Por: María José Borrero
Se fueron las niñas de la banda e iban llegando miembros
de la Fundación Artística que ella dirige. Eran ya las cuatro y treinta de la
tarde. Me asusté. Por un momento, pensé que no podríamos hablar, pero en ese
instante se acercó y me dijo: Aja, ¿qué es lo tuyo? Yo asentí y respondí: “Una
entrevista, maestra”. Y concluí: “tenemos que tomarnos una foto porque hay que
subirla a un blog”; comenzó a reír sin parar y de manera jocosa replicó: “Jajaja
ya sabes a mí me pones un poquito más de ojos y la nariz fileña”. Contesté con
una risa sutil, pero sincera.
Precisamente, cuando nos disponíamos a comenzar la entrevista se acerca
una de las bailarinas a saludarla, y de paso, me estampó un beso a mí también. Cuando, por fin, vi la coyuntura para
comenzar a preguntar, ella me interrumpe diciéndome que salgamos del salón
porque la bulla no la deja escuchar bien.
Salimos y nos ubicamos en un sardinel que está frente a la
puerta, bajo un árbol que regala flores amarillas, en medio de los niños de
primaria que corrían de un lado a otro y algunos padres de familia que se encontraban
alrededor. Ya sentadas, con la grabadora encendida y las preguntas más afiladas
que machete de carnicero, comenzó lo que por tantas horas esperé. Por los
gestos de su cara, me imaginé que le tomó por sorpresa cuando tiré mi primer
lance acerca de cómo era ella fuera de un salón de danza, a lo que sin titubear
respondió diciendo: “Pues Xenia Fernández es una mujer madre
de familia, que siempre ha luchado por salir adelante, que siempre quiso ser maestra
de profesión y que luchó por cumplir con esa vocación y hacer lo mejor que puede”. Sus palabras llegaron a mí como daga al corazón,
y, seguidamente, para continuar por la línea personal y familiar contrapregunté ¿quién era su mayor motivador?;
en este momento, se quedó pensando un poco más como tratando de organizar las
ideas para poder expresarlas, no sé si en orden de importancia o no, pero lo
que dejó bien claro es que, sin duda, su
familia ha tenido una fuerte influencia en ella, en el hecho de que querer ser
maestra e inclinarse por el arte especialmente la danza que siempre ha sido su más
grande pasión.
Por supuesto, esto lo deja ver en el proyecto más
importante de toda su vida y su carrera, la comparsa de fantasía Rumbón
Normalista, que lleva ya 21 años participando en el carnaval de Barranquilla y
de las cuales ha obtenido 16 congos de oro. Cuando abordé este tema, arranqué
preguntándole ¿qué significaba el rumbón para ella?, inhaló profundamente y
tras un suspiro fuerte dijo: “El rumbón es mi familia, es
algo que he creado con amor, con dedicación, parece un hijo mío”. En ese
momento, salió a flote una carcajada llena de picardía e, inmediatamente,
retomó diciendo “es ese proyecto en que le ha dedicado un pedazo muy grande de
mi vida, a veces le digo a mis bailarines ´este es el último año´ pero para
nada”.
Luego
de una risa mutua, con los ojos aguados, me mira y concluye: “siempre hay un
motivo para seguir y seguir; de igual manera, el rumbón no es solo mío, es de
cada de una de esas personas que ha pasado, que lo han tomado como su segunda
casa, aquí han crecido muchas muchachas que llevan más de 15 años bailando, ya
es para darle una pensión; en general, el rumbón es un pedacito de cada
normalista y cada persona que llega para bailar y disfrutar”.
Madre de reina
A
finales del año pasado, se dio a conocer que el Departamento del Atlántico escogería
a su primera reina del carnaval, sin saber que se trataba de su hija. Esta
noticia la tomó por sorpresa. A partir de ese momento, además de ser la mamá de
una reina, se convertiría también en su directora artística, quien llevaría las
riendas de su coronación. Sentí que este era el momento para culminar mi
entrevista, así que no dudé en preguntarle ¿cómo fueron esos meses?, ¿cómo vivió
ella ese momento tan importante para su hija y su carrera como coreógrafa y
directora?, a lo que muy amablemente y con sonrisa en boca respondió: “Fueron
meses que todo era para ella, muy duros porque aparte también tenía la comparsa
y mi grupo profesional que no los podía descuidar, pero la mayor alegría es ver
a tu hija en tarima, ser coronada, es una de las mayores satisfacciones de mi
vida”.
Mientras
contestaba lo que le había preguntado, yo solo podía verla y llenarme de
orgullo, porque ha dejado una huella imborrable en cada persona que ha pasado
por sus manos, porque ama lo que hace, ama a quienes están con ella en todo
momento, es noble, compasiva, amable, cariñosa y bien portada; sin duda alguna,
nadie puede comparase con ella. Cuando reaccioné de ese leve trance, rápidamente
me despedí, dándole las gracias por hablar conmigo sin tapujos, se acercó, me
dio un beso e inmediatamente se fue caminando a seguir cumpliendo con su labor,
esta es la otra cara de Xenia Fernández.
Que linda entrevista, tiene una redacción que te lleva a ese sardinel y logras ver a los que participan en ella.
ResponderEliminarMuy lindo definitivamente me pude imaginar el momento con cada uno de tus minuciosos detalles.
ResponderEliminarExcelente entrevista Majo 👌
ResponderEliminarExcelente redacción❤ felicidades.
ResponderEliminarExcelente,pero creo que le faltó más
ResponderEliminarGenial Majo!
ResponderEliminarSúper!!
ResponderEliminarRealmente te transporta al lugar de la entrevista, sin duda alguna se ve la calidad y dedicación que le pusiste excelente Majo!
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