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jueves, 14 de junio de 2018

Los límites están en tu mente

Por Laura Salgado Mendoza

La entrevista fue cuando ella se desocupó de sus labores diarias, llegué a su linda y acogedora casa en el barrio Hipódromo de Soledad a las 7 en punto de la noche; como lo habíamos acordado. Nos presentamos, se encontraba en compañía de un joven: al parecer muy cercano a la familia, su pequeña hija Keren de 8 años, más tarde bajaron sus dos hijos mayores, Adolfo y Elías de 12 y 19 años de edad.


Alejandra María Parody Guzmán, de 40 años, creció en el barrio el Porvenir del municipio de Soledad, en un hogar muy pobre, pero lleno de mucho amor, unión familiar y ganas de salir adelante.


-No fue un hogar perfecto, pero nunca fui maltratada, ni tocada. Mis padres fueron muy buenos- dijo con un gesto de alivio y felicidad en su rostro.

Alejandra me contó que había días en que no tenían ni donde hacer sus necesidades básicas, muchas veces se fue para la escuela sin desayuno y sin merienda. “Yo me iba con el uniforme remendado, porque eso era lo que me regalaban y mi mamá lo remendaba, pegaba los zapatos colegiales, los dejaba secando debajo de la cama, al día siguiente los usaba y ya cuando volvía estaban abiertos otra vez”, expresó. Siempre con un deseo incesante de superación, se graduó de bachiller en el colegio Simón Bolívar.

Junto a sus dos hermanos mayores, Roberto y Carlos, sacaron el negocio de picar con un hacha carros y luego vender repuestos; compraron un lote en la 17 y contrataron a alguien para que los picara. Ella viajaba a Medellín y Bucaramanga y se traía los buses. El negocio comenzó a crecer, las personas los comenzaron a reconocer; viajaban desde otras ciudades a comprarles repuestos. Al mismo tiempo, estudiaba Administración de empresas en la Universidad CUC en la cual hizo hasta séptimo semestre.

Se casó, conformó una familia; a la fecha tiene 10 años de haberse separado. Cuenta con cierto grado de tristeza su fracaso matrimonial, hecho que no ha sido impedimento alguno para considerarse una persona afortunada, luchadora y agradecida con la vida. Actualmente, el negocio es de lubricantes para carros ubicado precisamente al lado de su lugar de residencia.

Se encuentra estudiando derecho en la Corporación Universitaria Americana, en la cual está homologando algunos semestres que hizo en la Universidad Simón Bolívar, pero que por cuestiones de tiempo y ocupaciones no pudo continuar y decidió transferirse. Es madre cabeza de hogar, trabaja y estudia, ¡todo al mismo tiempo! Muy emocionada, me comentó que con la ayuda de amigos, familia e hijos, está creando una fundación sin ánimo de lucro, llamada Milagros de Fe y Esperanza, cuyo fin principal es contribuir al desarrollo adecuado de niños, niñas y adolescentes en estado de extrema pobreza y vulnerabilidad; inspirada por aquella dura infancia de la cual solo recuerda lo bueno que le trajo a su vida haber padecido económicamente hablando.

La fundación Milagros de Fe y Esperanza es un homenaje a una niña que falleció a causa de un problema cardiaco; la falta de recursos y poco acompañamiento del estado para los tratamientos adecuados hicieron que perdiera la vida en el barrio El Porvenir. La pequeña tenía como nombre Milagros. Para Alejandra es una motivación y cree que mediante estas actividades (que son realizadas en la casa donde vivía Milagros) podrán ayudar a muchos niños en este tipo de situaciones.

Con charlas pedagógicas, brigadas de salud en unión con la Cruz Roja y otras actividades, se buscará crear conciencia en los padres de familia del sector.

“Los límites están en tu mente”, con mucha motivación Alejandra Parody repite una y otra vez esta frase de aliento.

