En la década de los 70 era él el
boom en la radio Barranquillera. En la radio de hoy en día poco son recordados
los grandes que alguna vez hicieron historia y es bueno que las nuevas
generaciones que quieren hacer parte de este medio de comunicación sepan quiénes
son estas magníficas leyendas.
Luis, más conocido es su época dorada como Lucho Arias, era quien locutaba en
la emisora "Radio Olímpica" y era también el encargado de presentar
algunos de los más importantes eventos de esos tiempos, se codeó con los más
grandes cantantes y ayudó también, de una u otra forma, a impulsar la música del
maestro Joe Arroyo aquí en Barranquilla.
¿Puede decir que su vida hasta el momento es
como la soñaba o imaginaba?
Yo pienso que todos, en algún momento
de nuestra niñez, soñamos con ser muchas cosas, realizar muchísimas actividades
que, al final, no terminan siendo así, en tantos y tantos planes que tuve no
imaginé estar de lleno en este mundo de la locución, pero si Dios me puso en
este camino fue por algo ¿no? ¡Ay qué bonito es!, me complace y gratamente recordado
por mí tantos momentos vividos en este mundo, recordar el nacimiento musical de
tantos grandes de mi época y que aún suenan.
Cuando tuve mis inicios en Radio
Olímpica, lo que es hoy en día Olímpica Estéreo, bueno, ahí comenzó la parte
laboral más bonita de mi vida.
¿Cuál fue el primer
aspecto significativo que le permitió considerar la música como su estilo de
vida?
A todas las personas nos apasiona algo
en esta vida, y a mí me apasiona la música, pensé que no habría nada mejor para
terminar de desarrollarme en el ámbito laboral que locutar, pero hablando de lo
que más me gustaba y ¡claro! opté por la radio, donde hacía lo que me gustaba,
como me gustaba y alegrando a los oyentes que al igual que a mí, les gustaba
mucho la música.
¿Cómo empezó todo?
Como mencioné anteriormente, yo primero
trabajé en una empresa de teléfonos, pero se me presentó la oportunidad de
trabajar en Radio Olímpica AM cuando andaba al mando mi amigo, colega y tocayo
Luis Altamiranda, también locutor de esa misma emisora, no fue fácil porque
nada en esta vida lo es pero todo con amor y esfuerzos se logra.
Tiempo después ya fui creciendo, ya yo
presentaba los eventos en los grandes bailes, en Carnaval por ejemplo, tiempos
muy lindos.
Uno de los momentos más significativos de su
vida musical fue cuando trabajó con el maestro Joe Arroyo ¿Cómo fue eso?
¡El Maestro Álvaro José “el Joe Arroyo”!
Ese hombre era un mounstro, que lo sepa todo el mundo. Yo conozco al Joe Arroyo
a finales o a comienzos de los 70, lo conozco aquí en Barranquilla cantando con
una orquesta que se llamaba "La Protesta de Colombia" una orquesta
salsera, compuesta por barranquilleros, cartageneros, y, en general artistas de
toda la costa, muy, muy buena la orquesta. Yo lo conozco más o menos cuando él tenía
unos 18, 19 años. Fue prácticamente, cuando yo también estaban iniciando en
radio, ya tenía como unos 2 o 3 años, aquí se produce un vendaval en uno de los
barrios más populares de Barranquilla, en el Campito, allá en el sur de la
ciudad, y un compañero mío no de la radio, porque yo trabajé también en la
empresa municipal de teléfonos y trabajé también en la radio me dijo que
buscara a la protesta de Colombia porque iban a hacer un bazar e iban a recoger
unos fondos, ahí lo conozco personalmente porque lo había visto en tarimas, en
el paseo Bolívar, lo había visto ensayando en "Radio Libertad" ya se
hablaba de Joe Arroyo, ahí lo conozco en una noche ¡Fabuloso él! Fue ahí cuando
tuve la oportunidad de decirle "oye pelao tú vas llegar lejos, tú vas a
ser grande" y sí, que lo fue, desde ahí se consolidó una muy bonita
amistad, hasta sus últimos días estuve con él, compartí muchos momentos con
Joe; entonces, no tengo más que calificarlo como una amistad grata,
encantadora, y muy, muy importante para mí.
