Las dos mitades de René Wedekind

Por Mauricio López

Desde una tierna edad, el periodismo es la otra mitad de la vida de un magangueleño que llegó a Barranquilla con sus padres teleprontistas; de niño, René Wedekind jugaba con muñecos dramatizando noticieros representando él, el papel de director dentro de mini escenarios que eran los sets de televisión donde imaginaba ganarse la vida siendo adulto.  

Al reloj le bastaban cinco minutos para apuntar la hora acordada; llegué junto a un amigo, quien es reportero gráfico, al parque El Golf en Barranquilla para charlar con René. Un ambiente veraniego que tenía como compañera frecuente una humedad intensa a las cinco de la tarde, entre carrera 59 B y calle 82, me hicieron olvidar por un breve instante, del olor tropical y los sonidos que exhalaba un campo transpirado de deporte.

Empezamos a charlar. Me contó por qué le dicen el ‘canciller alemán’; sin embargo, también recuerda otro sobrenombre cuando aún no llegaba a Win Sports. “Jotas Mantilla, uno de los tantos narradores que tiene Win, la primera vez que compartí con él me dijo Canciller por lo de mi apellido alemán. A mí me agradó; en otra oportunidad, Andrés Salcedo me llamó el alemán diez”, contó.

Mientras la brisa empezaba a llegar, su hijo René entrenaba y nosotros nos adentramos en el tema del periodismo porque, aunque su pasión es el comunicar sobre actualidad deportiva, sus inicios fueron como actor buscando una puerta en el mundo de los medios.

- Yo comencé como actor, pero lo mío era el periodismo deportivo, fue en una serie que se llamaba ‘Casos de la vida real’ y eso me llevó a tener una coproducción de talentos entre Cali, Medellín y Barranquilla, pero lo mío siempre fue el periodismo deportivo. Esa fue la forma de meterme, luego con un casting llegué a la jugada.

De sus inicios en el medio deportivo, René recuerda dos escuelas, la de Hugo Illera, que era netamente informativa, y la de Hernán Peláez, que, dentro de su sobriedad, puede llamar todavía al debate con otros panelistas para generar diversas opiniones.

“Ahora es más fácil llegar a los medios”, fue lo que me dijo cuando comparábamos la vieja escuela del periodismo, de la cual él hace parte, con la que tenemos hoy. Sacó, entonces, un papel doblado de su bolsillo donde se hallaban apuntes con tinta azul sobre toda la información que investiga antes de cada transmisión y me lo mostró para presentarme, más que un ejemplo claro, una clase del ejercicio profesional de cómo se debe estar preparado antes de llegar a pararse frente a una cámara o con un micrófono en la mano para informar a la gente.

-Yo doy gracias por como empecé. Hoy estar en los medios es más fácil que antes. Comencé pagando la boleta más cara solo por estar cerca de las cabinas de radio en el estadio Romelio Martínez, solo por tener la satisfacción de estar cerca de ellos.

Al principio, hablamos del primer 50 por ciento de su vida, pero cuando el sol apenas empezaba a ocultarse detrás de las densas nubes, me habló sobre la otra mitad de su existir, mas bajo la inquietud de ser multado por haber tenido su carro mucho tiempo estacionado, tuvimos que hacer una breve pausa, lo que mutuamente nos benefició pues, con el largo trayecto mi garganta estaba seca y necesité de mi amigo para tomar agua antes de continuar.

Cuando decidimos seguir me habló de la familia, que, es sin duda, la fuerza de tracción de los hombres; su esposa y sus hijos son su razón de ser y la otra mitad que lo hace feliz y, aunque se mostró asombrado cuando me contó de su hija por la carrera que había escogido, también vi un movimiento en sus labios: una sobria sonrisa.

- Mi hija tiene 17 años y quiere estudiar comunicación social, me sorprendió, pero ella me aclaró que lo quiere ejercer en periodismo investigativo.

Cuando me habló de eso, obligado volví al tema del periodismo y le pregunté sobre su postura acerca las mujeres en el periodismo deportivo:

-A mí me gusta dejar de ser mito. Las mujeres tienen capacidad y, vinculadas al deporte, son muy buenas. Lo acabo de corroborar en el mundial pasado en Brasil: ellas juegan un papel importante, Colombia viene con una buena base y surgiendo.

Con una charla que se había extendido por 45 minutos más de lo pensado, llegó su hijo René, quien es arquero en Jaguares Fútbol Club de Barranquilla, lo observó y le dirijo la palabra: “Tu papá es un ejemplo para todos nosotros”, me sonríe y seguimos hablando.

-Él está muy ligado a su deporte, quiere llegar a selección Colombia.

En cuanto al fútbol, si es por alguna preferencia de color, sabe dar una respuesta objetiva que le ha valido hasta hoy para mantenerse dentro de los medios: “A mí no me identifican con ningún equipo de la costa y, por eso, tengo un equilibrio periodístico, quiero que me identifiquen como un periodista independiente y de criterio, que no me identifiquen con ningún equipo es lo que me ha llevado a participar en programas nacionales”.

“A mí no me identifican con ningún 

equipo de la costa y por eso tengo 

un equilibrio periodístico” dijo René

 cuando hablo de su rol profesional

Para cuando ya todo estaba a punto de terminar, solo me quedó explorar su parte más humana, el sol ya no nos acompañaba, pero había dejado el calor de las postrimerías de la tarde, el canto de los pájaros se estaba apagando, mientras las luces artificiales se encendían en los alrededores del parque.

Como siempre, es grato poder ganar una moraleja o reflexión de toda actividad que se ejerza, René Wedekind es uno de esos personajes, maestro no solo de periodismo fuera de un salón de clase, cuando encuentra talentos que apenas están surgiendo, sino también de la vida que apela a esta filosofía dentro de su cotidianidad: “La primera impresión no tiene segundas oportunidades”.