Por Yessica Rivas
“Ojo por ojo y diente por
diente” ¿Es acaso así que pone en práctica la moralidad? Aunque si de este tema
se trata, conviene evocar al presidente de los Estados Unidos, quien en las
últimas declaraciones propuso, en defensa de su honorable nombre, cabe destacar,
bombardear el régimen gubernamental de Siria, con la excusa del reciente ataque
con armas químicas a la población civil.
Pero entra en cuestión lo
siguiente: Obama alega a su favor que hay que responder frente a estos actos,
ya que no debe ser tolerada la violación a los derechos humanos. Por tanto, lo
más justo es que Asad pague por el uso de gas sarín. Si bien, fueron alrededor
de 1.300 víctimas mortales, es bastante razonable entonces que Estados Unidos,
una potencia mundial frente un país tan débil como Siria, emprenda un ataque
para castigar otro ataque.
Teniendo en cuenta que la
posible guerra “justa”, de las potencias contra una pueblo bastante debilitado,
le dará un castigo ideal a Basher Al- Asad, y en donde, posiblemente,
resultarán más víctimas, debemos decir que el señor presidente, tiene muy en
claro la magnitud de lo que le cuesta la credibilidad a los Estados Unidos de
América. Un país, que como todos sabemos, apoyó hace algunos años a Sadam
Hussein cuando usó armas químicas contra los iraníes, lo que hace mucho más “moral”
el ataque.
Sin embargo, la voz del
presidente ruso Vladimir Putin, sentenció que el posible ataque sería una
agresión si no tienen la aprobación del Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas, acto que ya podemos catalogar cierto, al tener en cuenta que Obama le
pidió respuesta al congreso, ante la iniciativa del bombardeo, para el martes
de la próxima semana.
Mientras tantos, al otro
lado del charco, los Damasco es casi una ciudad desierta, el miedo por los
ataques ha hecho que sus habitantes emigren a otras partes que no son objetivos.
De pronto, este es el posible razonamiento de Obama, quien quizás pensará que
así el número de afectados y víctimas será menor al causado por el gas sarín.
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