¿Qué considera que es
lo más valioso que el maestro Joe Arroyo le enseñó?
Valiosísimo resaltar el hecho que él
empezó muy joven, ustedes lo vieron en la novela que le sacó el canal RCN,
aunque no todo fue cierto, digamos que sus inicios si fueron bastante luchados,
ese pelao no se rendía, si algún obstáculo se le presentaba lo sacaba adelante.
Mira, me enseñó que en la vida debemos
luchar por lo que queremos, Joe Arroyo fue grande, conocido nacional e
internacionalmente y aún después de fallecido seguimos coreando sus canciones,
es un vivo ejemplo de lucha y éxito.
¿En qué punto de su vida
se sintió realizado?
Sentirse realizado no es sólo cuando
uno ya está cómodo con su trabajo o con lo que hace, yo me sentí realizado
cuando, además de eso, me vi siendo parte de una familia a la que le debo todo,
que ha sido mi sustento y mi motivación todos los días de mi vida.
¿Sigue viviendo la
música como antes?
Sigo viviendo la música como antes con
la música de antes, aún conservo en mi colección de discos, muchos álbumes que
en su momento trastocaron mi vida y se convirtieron en la ambientación de las
fiestas, en las listas de reproducciones cuando trabajaba en las emisoras, y en
las melodías que escuchaba en mi diario vivir; sin embargo, hay ciertos temas
de esta nueva era de la música como yo lo llamo, que no me disgustan; Creo que
dentro de toda la arbitrariedad y la denigración de la música; siempre habrá
una minoría que se preocupe por conservar la esencia pura y no perder el
sentido creado por los grandes cantantes reconocidos a nivel mundial por su
logro como artistas. Así como hay que amoldarse a las nuevos patrones
culturales, así mismo la música también ha mutado y ha traído nuevas
representaciones y formas de expresión. Uno no puede huir de eso; simplemente,
hay que aprender a vivir y a adecuarse a
las nuevas eras, sin olvidar lo que uno conserva.
Bueno, ahora que estábamos hablando del
maestro Joe se me vinieron a la mente muchos recuerdos con él, porque, a pesar
de lo talentoso que era, también fue muy indisciplinado, nos hacía pasar unos
sofocos tremendos, yo duré muchos años siendo el presentador del Hotel Del Prado,
era tremendo porque Enrique Chapman lo contraba, le decíamos a las 11 de la
noche o 1 de la mañana y a la 1 que tenía que presentarse estaba apenas
saliendo por decirles de Ciénaga, tenía dos o tres músicos que llegaban
temprano, que siempre eran Chelito, el timbalero, el pin, las dos trompetas, o
alguno de los trombones, pero el resto de la orquesta apenas venía en viaje, y,
entonces, a mí me tocaba inventar todos los concursos habidos y por haber para
esperar el Joe, pero cuando llegaba el negrito ahí se calmaba todo. Aún así él
se ganó ese cariño de Barranquilla, yo creo que de todo el país. Se ganó mi
cariño. Y siempre resultará muy importante porque la carrera del Joe empieza prácticamente
cuando empieza la mía.
¿Cuál considera usted
que es el legado que le deja a las futuras generaciones?
Yo vivo de la música, yo vivo por la
música, siempre he considerado que es sólo a través de ésta que el hombre en
realidad puede expresarse, puede detenerse a reflexionar, incluso puede lograr
hacer catarsis. El legado propio que podría ofrecer se trataría de innumerables
melodías que conformaron la estructura de muchos de los programas musicales que
presenté. Evidentemente, la música de ahora no tiene absoluto parecido con la
de antes. La de antes sí que era música, las letras de cada una tenían un
sentido, tenían un mensaje, tenían una intención; estaban hechas de
sentimientos y el cantante realmente creaba un vínculo emocional con sus
oyentes, eso no se improvisa, porque no sólo es la canción, es la
interpretación del artista. Pero no puedo desmeritar muchas emisoras que aún
ponen a sonar esos clásicos, yo creo que jamás faltarán los amantes de esas
composiciones. Mi legado musical, es eso, la buena música, la vieja música, los
grandes artistas de antaño.
Para usted ¿qué es la música?
La música es vida, la
música es el sentido del amor, de la paz, de la tranquilidad. La música es una magnificencia. La música lo
es todo.
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