“Busquen siempre la verdad en todo, no se dejen llenar la cabeza de basura y los oídos de mierda”: Jaime Andrade

Por: María Barros Pérez

No era un día como cualquier otro,  a pesar de que había hecho una oleada de calor impresionante; diría yo, muy poco común. Me encontraría con un joven físicamente apuesto, con facciones faciales definidas, lindos ojos y una gran sonrisa, de quien tenía muchas expectativas y esperaba poder llenarlas todas. Jaime Andrade, un joven que, como él mismo se describe, es emprendedor, apasionado, aventurero y “mamador de gallo”.

El encuentro ya estaba planeado, eran las seis de la tarde y me dispondría a ir a su casa, la cual se encuentra a pocas calles de la mía. Estaba ansiosa y nerviosa por encontrarme con él; al momento de llegar a su casa pregunté por mi entrevistado y me dijeron que aún no había llegado del trabajo, lo que me desconcertó un poco, pero me dijeron que me tranquilizara, que no demoraba en llegar; “pasa, siéntate y lo esperas, ya debe venir en camino”, dijo su hermana. 

Y así fue, entré, me senté y la cuenta regresiva había empezado. Pasaba el tiempo y  mi entrevistado no llegaba, cada segundo la ansiedad aumentaba más y más. “¿Qué habrá pasado?”, me pregunté, “se está tardando mucho”, dije. Y de inmediato la respuesta vino a mí. Recibí un mensaje de texto y era él,  pidiendo disculpas por el retraso y explicando los motivos de su demora; lo entendí perfectamente, para nadie  es un secreto el caos vehicular que se genera en la ciudad de Barranquilla durante las horas pico, y mi entrevistado no se había podido librar de este.

Durante la espera pude apreciar cómo era parte de las personas con las que convivía; a su madre,  una mujer joven y esbelta, su hermana menor, digna hija de su madre quien con una actitud muy risueña me entretuvo mientras él llegaba y a su pequeño, pero muy inquieto sobrino todo un personaje. 

Faltando aproximadamente veinte minutos para las ocho de la noche, al fin,  mi entrevistado había llegado. Me encontraba muy emocionada, la espera había acabado. Se dispuso a saludarme con mucha actitud:

-“¡Hola María!, ¿cómo estás?”

-“¡Hola!, bien ¿y tú?”

-“Me alegro, yo bien, gracias. Disculpa la demora.”

-“Gracias, yo igual. No te preocupes.”

Pasado unos segundos, me dijo: “Cuando quieras María, estoy a tu disposición”, y posterior a eso nos dispusimos a sentarnos y la entrevista empezó. Al comienzo, lo noté un poco tímido, no encontraba las palabras correctas para expresar lo que quería comunicarme, pero con el avance del diálogo todo mejoró. Me contó quiénes eran sus padres, cómo había sido su infancia y, de una manera risueña, dijo: “de pequeño era muy, muy inquieto, siempre me han dado rabia las injusticias sociales, por eso de pequeño siempre andaba peleando”, añadiéndole a eso: “era revolucionario porque no me gustaban las causas injustas, entonces, yo siempre peleaba defendiendo a los compañeros, les decía: “cáscalos,  que si se vienen pesados yo los jodo”; esto, para argumentar los constantes dolores de cabeza que le causaba a sus padres. Seguido de eso, me comentó cómo habían salido adelante después de que la violencia le arrebatara en un atentado a su padre policía, un pilar muy importante en su vida, “Soy víctima de la violencia armada de este país; afortunadamente, ya perdoné a los agresores, voté sí en el proceso de paz”, expresó Andrade. Su historia me cautivó de inmediato, era admirable la manera en que narraba los acontecimientos y el hecho de que no guardara rencor.

A pesar de ser una persona que se graduó de bachiller académico en el año 2006 con matricula condicional por motivos académicos y disciplinarios, logró graduarse con honores debido a haber obtenido las mejores pruebas ICFES del colegio y, de tal manera, acceder a una beca académica.

Al preguntarle por sus preferencias académicas, dijo: “siempre me ha gustado todo lo que tiene que ver con la parte ambiental, la naturaleza, más específicamente la zoología”, pero que por motivos económicos y por las pocas posibilidades que tendría en el ámbito laboral para ejercer su profesión, no pudo estudiarla. Pasado un año, se dio cuenta de que también le gustaban los negocios y decidió estudiar administración y finanzas realizando a su vez una especialización en gerencia de mercadeo de los que hoy en día es un profesional. “En el momentico estoy haciendo una maestría en desarrollo sostenible, ya voy a empezar segundo semestre, estoy haciendo mi tesis en un tema que tiene que ver con ecoturismo”, manifestó Andrade.

Es un joven emprendedor que, actualmente, trabaja como el jefe de planeación de la fundación FUNECOS, en la que, en resumidas cuentas, buscan el desarrollo sostenible del departamento del Atlántico, el crecimiento, la conservación de las zonas verdes, la fauna y la flora por medio de eco rutas; dijo: “la fundación me parece algo hermoso, me apasiona mucho, ya que trabajamos con los niños, trabajamos la parte ambiental y la parte social”. 

   

Una de las palabras que más me cautivaron fueron las que refirió al terminar de hablar de la fundación y de las obras que están realizando: “cuando uno hace un aporte para otra persona uno se siente realizado, cuando le das un aporte a la sociedad, cuando retribuyes que estás en el mundo”, añadió.

Finalizando la entrevista, surgió el tema de la juventud, los problemas que hoy día atraviesa y un mensaje de superación de su parte hacia ellos, que más que eso, es una crítica y un llamado de atención. Jaime Andrade pide a gritos a la juventud que persistan a pesar de las dificultades, que no se dejen llevar por lo prejuicios, que investiguen, que no vean siempre lo mismo, que lean de todo un poco, que se pongan metas fijas para cumplir sus sueños y que busquen siempre  la verdad y no se dejen llenar la cabeza de basura y los ojos de mierda. “Si le gusta la música dedíquese a la música, con el tiempo uno se da cuenta que no todo es el dinero”, comentó Jaime Andrade.

Estas palabras me llevaron a pensar si la juventud estaba actuando bien, y si  yo, como parte de ella y de este mundo, lo estaba haciendo, si estaba poniendo de mi parte  para retribuir mi existencia y lograr el propósito por el cual estoy aquí.

Jaime Andrade, un joven activo, a quien le gusta leer, el deporte, viajar por toda Colombia y la música, en el que ha desempeñado su talento con la guitarra y el piano, aspira en algún momento poder ser vocalista; afirmando que ha escrito varias canciones y varias poesías que no han sido publicadas, y quien a su vez, nos deja con la incógnita de unos libros sobre marketing, desarrollo sostenible y literatura que planea escribir. Al preguntarle si era una meta que tenía, esta fue su respuesta: “eso es una de las cositas que tengo pendiente, no como tal mi meta, ya he escrito poesía, he escrito unos cuentos y algún día una novela”.

La entrevista terminó con agradecimientos por parte y parte, a pesar del retraso todo había sido muy agradable. Definitivamente, sentía que no me había equivocado, las expectativas que tenía al respecto fueron superadas. No solo había logrado realizar la entrevista, sino que también había obtenido conocimientos, mensajes de superación y de vida que debía compartir con los lectores.