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jueves, 12 de septiembre de 2013

El último domingo de mayo

Édgar Larios
Por É
César García
dgar Larios 
y Cesar García

Estamos a 261 días de las elecciones presidenciales en Colombia, y hoy, el presidente Juan Manuel Santos, ve en entre dicho su triunfo para conseguir la reelección, gracias a los adversos resultados que arrojaron las encuestas realizadas por la firma Gallup, en las cinco principales ciudades del país, en las que quedó evidenciado la baja favorabilidad que el mandatario tiene.

Si bien, el estado se ve alterado por la crisis que afrontamos, entre paros, problemas de inseguridad y costo de vida, resulta categórico afirmar que el cuestionario realizado a los ciudadanos fue oportunista, maximizando los errores cometidos por Santos en lo que va corrido de su periodo de mandato.

Para muchos colombianos resultaba promisorio lo que podía pasar durante su periplo, por los tres pilares fundamentales sobre los cuales levantaba su gobierno. Al proponer una ley de víctimas, una de restitución de tierras y aplicar estrategias para fortalecer las relaciones internacionales, las expectativas en sus seguidores, e incluso detractores, empezó a crecer.

En esa misma línea, Santos, tan pronto consiguió la presidencia, emprendió una lucha para librarse del manto ‘Uribista’ que lo envolvía, implantando una idea de ‘Unidad Nacional’, con la que pretendía una inclusión de las diversas corrientes políticas del país en su gobierno. Quitándose el estigma que le dejó el anterior mandato, en el que las políticas de ‘Seguridad Nacional’, fueran las únicas protagonistas.

Si la nación estaba reticente con el proceso de paz y su desarrollo, ahora lo debería estar más, ya que Santos, empezará una disputa  con la inexorabilidad del tiempo y la desfavorabilidad de los ciudadanos, quedando en evidencia su sobreintención de lograr la paz,  con el firme propósito de mantenerse al poder por cuatro años más.


Llegará el último domingo de mayo de 2014, y hasta entonces sabremos qué pasará con este país, que está a la intemperie de un presidente que sigue buscando consolidar imagen ante la nación, mientras trata de desenredar los hilos del proceso de paz, y se deshace de su karma llamado ‘Álvaro Uribe’. 

4 comentarios:

  1. AMIGO LA VERDAD QUE YO PIENSO LO MISMO PERO TOCA ESPERAR EN ESTE PAIS DICEN UNA COSA Y TERMINAN HACIENDO OTRA.
    DIOS MULTIPLICO LOS PECES,MADURO MULTIPLICO LOS PENES,SANTOS MULTIPLICO LOS PAROS Y URIBE MULTIPLICO LOS PARAS JEJEJEJE SE LA DEJO AHY

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  2. Totalmente de acuerdo! Vivimos en un país ciego de los que le pasa, estamos rodeados de personas que votan por un mercado, una láminas para el techo, unos bloques, etc. Sabemos que este país necesita un presidente que nos represente bien a nivel internacional pero que no se haga el loco ante las situaciones internas que tiene el país, que de la cara y responda por todos los daños causados por los múltiples paros que se presentaron en su mandado. No a la REELECCION de SANTOS!

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  3. Solo Dios sabe la injusticia que vivimos a diario no solo en Colombia sino en el mundo. Aunque es cierto que Colombia venda su voto de la peor manera, poco a poco este pueblo sin memoria escarmienta. Los paros vividos en estos ultimos días es el resultado de tanta vergüenza que sentimos por nosotros mismos y lo cansados que nos sentimos de que nos metan los dedos a la boca. Se nos está cayendo la venda de los ojos y por eso a última hora cualquier cosa puede pasar, ya no somos tan predecibles como antes. Empecemos a cambiar la mentalidad y nuestras consciencias a través de comentarios como estos, que surgen de una nota, una noticia o de un simple conversación con los vecinos.

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  4. Leonardo Valle Pomares6 de octubre de 2013, 13:48

    Pudo haber continuidad en los aspectos bastante buenos de la Seguridad Democrática, pero al primar el Ego del actual mandatario se volvió a perder terreno ante los ilegales. Hoy día aunque el Gobierno diga lo contrario, la sensación de inseguridad en las ciudades no es solamente eso, una sensación, sino una realidad preocupante. Le falta al Presidente una alta dosis de vivir en la realidad.

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