Por:
María José Marín y Luis Fernando Blanco.
Mi familia,
principal motivo para salir adelante.
Adrián
Borrero es un joven que con tan solo 17 años, ha conseguido mucho para su
parecer. Actual jugador del conjunto Deportivo Patriotas, de Tunja, es
considerado por sus conocidos y familiares alguien que ha sabido aprovechar las
oportunidades que Dios le ha puesto en su camino. Con tan poca edad, ha recorrido
grandes equipos antes de llegar a pertenecer a Patriotas, como lo es el conjunto
deportivo Independiente Santa Fe de la ciudad de Bogotá, donde estuvo 2 años en
las inferiores del equipo capitalino; luego, en las inferiores del Club Atlético
Junior de Barranquilla jugando 1 año. Sin duda alguna, fue el jugador más
destacado en las temporadas donde fue partícipe. Siempre lució la camiseta del
“gran 10”.
Este
joven, nacido en el barrio San Felipe, de Barranquilla, demuestra que todo
cuánto sabe se debe a lo que ha aprendido desde su casa, un hogar lleno de
valores, donde prima el respeto, la humildad y la responsabilidad. Sus amigos
de barrio también le aportaron a tener la oportunidad de consolidarse como
jugador profesional, pues con ellos hizo sus primeras andanzas en el deporte.
Alude que no hay nada como el fútbol callejero, pues fue allí donde decidió no
quedarse solo jugando en las calles sino también retarse en una cancha de
verdad, con gente a la expectativa y por hinchada a quien alegrar.
Su
mayor sueño es ser un jugador de fútbol destacable y respetado, lograr ser el
mejor en cada equipo, donde pueda tener una oportunidad y brinde siempre lo
mejor de sí, como es el caso del Club Patriotas. Sus goles siempre van dedicado a su familia,
la cual dice que son su motor de vida: “Me gusta hacer goles lindos para que el
equipo y la hinchada del equipo quede contenta y complacida, esto le gusta a la
gente y hace que me quieran en el equipo y no me dejen ir”.
¿Qué características consideras que posees para ser un
futbolista?
Yo
opino que con talento y disposición lo que uno se propone es más probable
cumplirlo. No solo es ser bueno, sino tener la disciplina para serlo, y ese es
mi principal objetivo. Y pienso que me sirve para cualquier cosa que quiera
emprender, me hace ser un jugador único y muy capaz de afrontar mis retos, pues
sé que los tendré. Es así como pienso salir adelante y lograr lo que quiero. No
quiero nada fácil, quiero que prueben de qué estoy hecho, que noten mi esfuerzo
y que puedo valer la pena.
¿Quién te inculcó la práctica y el amor por este deporte?
Recuerdo
que desde pequeño, es algo que se va formando en la personalidad de uno. Mis
padres siempre han sido muy futboleros; con mi papá, me sentaba a ver los
partidos de Europa y me decía que el fútbol embellece una ciudad, un país. Y le
creo.
En
mi escuela, pues todos pateábamos la pelota. Mis compañeros y yo nos reuníamos
todos los descansos y jugábamos como si fuese la final de un torneo, esa vaina
me empezó a apasionar (suspiró). Me gusta verlo, escucharlo, jugarlo y lo más
importante sentirlo; yo lo siento en la piel, en los huesos, en mi alma. Amo
estar poniendo a rodar un balón.
Claro
que uno necesita el apoyo de otras personas, que noten lo que uno sabe hacer,
que lo encaminen y, sobretodo, le abran la mente y sueñen en grande. Uno sueña,
pero también hay que guerreársela por merecer esos sueños y empezar a abrir
puertas. Recuerdo que, en mi colegio, vendía dulces para tener dinero para los
pasajes y el arbitraje de los partidos que tenía los fines de semana, pues ya
había empezado a estar en equipos de fútbol de mi ciudad, como lo fue Escuela
Barranquillera de Fútbol, Escuela Deportiva Parma y Deportivo Galapa. El apoyo
de los jugadores técnicos fue estupendo, me hicieron sentir importante y más
que eso, me hicieron sentir valioso como jugador del bello deporte del fútbol.
También me regañaban y aconsejaban; nada de eso se me olvida hoy en día.
Actualmente, si me toman en cuenta en estas inferiores y me destaco entre mis
compañeros es porque me propuse disciplinar mi talento.
Para cumplir un sueño, es necesario pasar por las verdes
y las maduras, ¿cómo fueron los retos que tuviste que afrontar en el proceso de
aceptación?
