Por: Keller Gámez
Un
día soleado y brillante se tornó gris, las nubes cubrieron el paisaje, el
viento empezaba a helar. Acompañada de esto, ‘Negrita’, ‘Cubanita’, ‘Anny’ o
‘Sonriritas’, procedió a contar su historia. Pidió un lugar cerrado y con poca
luz, un salón del bloque K de la universidad Autónoma del Caribe y sus sillas
vacías fueron los perfectos cómplices y apoyo para ella.
En
el inicio de su infancia, Negrita era alegre, espontánea, curiosa, divertida y
abierta, como una niña normal de su edad. Su mayor entretenimiento era patinar,
como decía su padre: “Anny, tú aprendiste a patinar, antes que caminar”. Disfrutaba
jugar con sus amigos del barrio y pasar tiempo en sus hogares. Pero su vida no
fue siempre en colores brillantes.
El
suceso que cambió su vida: a la temprana edad de cuatro años, esta bella niña
fue víctima de abuso sexual. Pasadas las siete de la noche, la pequeña se encontraba en casa de una familia cercana,
puesto que esta acostumbraba a cuidarla mientras sus padres se encontraban
laborando. Ella veía muy concentrada su canal favorito de esa época “Cartoon
Network”, vestía un pantalón azul con negro en los bordes, el cual no tenía
corredera, ni botones, solo era sostenido por un “hembra-macho” y podía ser
abierto fácilmente.
El
hombre que cometió este acto, aprovechó que la otra persona que estaba en el
sitio comía su cena, le abrió
cuidadosamente el pantalón y lo bajó por las pequeñas piernas de la niña hasta
llegar a las rodillas. De forma inmediata, inició un juego con la zona íntima
de la infante, la cual se quedó estática, sin gritos y sin reacción, después de
explorar esta parte del cuerpo, el victimario procede a exponer su miembro
sexual, frotándolo con su mano derecha y con la izquierda le bajaba la prenda
de vestir a la menor hasta los tobillos.
No
conforme con esto, decide colocarla de espaldas sentada en sus piernas y con su
aparato reproductor en medio de ella. Cuando de repente, escucha que la otra
habitante de la casa está recogiendo los platos porque terminó de comer, se
cambia y le levanta los pantalones a la víctima velozmente.
La
vida en tonos grises: a partir de esto, la vida no volvió a ser la misma. Ella le comentaba a su madre
que no quería ir más a ese lugar y esta tuvo que buscar otra persona para
dejarla al cuidado de su hija. Cubanita no le prestó atención y siguió su vida
igual porque no entendía la importancia de lo que había sucedido, pero con
muchas limitaciones, ya no iba a la casa de sus amiguitos y disfrutaba más el
estar en su hogar.
Un
segundo encuentro con el victimario: Pasaron dos años desde aquel día, esta
persona decide volver a satisfacer sus ganas con la misma niña, pero esta vez
varía la situación, porque ahora sucede en el hogar de la niña. Los padres lo
dejaron al cuidado de ella y no había nadie, además de ellos; sin embargo, en
esta ocasión, ella no permite que se le desprenda de su pantalón, así que él le
quita la blusa, la cual estaba estampada con los personajes de Cartoon Network,
y toma las manos de la pequeña y comienza a frotarlas en su miembro.
¿Por
qué no le prestó atención? La inocencia de un niño, acompañado de la ignorancia
por la carencia de información gracias a la edad, no le permitió darse cuenta
del daño que le estaban haciendo. Así que, cuando tenía once años y en su
escuela católica iniciaron a dar charlas e implementar la educación sexual, fue
cuando reaccionó, pudo entender y comprender que había sido víctima de este
abuso.
La
llegada de la pre adolescencia: Inicia esta época donde las hormonas actúan por
sí solas y los chicos deciden comenzar relaciones amorosas. A los doce años, conoce a un joven, siente afinidad con él y se
convierten en pareja. Fueron “felices” muchos meses, pero había algo que esta
persona quería y que ella no podía darle debido a los previos sucesos, y este
se refugia en la infidelidad para poder satisfacer sus necesidades.
Cumplido
los dieciséis, ella vuelve a establecer una relación, con este chico se siente
cómoda en todos los aspectos y quiere ir más allá de los besos; sin embargo, su
cuerpo y alma le dicen que no, esta grita, se niega y sale corriendo del lugar
con lágrimas brotando de sus ojos, no pudo concluir el acto sexual y aparece
una segunda infidelidad.
