Por: María José Barrios y Luis
Fernando Guerra. Periodista
con más de 30 años ejerciendo la profesión, ha cubierto mundiales de fútbol,
Juegos Olímpicos y todo evento deportivo que se realice en nuestro país, Mike
Fajardo, periodista barranquillero, formado en la Universidad de Antioquia.
Lleva ya muchos años trabajando para RCN y cubriendo de manera especial al
Junior de Barranquilla y al deporte en general de la capital atlanticense.
¿Cómo
fue la formación de Mike Fajardo en su hogar?
Éramos 6 hermanos, yo soy el
quinto. Mi madre era separada, me crió y educó junto a mi abuela; eso me llenó
de valores, respeto por los seres humanos, el valor del trabajo, y una
formación que me enseñó que el trabajo es la mejor forma de obtener riquezas.
¿Y con su padre, cómo fue la
relación?
Con mi mamá fue extraordinario,
es la persona que más quiero en la vida. Con mi papá, pues yo diría regular. Nunca
pude entender cómo mi madre, siendo tan buena persona, mi padre decidió
separase de ella. Aunque esto me permitió estar más cerca de mi mamá.
Tenemos entendido que usted
estudió periodismo en la Universidad de Antioquia, ¿por qué se tuvo que ir a
otra ciudad a prepararse y no lo hizo acá en Barranquilla?
Porque cuando presenté el
examen de admisión, me gustó, me impactó, y dije acá tengo que estudiar. Además,
me gustaba Medellín como ciudad y era un propósito para mí. Aunque también
quería alejarme un poco de mi familia, formarme, y preguntarme qué iba a ser de
mi futuro y cómo lo iba a enfrentar.
¿Cómo era el nivel de la
universidad?
Extraordinario es una buena universidad,
acompañado de un movimiento estudiantil donde se debatían las ideas, y en ese
epicentro es donde yo quería estar.
Usted tiene dos hijos,
Estefanía y Mike, ¿cómo es su relación con ellos?
Extraordinaria: son parte
fundamental de mi vida; Mike es mi primer hijo y lo adoro; Estefanía es mi
debilidad estudia comunicación social y eso nos da más tiempo para compartir, y
uno no se imagina que una niña fuera tan amorosa con su padre. La admiro y la
quiero no solo como mi hija, sino como la persona que yo quiero formar para que
trabaje en los medios y para que abra su camino por sus propios méritos.
Lleva mucho tiempo
trabajando en el periodismo deportivo; ¿Cuéntenos una anécdota que guarde como
un tesoro?
En los Juegos Olímpicos de
1980 en Los Ángeles, yo era el más joven del equipo; nosotros no estábamos
acreditados, y por atrevido conseguí que nos habilitaran a todos en el staff de
RCN. Gracias Julio Gerlein Comelín, perteneciente al Comité Olímpico, además de
ser barranquillero. Los directivos no nos querían acreditar, yo fui al hotel en
donde se hospedaban y pregunté por Julio, en el momento me dijeron que no podía
hablar con él por motivos de seguridad; sin embargo, observé una carta que iba
dirigida a él a la habitación 1101; inmediatamente lo llamé, le dije que
necesitaba un favor y me dijo que bajaría en 15 minutos, bajó y le comenté el
hecho de ser 11 periodistas sin acreditación, me aseguró que lo resolvería de
una. Fuimos a la oficina del COI (Comité Olímpico Internacional), y le pidió a
una asistente que acreditaran a 11 periodistas de su país. La señorita nos pidió
los datos y nos aseguró que nos llamarían al día siguiente, cosa que
efectivamente pasó. Todo esto sucedió, ya que uno cuando es joven no mide las
consecuencias y cree que no existen barreras para cumplir en su trabajo, esta
historia la cuento mucho por eso, para dar una lección.
La radio barranquillera ha
sido muy criticada por el vocabulario que utiliza ¿usted qué opinión tiene al
respecto?
Sí, yo creo que hay mal
gusto. La radio es una fuente de recreación, de
educación y de orientación; pero hoy en día no hay control de calidad;
anteriormente, los locutores tenían que presentar un examen frente al
Ministerio de Comunicaciones para conseguir su licencia de locución hoy hasta
el que vende puede ser locutor. Los grupos piensan que pueden utilizar los
medios, hoy los gerentes son irresponsables y poco exigentes con sus productos.