Yo
siempre voy a estar en un proceso. Aunque esté en un equipo, siempre mis ganas
son evolucionar, pulir mi talento. No soy el mismo que tuvo miedo cuando a la
edad de 14 años me separe de mi familia, tuve que llegar a la capital donde no
concía a nadie y era un desconocido para la gente, me tocó duro porque llegué
un lunes a la capital, y al día siguiente, me tocaba presentarme. Un poco
nervioso me presenté y el profesor me dio cinco minutos de juego, durante ese
chance hice unos cuantos toques y unos cambios de banda, lo cual uno de esos maestrales
cambios de banda dieron a la construcción de un hermoso gol que marcó el
delantero; después de todo lo sucedido, me dijeron que mis toques de pelota era
netamente de un 10 y que en el equipo me ayudarían a definir mi estilo como
creador de juego. Busqué dónde quedarme y soporté el frío de la capital con tal
de que aquellas palabras del profe se hicieran realidad. Fueron duros los primeros días en Bogotá por
la altura, pero me adapté y fui ganándome la confianza del profesor, entrené
duro para irme ganando la titular. Lo logré, conseguí ser el 10 del equipo por
un buen tiempo en Santa Fe. Actualmente, asumo un nuevo reto en el equipo de
Patriotas de Tunja, de nuevo con mi camisa de 10. Quiero marcar una diferencia en cada
oportunidad que Dios me de.
¿Qué te ha impulsado a seguir luchando por el sueño
futbolero?
Creo
que uno nunca deja de soñar, bueno ese es mi caso. Yo creo que, incluso, los
grandes jugadores están donde están porque renuevan sus sueños, nunca son
conformes, siempre se exigen más. Eso hago yo, y para eso la autoestima y auto-valor
que me doy como persona y jugador es importante para mí. También mi familia es
algo que tengo presente en cada momento, me inspira a pensar en grande y ver lo
orgullosos que se pueden sentir por mí. Quiero que todo sus esfuerzos se vean
reflejados en el mío, son cosas que pienso cada vez que pienso en el proceso en
el que estoy. Todo esto vale la pena. Por eso, me encomiendo a Dios, Él es mi
pieza fundamental en esto, lo demás es añadidura y bendición.
Hasta el momento, ¿qué es lo más preciado que has
adquirido en el mundo del fútbol?
Todo,
absolutamente todo. Bueno, yo pienso que lo que uno experimenta es ganancia,
sean buenas o malas. El fútbol a mí me ha traído alegrías y tristezas, pero al
fin al cabo es esa mi felicidad y mi horizonte. Los sacrificios que he hecho
por mi sueño, me han hecho un joven centrado, con los pies en la tierra y
siempre maduro en mis decisiones; pienso mucho en mi familia para realizar lo
mínimo, pues ellos me tienen una fe que me inspira a hacer las cosas de manera
dedicada y correcta.
El fútbol es también mi maestro de vida,
no solo obtengo enseñanzas futbolísticas, sino también me ha creado hábitos que
me hacen mejor persona, más íntegro. Ahora, pienso en el valor de cada momento,
cada oportunidad que obtenga y lo que Dios me permite vivir y tener. He
aprendido que la tranquilidad, la confianza en sí mismo, la constancia en el
trabajo, la disciplina en el talento y el control de mis acciones, son los
pilares que considero un plus para obtener un triunfo.
RESUMEN: En esta historia sobre un joven como muchos que tienen un sueño y anhelan cumplirlo y triunfar con esto, el joven futbolista de Patriotas, club deportivo ubicado en Tunja habla sobre sus retos, la disciplina y pasión que se debe tener para hacer realidad todo lo soñado. También dice que la adaptación al llegar a otra ciudad a tan corta edad no es fácil, el sentirse solo y no tener un apoyo familiar al lado es duro. Pero es necesario pasar por todo esto para llegar a la meta, lo difícil es lo que siempre vale pena.
ResponderEliminarOPINIÓN: Escogí esta noticia porque me sentí identificado, estuve en un proceso parecido o prácticamente igual en Estados Unidos. El cual no fue nada fácil para mi y por falta de disciplina y fuerza para aguantar la soledad y la adversidad que se le presenta a uno en estos casos en otro país totalmente desconocido para mi decidí volver a mi país y deje mi sueño tirado literalmente, en el fútbol solo existe una oportunidad la cual si dejas ir es difícil que vuelvas a tener otra. Por eso es muy importante la disciplina y dedicación en este deporte.
RESUMEN:
ResponderEliminarAdrián Borrero es un jugador del conjunto Deportivo Patriotas de Tunja, a su corta edad de 17 años ha estado en grandes equipos como Patriotas, deportivo Independiente Santa Fe y en las inferiores del Club Atlético Junior de Barranquilla. Se caracteriza por ser una persona comprometida, exigente y apasionada con todo lo que hace; manifiesta que hay que luchar por lo que se quiere y pone el ejemplo que en colegio vendía dulces para poder costearse los pasajes y pagar el arbitraje. Tiene dos pilares fundamentales en su vida como lo es su familia y Dios; asume que el fútbol ha creado hábitos que me hacen mejor persona.
OPINIÓN:
Considero que este es un gran articulo ya que narra cómo fueron los inicios este jugador, todo lo que consiguió para estar donde está y los sacrificios que tuvo que hacer para seguir adelante. Muchas veces las personas nos cohibimos de hacer las cosas porque no creemos que tengamos oportunidad, no nos sentimos capaces de hacer las cosas y buscamos excusas como falta de recursos, de tiempo, de dinero. Cuando en realidad el único limitante que tiene el ser humano para conseguir sus sueños está en su mente, el camino puede ser que sea difícil de recorrer pero una vez llegues a tu destino te darás cuenta que todos los sacrificios valieron la pena.
-Melissa Andrea Pérez Tovar.