Por Danna Logreira
El
día 4 de junio del 2018, tuve la oportunidad de entrevistar y de conocer más a
fondo sobre la vida de Nicolle Quintero, una venezolana de 25 años, madre
soltera, policía de profesión, que le ha tocado tomar la cruda decisión de
dejar su país, huir del presidente Nicolás Maduro y de su régimen, para poder
darle bienestar económico a su pequeño hijo.
Nicolle
vive en estos momentos en mi casa, ya que ella cuida a mi abuela por ahora.
Decidimos
realizar la entrevista en la comodidad de mi sala a las horas de la tarde. Ella,
muy gentil, accedía a todas mis peticiones. Primero, planeé preguntarle cómo
era su infancia en Venezuela, específicamente, en Maracaibo, de dónde ella es;
a lo que ella me contesto que solo tenía recuerdos agradables de sus primeros
años de vida, vivía con su mamá, su abuela y sus hermanos, iba al colegio y era
muy buena estudiante. