Buscar este blog

viernes, 1 de junio de 2018

“El Rumbón Normalista es mi familia”

Por: María José Borrero

Se fueron las niñas de la banda e iban llegando miembros de la Fundación Artística que ella dirige. Eran ya las cuatro y treinta de la tarde. Me asusté. Por un momento, pensé que no podríamos hablar, pero en ese instante se acercó y me dijo: Aja, ¿qué es lo tuyo? Yo asentí y respondí: “Una entrevista, maestra”. Y concluí: “tenemos que tomarnos una foto porque hay que subirla a un blog”; comenzó a reír sin parar y de manera jocosa replicó: “Jajaja ya sabes a mí me pones un poquito más de ojos y la nariz fileña”. Contesté con una risa sutil, pero sincera.  Precisamente, cuando nos disponíamos a comenzar la entrevista se acerca una de las bailarinas a saludarla, y de paso, me estampó un beso a mí también.  Cuando, por fin, vi la coyuntura para comenzar a preguntar, ella me interrumpe diciéndome que salgamos del salón porque la bulla no la deja escuchar bien. 



Salimos y nos ubicamos en un sardinel que está frente a la puerta, bajo un árbol que regala flores amarillas, en medio de los niños de primaria que corrían de un lado a otro y algunos padres de familia que se encontraban alrededor. Ya sentadas, con la grabadora encendida y las preguntas más afiladas que machete de carnicero, comenzó lo que por tantas horas esperé. Por los gestos de su cara, me imaginé que le tomó por sorpresa cuando tiré mi primer lance acerca de cómo era ella fuera de un salón de danza, a lo que sin titubear respondió diciendo: “Pues Xenia Fernández es una mujer madre de familia, que siempre ha luchado por salir adelante, que siempre quiso ser maestra de profesión y que luchó por cumplir con esa vocación y hacer lo mejor que puede”.  Sus palabras llegaron a mí como daga al corazón, y, seguidamente, para continuar por la línea personal y familiar  contrapregunté ¿quién era su mayor motivador?; en este momento, se quedó pensando un poco más como tratando de organizar las ideas para poder expresarlas, no sé si en orden de importancia o no, pero lo que dejó bien claro  es que, sin duda, su familia ha tenido una fuerte influencia en ella, en el hecho de que querer ser maestra e inclinarse por el arte especialmente la danza que siempre ha sido su más grande pasión.

Por supuesto, esto lo deja ver en el proyecto más importante de toda su vida y su carrera, la comparsa de fantasía Rumbón Normalista, que lleva ya 21 años participando en el carnaval de Barranquilla y de las cuales ha obtenido 16 congos de oro. Cuando abordé este tema, arranqué preguntándole ¿qué significaba el rumbón para ella?, inhaló profundamente y tras un suspiro fuerte dijo: “El rumbón es mi familia, es algo que he creado con amor, con dedicación, parece un hijo mío”. En ese momento, salió a flote una carcajada llena de picardía e, inmediatamente, retomó diciendo “es ese proyecto en que le ha dedicado un pedazo muy grande de mi vida, a veces le digo a mis bailarines ´este es el último año´ pero para nada”.

Luego de una risa mutua, con los ojos aguados, me mira y concluye: “siempre hay un motivo para seguir y seguir; de igual manera, el rumbón no es solo mío, es de cada de una de esas personas que ha pasado, que lo han tomado como su segunda casa, aquí han crecido muchas muchachas que llevan más de 15 años bailando, ya es para darle una pensión; en general, el rumbón es un pedacito de cada normalista y cada persona que llega para bailar y disfrutar”.

Madre de reina

A finales del año pasado, se dio a conocer que el Departamento del Atlántico escogería a su primera reina del carnaval, sin saber que se trataba de su hija. Esta noticia la tomó por sorpresa. A partir de ese momento, además de ser la mamá de una reina, se convertiría también en su directora artística, quien llevaría las riendas de su coronación. Sentí que este era el momento para culminar mi entrevista, así que no dudé en preguntarle ¿cómo fueron esos meses?, ¿cómo vivió ella ese momento tan importante para su hija y su carrera como coreógrafa y directora?, a lo que muy amablemente y con sonrisa en boca respondió: “Fueron meses que todo era para ella, muy duros porque aparte también tenía la comparsa y mi grupo profesional que no los podía descuidar, pero la mayor alegría es ver a tu hija en tarima, ser coronada, es una de las mayores satisfacciones de mi vida”.
Mientras contestaba lo que le había preguntado, yo solo podía verla y llenarme de orgullo, porque ha dejado una huella imborrable en cada persona que ha pasado por sus manos, porque ama lo que hace, ama a quienes están con ella en todo momento, es noble, compasiva, amable, cariñosa y bien portada; sin duda alguna, nadie puede comparase con ella. Cuando reaccioné de ese leve trance, rápidamente me despedí, dándole las gracias por hablar conmigo sin tapujos, se acercó, me dio un beso e inmediatamente se fue caminando a seguir cumpliendo con su labor, esta es la otra cara de Xenia Fernández.
 


8 comentarios:

  1. Que linda entrevista, tiene una redacción que te lleva a ese sardinel y logras ver a los que participan en ella.

    ResponderEliminar
  2. Muy lindo definitivamente me pude imaginar el momento con cada uno de tus minuciosos detalles.

    ResponderEliminar
  3. Excelente redacción❤ felicidades.

    ResponderEliminar
  4. Excelente,pero creo que le faltó más

    ResponderEliminar
  5. Realmente te transporta al lugar de la entrevista, sin duda alguna se ve la calidad y dedicación que le pusiste excelente Majo!

    ResponderEliminar