Muchas veces utilizar términos vulgares es más fácil, que aplicar el español de
la manera más adecuada. Claro está que hay periodistas preparados, que hablan
muy bien, pero son más reducidos sus oyentes y la vez más selectos.
Barranquilla fue cuna del
periodismo y la radio en Colombia; en la actualidad, ¿la capital del Atlántico
está a la vanguardia o no en materia radial?
Barranquilla es la cantera
de grandes voces, inimitables tanto en el pasado como en la actualidad, Henry
Jiménez, Edgardo Caballero, Edgar Perea, Andrés Salcedo, entre otros, voces que
tienen carácter internacional, pero que no se le ha dado valor en la radio,
porque cualquiera ejerce la función. Pero Barranquilla es privilegiada porque
produce muchas voces de calidad y que son de orgullo para nuestro país, mire a
Óscar Santiago, una voz con calidad o a mi compañero Alberto Mercado, un gran
narrador.
¿Y en cuanto a la
programación?
Esta es una parte delicada, donde impera el
mal gusto. Hay buenas voces, pero poca capacidad de inventiva y poco desarrollo
de la creación, aquí es donde se confunden las cosas y empieza la vulgaridad,
porque para tener un micrófono hay que tener mucha responsabilidad.
El periodismo deportivo de Barranquilla
también ha tenido ciertas críticas, pues se sostiene que solo se habla de
fútbol ¿esta de acuerdo con esto?
El fútbol es en la sociedad el
deporte más popular, la ONU tiene 204 países afiliados, la FIFA tiene 208
países, en todos los rincones se ve el fútbol. El beisbol tiene su público al
igual que boxeo; sin embargo, hay personajes como Ibargüen o Quintana que
despiertan la pasión de muchos, y es que el deporte despierta pasión. Además,
hay deportes que son más populares que otros y el fútbol manda en este aspecto,
pues existen canales que dedican únicamente a este deporte.
¿Qué tanta influencia tiene
la empresa privada en el periodismo barranquillero?
Debe tener más influencia en
los noticieros, que tienen pautas publicitarias que les permite no tener muchas
críticas, que las cosas no se ventilen tanto, un ejemplo un pauta de Electricaribe
puede influir para que no se diga que el servicio es malo. Los conglomerados
ejercen presión y están eliminando los medios, como El Espectador que criticó a
grupos económicos en sus momentos, estos le quitaron las pautas y comenzó la
crisis para el periódico.
¿Pero tener estas pautas no
choca con la ética de un periodista?
Claro que sí, pero hay algo
de fondo, algunos estamos contratados con unas empresas; hay otros colegas que
son concesionarios, deben pagar por su espacio y les queda difícil. Los
funcionarios públicos encontraron una manera para darles a los periodistas para
que no se conociera sus errores en la labor de servir a la sociedad.
También se comenta que el
periodista de fútbol que habla de Junior está manejado por las manos de los
Char, con lo cual no son críticos con el equipo ¿comparte esta opinión?
Por mi parte, nunca hemos
tenido pauta de estos señores, y esto nos da tranquilidad a la hora de hacer
una crítica, pues no estamos ligados con los dueños del equipo. Lo seguro es
que sí afecta, nosotros sabemos que para sobrevivir tienes que vender, si es
ético o no es otra cosa, la necesidad puede comprometer la información, no lo
justifico, pero algunos pensarán que no se quieren morir de hambre.
¿Qué importancia le da usted
a los periodistas deportivos que están surgiendo?
Mucha, en mi grupo la voz
comercial tiene 19 años, hay otros de 22 y de 30, que aportan nuevas ideas y si
logramos amalgamar la experiencia con la juventud, podemos hacer un buen
trabajo para los oyentes.
¿Qué opinión tiene de Junior
en esta temporada?
El equipo le falta, futbolísticamente
se ha mostrado débil frente a los grandes, los refuerzos no han mostrado su categoría,
el equipo es plano, sin variantes tácticas y sin contundencia. Yo no creo en el
Zurdo, él es difícil para los medios, lo que pasa es que los Char lo quieren y
es el único técnico vitalicio del mundo.
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