“Un sueño con sabor a mar”

Por: Carolyn Sierra Hernández

Eran las 4 de la tarde de un día normal en la vida del chef Carlos Carmona, un sábado para ser más exactos. Su día transcurría como de costumbre en el restaurante que. para él, es su segunda casa.

Llegué al restaurante con una hora de anticipación, era un día caluroso donde Carlos me recibió muy amablemente y me invitó con una copa de coctel de mariscos, mientras esperaba pacientemente que este se desocupara por completo. Un rato más tarde nos sentamos en una de las sillas del lugar donde comenzó la entrevista.

Inició contándome sobre su pasado, su vida y cómo fue que terminó trabajando en Barranquilla. Es oriundo del Guamo, Bolívar, un pequeño pueblo ubicado al sur de San Juan Nepomuceno; allí creció y vivió durante toda su adolescencia y parte de su juventud, pero la vida lo obligó a separarse de sus raíces luego de que le arrebataran a él, y a toda su familia, su casa, su finca y todo aquello que habían conseguido de tantos años de esfuerzo para lograr ser una de las familias con más dinero en el pueblo. Todas sus esperanzas y sueños se fueron abajo cuando los paramilitares y la guerrilla hicieron de las suyas arrebatándoles todo, no solo a ellos, sino a decenas de guameros.

Después de vivir ese desplazamiento, Carlos cuenta que llegar a Barranquilla y acostumbrarse a la vida de ciudad le fue difícil, pero con el tiempo se fue adaptado y que, hoy por hoy, se considera un barranquillero más que tiene  mucho que agradecerle a esta ciudad, puesto que aquí, consiguió todo lo que alguna vez soñó: al amor de su vida, sus hijos y un trabajo estable. Oportunidad que hoy agradece a su amigo y jefe Manuel Roa, quien, según cuenta Carlos, desde un principio le brindó la confianza para que hiciera parte de su negocio cuando tan solo era un joven recién llegado a la capital del Atlántico. En este restaurante, llamado Picasso Ostrería Carlos, aprendió a preparar toda clase de comida de mar, y de verdad que, actualmente, le gustaba hacerlo y destacarse como el mejor, tanto así que es la mano derecha, consejero y, a veces, hasta cumple la función de administrar el restaurante cuando su jefe no se encuentra. Lleva más de 20 años laborando para esta ostrería que le permitió trabajar para otros restaurantes reconocidos en la ciudad  como Noa Sushi & Robata y Varadero. En estos restaurantes conoció mucho más sobre la comida de mar; Carlos expresa que “aunque no todo el mundo es amante a esta clase de comida, es mayor la gente en todo el mundo que la prefiere".

Gracias a  su experiencia ha inventado diversas recetas, que han tenido mucha aceptación en el público, tanto así que una de ellas tuvo la oportunidad de aparecer en un artículo de la revista Barra, para felicidad de él.

Este reconocimiento se le dio en el año 2016 cuando se encontraba trabajando en Noa Sushi & Robata; según lo que relata en la entrevista, esto significó mucho para él, “fue algo que jamás se me pasó por la cabeza y, sin embargo, estoy muy agradecido porque me tuvieron en cuenta; además, esto me abrió muchas más puertas en el mundo de la cocina de mar”, expresó.

Actualmente, Carlos Carmona tiene 44 años y se encuentra trabajando para el restaurante Varadero entre semana y los fines de semana en la ostrería que se ha negado a dejar porque siente que si lo hace estaría siendo egoísta, no solo porque fue su jefe quien le dio la oportunidad de ser  alguien en la vida, sino con el negocio como tal y los clientes fieles  que lo conocen y le tienen aprecio. De esto me pude dar cuenta al momento de hacer la entrevista y observar que cada cliente lo saludaba de manera formal e, incluso, me contaba que hay clientes que solo prefieren ser atendidos por él, esto lo decía sin un mínimo de arrogancia.

Además de ser alguien que ama cocinar, es una excelente persona, siempre dispuesto a ayudar a los que lo necesitan; amable y servicial.

De él aprendí que por más difícil que sea el camino que haya que recorrer siempre hay una esperanza, una luz, que los sueños se cumplen sin importar las circunstancias, pero, sobre todo, que cuando amas y te apasiona lo que haces, seguramente al final terminaras triunfando.