Colombia
ha sido caracterizada en diversas ocasiones como “un país sin memoria”, debido
a la facilidad con la que olvida los buenos sucesos que hacen parte de su
historia. Realidades que, lamentablemente,
son opacadas por la gran cantidad de hechos negativos que han golpeado a
la nación. Un claro ejemplo se presenta al analizar las decisiones tomadas en
algunos periodos presidenciales que generan consecuencias a largo plazo, y que,
luego, no son controladas acertadamente.
Evidentemente,
el gobierno de Juan Manuel Santos se ha visto afectado por las decisiones que
en el pasado mandato, en cabeza de Álvaro Uribe, fueron determinantes para el
país, y que, sin lugar a dudas, fueron el detonante para la desaprobación de
los colombianos hacia el presidente Santos. Un ejemplo de ello, es todo lo que
ha desencadenado el Tratado de Libre Comercio (TLC) en casi la totalidad de los
sectores productivos, económicos y sociales del país.
Como
consecuencia de esta alianza internacional, que desde el 2004 tuvo lugar a
negociaciones, cobijada por el Gobierno de Uribe, el país atraviesa hoy una
crisis sin precedentes, en la que el principal y único juzgado es Santos. Lo que
inicialmente se visionó como una oportunidad de progreso para el país, hoy es
la causa de aumento en la pobreza, desempleo e inseguridad, temas que, al mismo
tiempo, repercuten en el debilitamiento del sistema de salud y educación, a lo
que el actual Presidente no ha sabido darle un adecuado manejo.
Es
así, cómo la imagen de Santos está en decadencia ante un país inconforme con
sus políticas y autoridad con la que ha enfrentado ciertas situaciones. La
crisis de los campesinos colombianos, enmarca el descontento de los
colombianos. Desaprobación que fue precisamente el tema
que originó los paros y desórdenes que actualmente se están viviendo en todos
los departamentos del país.
Esta desaprobación pasó en los últimos dos meses del 39% al 81%,
según la encuesta revelada por la firma Gallup Colombia, quien,
además, señaló que la desaprobación popular a la
forma cómo maneja los casos de corrupción es del 69 % y en el manejo de la
economía, la reprobación es mayor, con un 77 %. El manejo del desempleo, con el
74 % de rechazo, el problema de la guerrilla con 75 % negativo, del
narcotráfico con 62 % de reprobación, y de la educación con 57% negativo.
Esta
encuesta, que fue realizada entre el 27 de agosto y el 2 de septiembre de
2013, consultó a 1.200 personas en las
cinco principales ciudades de país. Y reveló, además, que el 72% de los
ciudadanos no aprueba la gestión del gobierno y el 82% piensa que las cosas en
Colombia están empeorando. Situación que se ha salido de control para el
presidente, quien, al parecer, cree y asegura públicamente que estas crisis no existen.
Desatando controversias en las redes sociales, a la que cínicamente Uribe se ha
unido para juzgar algo de lo que él también es culpable.
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