Por: Camilo Oviedo y Noely
Velasco.
Como de costumbre, las vías en la 72 se encontraban congestionadas por los distintos vehículos que la transitaban, mientras el calor nos comenzaba a desesperar. Eran alrededor de las cuatro y veinte de la tarde, minutos previos antes de la hora acordada, estamos en las puertas del lugar en donde se llevaría a cabo la entrevista; al momento de entrar, quedamos sorprendidos, nos topamos en la entrada a Jorge Cura, quien ha sido ejemplo en el periodismo, ganándose el reconocimiento con su admirable trabajo, poseedor de distintos títulos y reconocimientos que han adquirido a lo largo de su carrera, lo saludamos mientras caminábamos hacia la recepción para entrar a la cabina de radio con Diana Comas, el recepcionista sin titubear nos dejó pasar a la emisora, donde ella nos esperaba.
Diana nos recibió con una gran
sonrisa, dándonos la bienvenida a la emisora; con una personalidad despampanante,
nos comenzó a contar una historia que le había pasado antes de su llegada a la emisora.
Se encontraba un poco triste y se le ocurrió salir a dar un paseo, pasando por
una tienda se encontró con una camisa que decía que era la mejor, no de una
manera convencional, un tanto vulgar pero autóctona y divertida, la compró, la
usó se tomó fotos con ella y la subió a sus redes, llenándola de seguridad.
Diana Comas inició
relatándonos su camino al periodismo. “Recuerdo que, desde la niñez, cuando yo
estaba en el colegio, en la primaria siempre me gustaba ser la que presentaba
los actos cívicos, la que leía los trabalenguas o hacía cosas que a otros
compañeros les daba pena, como coger un micrófono”.
En el bachillerato continuó en grupos de oratoria,
los concursos de poesías “me los ganaba”,
se destacó en los grupos de teatro, en los de música y todo lo que fuera
las humanidades, trató de sacar ese talento que tenía con un grupo de
compañeras de décimo y undécimo, crearon el periódico del colegio “ITC
NOTICIAS”, tenían chalecos y comenzaron a inventar las noticias del colegio,
apenas tenía doce años en el colegio y hacía parte de prensa escuela. Mientras
hablábamos, la emisora seguía en vivo, presentaban los clásicos de fruko y sus
tesos, seguido de tan famoso tic que cada barranquillero conoce y canta después
de dar la hora: “Emisora Atlántico”, mientras nos seguía relatando de su vida,
sonaba la canción navideña de Café Águila Roja de fondo, era casi imposible
dejar de cantarla en la mente.
Diana estudió en colegio
público comercial y en once grado la enviaban hacer prácticas profesionales de
secretariado, de mecanografía. En vista del perfil que tenía, la enviaron a un
noticiero, que en ese momento existía, se llamaba “Tele Heraldo LTDA”, que
presentaba Osvaldo Sampayo y La Chechi Donado, relataba que llegó como
practicante durante seis meses requeridos
para una estudiante de bachillerato, todo el tiempo estaba pendiente al tema
del periodismo, “el trabajo mío era estar pendiente de cosas de secretaria,
pero yo nunca estuve pendiente de eso”, sino, como asistente de los periodistas
que hoy son sus colegas.
Cuando terminó el colegio, sus
posibilidades económicas eran solo acceder a una universidad pública, la
Universidad del Atlántico, “yo decía; bueno, yo tengo talento para las artes y
estaba un poco como perdida”. Con una sonrisa y esa leve expresión que hacemos
al tratar de recordar nos contó su trayecto en esa universidad. “Me presenté en
arquitectura, porqué no podía acceder a estudiar la profesión que yo quería,
repitió tres veces álgebra. En uno de los paros de la universidad, se encontró
con una de sus ex-compañeras del colegio, que le presentó a la mejor amiga en
ese entonces, ella estudiaba en la Universidad Autónoma del Caribe. “Ella
comenzó a contarme las clases que veía y, ahí me sentí maravillada al escuchar
todo lo que yo quería estudiar y hacer con mi vida”.
Como joven entre los 20 años,
consciente de su situación económica, pero con todo el ánimo de conseguir eso
que anhelaba, se presentó en la Universidad Autónoma del Caribe, obtuvo la
posibilidad a través de algunos créditos permitiéndole inscribirse, ella era un
poco mayor y venía de una educación completamente pública, con una meta
definida “ yo no podía perder el tiempo, sabía que si yo quería estudiar, lo
mío, tenía que comenzar a trabajar, a
mostrarme, yo tenía el talento”.
La venta de ropa, zapatos y todo lo que podía vender en la universidad ayudaba
a pagar su semestre.
Desde muy joven, demostró su
desempeño en las crónicas, fue el ensayo ganador en el taller de Ernesto Mccausland,
estando en segundo semestre “eso me impulsó mucho, cuando comencé las prácticas
con el hambre de trabajar y mostrar mi talento, llegué a Emisora atlántico,
comenzando proyectos como: las crónicas de la alianza informativa, mientras
ellos hacían sus noticias me especialicé en hacer las cosas diferentes”.
Aquella sed de hacer cosas nuevas la llevó a ganarse con ese proyecto, el
premio de la Asociación Colombiana de Comunicación Social, aun estando en
cuarto semestre.
En Barranquilla, comenzó a
abrirse paso la prensa popular, la empresa grupo medios, crearon un periódico
popular llamado Nuestro diario, que, con el tiempo, se convirtió en el que
conocemos como Qhubo. “Me fue tan bien, que las primeras portadas eran mías”,
allí duró 8 años en el cual debido a su desempeño tomó roll también, como
editora los fines de semana, más adelante tomó durante 4 años la dirección de
este, simultáneamente, fueron creciendo muchas revistas y periódicos dedicados
a un público popular en los cuales también participó, como gente norte, que
circula todos los fines de semana en el norte de la ciudad.
Durante casi 4 años gracias a
sus crónicas e informes especiales, trabajó como corresponsal para Blu radio
cubriendo importantes acontecimientos en la costa, como la llegada del papa
Francisco en Cartagena, la muerte de los wajuu en la alta Guajira, entre otros.
También presentó durante dos años. Meridiano Blu desde Barranquilla, siempre
conectada con el equipo desde Bogotá.
De vuelta al lugar que la vio
nacer, Emisora Atlántico, “tuve un año muy positivo como ganadora de un premio
de periodismo en carnaval, categoría radio, por una serie de crónicas llamadas
“el barrio abajo, la tierra que parió el carnaval” y también un reconocimiento
en los premios gema, por el periodismo ambiental.
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