Si hay algo de lo que Alix López Vargas, editora
de Locales del diario El Heraldo, se siente orgullosa, es de poder ayudar a la
gente. En sus 27 años de ejercicio como periodista, esta barranquillera se ha
preocupado por llevar información veraz a las personas, además de servir como
la voz de aquel que llama a quejarse, bien sea por un servicio caro, un hueco
en la calle en donde vive, o de la inseguridad de su barrio.
Desde la sala de redacción del periódico más
importante de la región Caribe colombiana, mantuvimos un diálogo ameno con la
periodista, quien nos contó varias de sus muchas anécdotas, su visión sobre el
periodismo de ayer y hoy, y algunos consejos para quienes se quieren desempeñar
en esta labor.
¿Qué la
motivó a ser periodista?
Desde muy pequeñita, leía mucho. Yo leía, sobre
todo, las historias de reinas. Me llamaban mucho la atención los reinados y yo
siempre quise ser redactora de sociales e ir a Cartagena o a Miss Universo. Ese
era mi sueño dorado: redactar noticias de tendencias o de farándula, como dice
uno. Ya después, empezó a cambiar porque empecé a leer sobre seguridad y
problemas de ciudad, y me llamaba mucho la atención la historia de los
barrios y de cómo los periodistas
podrían ayudar a la gente a mejorar su
calidad de vida a través de denuncias para solucionar problemas.
Aquí en El Heraldo empecé haciendo prácticas cuando estaba en
octavo semestre, en la Universidad Autónoma (soy egresada de la Autónoma). Llegó una amiga y me dijo que si quería
empezar a hacer prácticas en El Heraldo y listo. Estaba Olga Emiliani, la
maestra de periodismo, que me empezó a leer las notas. Empecé recibiendo llamadas
de quejas de ciudadanía: que hueco, que la basura, que el barrio es inseguro,
que no hay alumbrado público, y eso era lo que hacía yo, una página de
comunidad tal como hoy lo hacemos. La retomamos porque eso me gusta mucho, ahí
empecé como redactora de quejas. Después me pasaron para los municipios y de
municipios pasé a sociales, que era mi sueño dorado, pero ya no tanto. Ya lo cumplí. Después fui
redactora de locales y como desde hace cinco años crearon unos cargos de editor
de judiciales, editor de locales y editor de política, ahí el editor general me
consideró, me propuso la edición de locales y yo gustosa.
¿Se veía en ese puesto cuando estaba en la universidad?
Lo que
pasa es que había un profesor de la universidad Autónoma que se llamaba Toño Negreira,
quien me dijo: “Tú tienes como cara y voz de presentadora. Tú puedes ser
presentadora o de radio”. Entonces yo me veía como presentando noticias o
escribiendo noticias de farándula, eso me encantaba. Pero ser editora de
locales es una experiencia muy bonita.
¿Qué diferencia hay entre el periodismo que se hace hoy y el
que se hacía hace 20 años?
Hace 20 años trabajábamos con las uñas. Yo le digo a mi hija
y las amigas de mi hija que estudian periodismo que hoy tienen todo a la mano. Nosotros,
para hacer una tarea en la universidad, teníamos que ir a una biblioteca a leer
libros viejos, y así se pasaba ejerciendo el periodismo. Si queríamos un mapa
de Barranquilla o un mapa de la seguridad de Barranquilla, teníamos que ir al
Agustín Codazzi, a la cartografía, a buscar esos mapas grandes. Solo teníamos
teléfonos, no había celulares. Había los telex, que eran como las redes
sociales de la época. Después vino el inalámbrico, que eso fue una maravilla y
después vinieron los celulares. Hace 20 años se trabajaba con todo el gusto,
pero con mucho más trabajo. No teníamos las herramientas al alcance ni las
noticias así como hoy es, tan fácil. Como decimos nosotros, “cualquiera puede
ser periodista”. Por Twitter, quien te diga que acaban de matar a una persona y
te manda la foto, eso se llama la gran aldea. Como dice uno, todas esas redes
sociales han acortado distancias, y hoy en día la noticia te puede saltar desde
cualquier lado, bien sea Facebook o agencias. La llegada de las redes y la
internet mejoró mucho el tema del periodismo.
