una institución humana, si no que Dios
mismo el que hizo allá en el paraíso al hombre y a la mujer y dio la orden fuerte
y clara, que es crezcan y multiplíquense. Nosotros solamente estamos cumpliendo
la voluntad divina de estar dispuestos en las manos del obispo para proteger,
ayudar, compartir, vivir la vida con los fieles ayudándolos en todo lo que
necesiten y en lo que podamos.
Ya
para finalizar, me gustaría que le mandara un mensaje de amor y esperanza a
toda la comunidad y, en especial,para quienes hoy leen esta entrevista.
Yo creo que, lo importante es la unión, en la medida en
que la comunidad este conformada por un papá, una mamá, unos hijos y que esté
involucrada esa unión familiar, vamos creciendo en justicia y en santidad. Yo
deseo, pedirles realmente, por medio tuyo, que se mantenga mucho el respeto y
el amor familiar, que la familia prime en todo momento, que sea indispensable,
el tiempo, y la presencia, para que sea la familia la que, convocada por Dios realizando
su deseo, podamos crear un ambiente de justicia, paz y armonía.
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