Vanessa Saldarriaga |
Aldair Estrada |
Por
Vanessa Saldarriaga y Aldair Estrada
El
ejército estadounidense espera la orden de Barack Obama para arremeter contra
Siria; el gobierno de Bashar al-Asad pide a la ONU evitar un ataque; mientras
tanto, académicos del mundo y la Unión Europea plantean una solución política y
no militar.
La
situación coyuntural que, actualmente, fijan la atención del gobierno
imperialista en Siria, cuya economía se basa en la extracción del petróleo,
recuerda el episodio que se vivió en marzo del 2003, cuando EEUU invadió a Irak
por supuesta posesión de armas de destrucción masiva. La historia es recordada
por el mundo y ahora la comparan con los argumentos que Obama brinda a la
comunidad internacional para castigar el ‘uso’, por parte del gobierno sirio,
de gases químicos (gas sarín).
Pero,
¿no querrá realmente EEUU apoderarse del petróleo de la zona, como ya lo hizo
con Irak años atrás? Las condiciones del terreno siempre han sido de gran
atención para los norteamericanos, el interés por dominar política y
económicamente esta zona, en donde el petróleo pulula, ha sido una de las
grandes obsesiones que, diferentes analistas políticos, advirtieron desde la
década de los 90’. Ya empezaron con Israel, luego con Irak y ahora van por
Siria.
El
silencio de la comunidad internacional, sobre el tema, ha sido sospechoso. Ni
siquiera El Vaticano se ha expresado al respecto. No obstante, algunos países
se han pronunciado y sus mensajes han sido para apoyar a uno u otro bando;
generando así una polarización que estaría cultivando el escenario para una
guerra de fuerte magnitud.
Aunque,
¿quién lanzó los gases? Por el momento, la ONU no lo ha podido establecer
culpables, pero, como los ‘gringos’ son reconocidos por ser ‘super espías’, afirman
que fue el ejército del gobierno el que los empleó. Sin embargo, al-Asad afirmó
que no poseen tales armas y que el ejército rebelde es el responsable. Entonces,
¿pudo EEUU entregar dichas armas al ejército opositor para desestabilizar la
zona y proceder, tal y como lo intenta hacer ahora?
El
tema debe ser llevado ante un Tribunal Penal internacional o puede ser
solucionado mediante procesos de justicia y democracia en Siria, con apoyos de
la ONU y otros países. Queda claro que no se requiere de una ocupación militar
y, menos ahora, cuando el mundo anhela la paz. Sin embargo, falta ver qué le
dice el pajarito a Maduro sobre la posición que Latinoamérica debe adoptar ante
el tema.
Todo parece ser una trama de una película barata de acción, cosa que evidencia no la sagacidad del gobierno de EE.UU. para cometer sus acciones de invasión, sino, la gran capacidad mediática y política para sustentar sus actos.
ResponderEliminarPor otro lado es cuestionable el por qué EE.UU. siempre pretende presentarse como los héroes del mundo, esa carreta solo se deja para sus comics; la verdad es que el único país que ha usado una bomba nuclear contra la humanidad ha sido precisamente los EE.UU., al igual que en distintas guerras de forma directa o indirecta (apoyando ejércitos, dictaduras, etc.) también ha atacado con armas químicas (véase la invasión a Vietnam).
El problema es el silencio, la manera en la que un gobierno puede ser más fuerte 'en lo público' que 7 mil millones de ciudadanos. Si algo pasa es porque se permite, si bien, como plantea Bauman, esta es una 'sociedad moderna líquida', en donde el miedo es la estrategia del sometimiento, la asociación vuelve valiente a los cobardes y los lleva a convertirse en ciudadanos empoderados que reclaman justicia y verdad.
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