Cuando cubría municipios, me tocaron muchos bloqueos, la
gente bloqueaba por malos servicios públicos. Allá íbamos y entonces lanzaban
gases lacrimógenos y bloqueaban la vía. Una
vez en Tubará nos tuvieron todo un día a mí y al periodista que ya falleció, el
señor Miguel Villareal. Él y yo nos quedamos casi doce horas allá y nos soltaron,
nos liberaron a la medianoche, cuando era el entonces gobernador Fuad Char (el papá de Alejandro Char), alcalde
y gobernador después. La condición era que “si no llegaba el gobernador, no los
liberamos”. El gobernador llegó como a la medianoche, pero esto yo no lo vi así
como peligroso. No. Yo lo vi como una condición y ese día se portaron muy bien.
Peligroso hasta ahora nada, gracias a Dios.
¿Cuál es la noticia que le
ha tocado cubrir que más la haya conmovido?
Muchísimas historias me han conmovido. Me han conmovido, por
ejemplo, cuando uno va a la policía y se encuentra con las mamás (que pasa
siempre y nos sigue pasando) del
detenido, del que capturaron, del que asesino o del que robó el celular o que
acaba de matar, y nos dice “señora, por favor, ese es mi hijo. Es hijo mío, él
no tiene la culpa, no me lo saque en el periódico”. Eso te conmueve
impresionantemente, porque los muchachos o los delincuentes no tiene idea de lo
que sufre la mamá. Entonces sí me tocó mucho, eso me tocaba horriblemente. Uno
llegaba a la policía y encuentra a la mamá y le decía “ese es hijo mío, no lo
saque”, y yo tenía que sacarlo porque la misión era tomar la fotico -si era
mayor de edad, claro-, sacar el nombre y todo. Imagínate el dolor de una mamá
al ver su hijo muerto o capturado, eso es lo más horrible. Todos los días son
experiencias así.
¿Cuál ha sido lo más significativo de su papel como editora de las
noticias locales en el periódico EL HERALDO?
Para mí siempre es, aunque
parezca una tontería, yo siempre le digo a los redactores que contesten
cualquier llamada telefónica, por más “tonta” que sea, porque puede ser una
llamada de una persona que necesita que tú le ayudes: un hueco, que le llegó el
recibo del servicio caro, que me acaban de atracar, que hay un incendio. Son
casos que nos pasan todos los días. Entonces para mí eso es lo más valioso y
significativo, el poder ayudar a la gente es lo más satisfactorio. Con una
llamada telefónica tú le puedes mejorar o alegrar el día a alguien, o salvar la
vida a mucha gente, como nos ha tocado.
¿Cree usted que la Internet es el futuro del
periodismo?
No, exactamente.
De hecho, el futuro del periodismo está, en mi opinión, en hacer buen
periodismo, independientemente del soporte que utilicemos. Hay ejemplos de grandes
trabajos en periódicos, televisiones, radios y, por supuesto, en internet. Lo que ocurre es que la red nos ofrece más posibilidades para dar a
conocer nuestro trabajo, para llegar a más gente y para hacernos ver, sobre
todo cuando no se trabaja en un medio. Con internet han desaparecido las
barreras industriales. Hoy cualquiera con ganas y talento puede hacer buen
periodismo y enseñarlo al mundo. Es evidente, no obstante, que en esta era
digital el consumo de información está evolucionando de manera vertiginosa y
debemos ser ágiles y flexibles para adaptarnos y responder a esa demanda, a los
nuevos soportes y a las nuevas formas de comunicar e informar.
¿Es
lo mismo escribir para online que para papel? ¿Dónde está la diferencia?
Creo que esa diferenciación entre papel
y online está superada. Hay que escribir bien y un buen texto se devora en
papel o en internet, independientemente de su extensión o de su tono. Hay
ejemplos de webs con textos cortos y otras con textos amplios. Otra cosa es que
en internet el consumo de información es más diverso y hay usuarios que
quieren, por ejemplo, noticias de consumo rápido con gran apoyo audiovisual.
Pero es lógico, porque Internet alberga algo de prensa escrita, de televisión,
de fotografía, de radio. Y también usuarios muy diferentes.
¿Qué consejo les da a los
estudiantes que quieren ser periodistas?
Tener calidad humana, primero que todo. Que la noticia te
conmueva, que te haga vibrar, que te sorprenda. Que les genere muchas dudas,
muchas preguntas, que nunca esté contento con lo que obtiene, sino seguir
escarbando. Por supuesto leer mucho, escuchar noticias. Ahora los muchachos
hablan mucho de las redes sociales, pero es necesario, yo les recomiendo mucho
leer periódico en el papel. A mí me encanta mucho el olor a papel a tinta. Leer
revista, leer periódicos, leer por las redes todo lo que puedan leer, leer
libros de periodismo, por supuesto, pues aquí lo que tenemos son grandes
escritores y aprender técnicas de ortografía y redacción en general.
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