Fui conociendo a sus dos hijos conforme iban bajando del segundo piso, primero el de 12 y luego el de 19, ambos igual de tímidos y callados, muy contrario a la personalidad de la niña: espontanea, avispada y juguetona, se pasó toda la entrevista haciéndonos reír. Alejandra dejó muy claro lo importante que es para ella y su familia este proyecto que apenas comienza, pero que parece ser una gran oportunidad para crear un impacto en la sociedad y generar un cambio en la vida de esos niños.

2 comentarios:

  1. Alejandra María Parody Guzmán, de 40 años, creció en un hogar muy pobre en el municipio de Soledad, donde había muchas carencias, pero el amor y la unión no era una de ellas. Su situación no era la mejor pero no vivió ningún maltrato por parte de sus padres, cuenta como era su situación, que a veces se iba a la escuela sin comer y lo peor era que muchas veces no tenía ni siquiera donde hacer sus necesidades básicas. Ella y sus hermanos sacaron el negocio de picar con un hacha carros y luego vender repuestos, después de muchas inversiones para el negocio, este comenzó a crecer y al mismo tiempo se encontraba cursando la carrera de Administración de empresas en la Universidad de la costa, pero solo llegó a séptimo semestre. Más tarde, casada y con hijos, aún tiene el negocio de lubricantes de autos, se dedica al hogar y al mismo tiempo estudia. Finalmente, habla del proyecto de una fundación sin ánimos de lucro llamada Milagros de Fe y Esperanza, la cual velará por el buen desarrollo de niños vulnerables y estados de extrema pobreza; a su vez narra como la idea surgió.

    Pienso que es una entrevista creativa un poco menos descriptiva que las demás ya que solo narra un poco en el principio y al final, le faltó un poco más de detalles, pero en su totalidad fue una gran entrevista la cual contó una historia muy inspiradora para las personas y más aún para aquellas que no tuvieron o tiene un ambiente favorecedor (más que todo económicamente). Esta entrevista fue interesante de leer ya que la información que contenía era de suma importancia y no solo escribía por tener más información en su entrevista; en definitiva, me gustó y la recomendaría para leer, sería mucho más excelente si contará con la descripción de más acontecimientos que pasaron en la misma.

    -Melissa Andrea Pérez Tovar.

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  2. Alejandra María Parody Guzmán, creció en el barrio Porvenir del municipio de Soledad, en un hogar muy pobre pero lleno de mucho amor. Cuenta que, muchas veces, ella y su familia no tenía donde hacer sus necesidades, y que muchas veces se fue a la escuela sin desayuno. Con los zapatos remendados se graduó de bachiller del colegio Simón Bolívar.
    Junto a sus dos hermanos mayores, sacaron el negocio de picar con un hacha carros y luego vender repuestos; compraron un lote en la 17 y contrataron a alguien para que los picara. Ella, viaja a otras ciudades a buscar más repuestos para así poderlos vender. El negocio fue creciendo y logro ingresar a la universidad CUC, donde curso hasta séptimo semestre de Administración de empresas. Actualmente, el negocio es de lubricantes para carros, ubicado al lado de su lugar de residencia. Es madre cabeza de hogar.
    Luego de un tiempo, se casó, pero su matrimonio no fue duradero, a la fecha tiene aproximadamente diez años de haberse separado. Hoy en día, tiene una fundación sin ánimo de lucro, llamada Milagros de Fe y de esperanza, cuyo objetivo es contribuir al desarrollo adecuado de niños, niñas y adolescentes en estado de extrema pobreza y vulnerabilidad.
    Opinión: Buena entrevista. No pierde el objetivo que quiere mostrar. Le permite al lector conocer la historia de la entrevistada y los motivos por los que considero la entrevista. En la narración, fue concisa, clara. Utilizó términos entendibles para todo público, pero se quedo corta en los detalles que debió destacar de la puesta en escena. Eso es fundamental en una entrevista creativa.

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