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martes, 5 de junio de 2018

El Padre Betancur: “Escuchar, comprender y trabajar para la comunidad desamparada”


Por: Luis Carlos Madrid

Hace 23 años llegó a Barranquilla sin ningún propósito. Estudió comunicación social en la universidad Autónoma del Caribe. También realizó su especialización en Comunicación para el desarrollo regional con estos. Estudios realizó grandes proyectos que fueron rechazados por la arquidiócesis por falta presupuesto. Tiempo más tarde, fueron tomados indebidamente para volverlos realidad.

La labor que le ha tocado en la ciudad es muy compleja. Desde los primeros días en la ciudad, le tocó trabajar solo en los barrios más difíciles de esta, corregimientos muy abandonados, uno de estos fue el municipio de Ponedera, donde comenzó su labor como arquidiocesano. Fue tomado como uno más de ellos. “El trabajo aquí fue complejo, me tocaba trabajar con las uñas, la situación era compleja, ahí estábamos abandonados por la Alcaldía, me tocaba salir a buscar recursos para poder subsistir, fueron mis ganas de trabajar con la comunidad que me hizo seguir adelante, me enfermé mucho aquí, pero la comunidad siempre estuvo conmigo.” Siendo tan solo un joven sin prestigios, sin estudios, nuevo en la ciudad, decidió estudiar. Estando en este municipio, ejercía una labor especial con los jóvenes, un sacerdote deportista con ganas de tomarse municipios aledaños a este como lo era Martillo.


“Me tocaba subir a este cada dos días para celebrar la eucaristía, los primeros días fue difícil no tenia monaguillos, no tenía el respaldo de alguna persona que nos ayudara con la eucaristía, En Martillo, el sacerdote anterior no celebraba acá, tuve una reunión con un grupo de personas de este, fueron mi base para invitar a la juventud, las personas creyentes para que se acercaran y fueran parte de diferentes grupos, armando en la comunidad. Mi único medio de transporte en ese entonces era un Wolsvagen. Gracias a él, podía ir a la ciudad de Barranquilla. Con diferentes actividades, pudimos armar la parroquia, la Casa Cural, mejorar ciertas cosas de esta que estaban en un mal estado. Mi duración fue de 6 años acá. Creo que fueron los 6 primeros años más duro de mi carrera sacerdotal, me tocaba estudiar para cumplir en la universidad (primeros semestres), no fui el mejor estudiante en mi segundaria, estuve a punto de perder octavo, como todo chico de esa edad; aproximadamente, te estoy hablando de unos 43 años atrás, en Medellín se vivía mucho lo que era el narcotráfico, mis principios siempre fueron claros. Uno de mis sueños era ser futbolista profesional, antes era duro no como ahora que cualquiera puede llegar a jugar profesionalmente. Mi papá siempre nos llevaba al campo de Heliconia lugar donde nací y estuve mis primeros años; luego, subí a San Antonio de Prado donde estuve la mayoría de mi vida.”


Luego de estar en Ponedera, estuvo en un municipio muy lindo del Atlántico llamado Usiacurí, donde la gente era muy diferente al anterior, donde la tranquilidad lo acompañaba, donde la unión hacía la fuerza.

La iglesia y el trabajo realizado aquí por él fueron importantes. El trabajo y el estudio siempre primaron en él, tanto así que siendo un simple joven estudiante universitario le nace una gran idea en compañía de un estudiante compañero y sacerdote: Álvaro Porto. En compañía de él, creamos el proyecto llamado. La Catedratón, consistía en recoger fondos con la comunidad, pedirle ayuda a grandes empresarios y sus apoyo para las parroquias que estaban en proyectos, también nos nace la idea de crear el periódico arquidiocesano llamado El kairós, pero el proyecto no  fue aprobado por monseñor Rubén Salazar, tiempo más tarde de haber entregado el proyecto y ser denegado, la arquidiócesis lo monta realmente, cuando entonces él se encontraba trabajando en Caracol Radio y Minuto de Dios: “En ningún momento pensé en reclamar nada Dios sabe cómo hace sus cosas.”

Trabajando en Caracol Radio y estudiando le nace una propuesta del canal Caracol para trabajar con ellos. “Esto me lo proponen gracias a mi dedicación y trabajo cuando lo hacía en la radio, era mi  oportunidad de trabajo más importante en ese tiempo, como nosotros seguimos ciertas normas arquidiocesana me tocaba consultar con monseñor Rubén, que estaba en ese tiempo; de igual manera, no fue aceptada para él, fue cuando salió el padre Alberto Linero, en menos de dos años proyectos y oportunidades únicas denegadas, pero mis ganas seguían intactas por trabajar.”

Luego de todo esto, estuvo a punto de retirarse de la arquidiócesis de Barranquilla, y devolverse a la de Medellín. Cumplido su tiempo en Usiacurí, fue trasladado a la iglesia de San Pío, cerca de la cárcel del Bosque, donde de igual manera permanecía solo.
“Mi labor aquí fue mi corta, estando ya en la ciudad me encargan la capellanía del Asilo San Antonio, encontré el apoyo de las hermanas en este, también me encargan los encuentros deportivos de la arquidiócesis.”

Cumplido 6 años en El Bosque, lo trasladan nuevamente a un barrio de poco apoyo. Los Olivos Segunda etapa, con una tasa de delincuencia alta. “El trabajo aquí fue con los jóvenes; el desarrollo con ellos en vez de subir, iba bajando, pero logramos disminuir esta tasa con diferente actividades recreativas.”

Cerca a este barrio, sigue laborando las actividades, de una u otra manera para ir incrementando las oportunidades para ellos. “Ahora estoy en el barrio La Paz y soy el capellán de Jardines de la Eternidad norte, no existe ningún remordimiento con ninguna de las personas que me dejaron atrás, estoy contento de trabajar con la comunidad. Para esto Dios me envió y si lo quiso así aquí estoy trabajando.”

El padre realizó una buena inversión en apoyo con otras personas como lo es el padre Cirilo Suwin para mejorar la parroquia, luego de recuperarse con su operación de la próstata dice que sigue con ganas y más ganas de seguir trabajando por la comunidad.

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