Esto
la llevó a la reflexión y entiende que lo que ella no puede darles, ellos lo
buscan en otros lados. A partir de esto, ella entre en depresión mayor con
síntomas como desinterés y tristeza, pero logra superar esta problemática; no obstante, todos estos sucesos han hecho que se genere inseguridad y desconfianza
hacia el sexo masculino. Ya no permite que amigos de este género vayan a
visitarla, ni quedarse sola con ellos, aunque tenga más amigos hombres, solo
que ahora delimita el trato con ellos.
Relación
con el victimario: Esa persona sigue en su círculo social y actúa como si eso
no hubiese pasado. “Irónico, cínico y perro” estas palabras invaden la mente de
ella cuando este se acerca e intenta interactuar. Sonrisitas decidió callar su
historia y es esclava de una amistad que no desea, puesto que él le escribe
diariamente por Facebook, pero ella no le responde de la misma manera.
El
ejemplo de esta mujer es de admirar, es valiente porque no dejó que esto la
consumiera en su totalidad, recuerda con dolor el suceso, pero no siente odio
hacia la persona, se dio cuenta que este sentimiento no le hace bien, así que
lo erradicó. No se siente orgullosa por ocultarlo, pero fue como sucedió.
Negrita,
colores brillantes y tonos grises: A la edad de veintidós años, ella es una
mujer fuerte. Un poco estricta, pero una persona maravillosa en la que puedes
confiar completamente “Si pude guardarme este secreto tanto tiempo, puedo
guardar todo”. La alegría la caracteriza, siempre busca sacarle una sonrisa a
las personas con las que comparte y también a las diferentes situaciones de la
vida. Se ve a ella misma como una Celia Cruz andante, multiplicando lo bueno y
restando lo malo. Es una apasionada de la música, melómana, pero sus géneros
favoritos son la salsa y el rock.
El aspecto más importante a resaltar es que ve la carrera que está
estudiando, psicología, en la cual cursa sexto semestre, como una oportunidad
para ayudar a otras víctimas de abuso sexual, una ayuda que ella nunca tuvo,
así que, por medio de esta, buscará que todas las víctimas puedan sanar y que
de la mano superen poco a poco sin olvidar.
Mientras esta valiente
mujer narraba los hechos, frotaba sus manos anímicamente y la expresión en su
rostro era desgarradora, pero, al final, una pequeña sonrisa brotó, puesto que la
tranquilidad invadió su cuerpo: por fin, logró contar su historia.
Wao, me encanto y para reflexionar es más que bueno. Te felicito pupila.
ResponderEliminarMuy bueno. En nuestro tiempo no estaban estos canales aún. Aprovechen las.ventajas que hoy nos da la Tecnología. Mil bendiciones para todos.
ResponderEliminarEstamos ante una entrevista fascinante, que se supo manejar para mostrar la belleza de la superación y la fuerza, en lugar de solamente relatar un suceso oscuro. Narra la historia del abuso sexual de Sonrisitas (uno de los tantos nombres que usa), pero más allá de eso nos cuenta como logró hacerle frente a este hecho tan macabro- cosa con la que aún hoy tiene que lidiar. Es una historia sin final, que precisamente no debería tener final. La forma en la que terminó la entrevista es apropiada: en éste tipo de historias no hay tranquilidad. En lo personal, un final feliz significaría desdeñar el sufrimiento del sobreviviente. Y, aun así, el autor de la entrevista juega hábilmente con la narración para que no nos quedemos en las sombras; en cambio, es Cubanita quien lo hace, pero su historia, su testimonio, brillan como nunca.
ResponderEliminarPara mí, una entrevista inmortal. Más allá de su tiempo y perfecta para cualquier tiempo. Excelente trabajo.
Que entrevista tan conmovedora, pude imaginarme cada uno de los sucesos relatados y me invade un sentimiento de tristeza al observar este tipo de problemáticas que siguen vigentes actualmente, en donde el género masculino también ha tenido protagonismo cuando de víctimas se habla.
ResponderEliminarPese a que se presentó con diversos apodos, me imaginé en cada uno de ellos el rostro de la mujer que muy valientemente ha sabido salir adelante, no fueron muchas las características físicas que se aludieron sobre ella, pero esto deja volar la imaginación y las fotos permiten este imaginativo.
De principio a fin la documentación me pareció correcta, fue un hilo conductor que narraba cada acontecimiento con distintas etapas en torno a este caso desgarrador. Actualmente estudia psicología, me parece muy ameno junto con el propósito con el que desarrollará esta carrera, ‘negrita’ es otra víctima, otro ejemplo, otra superación.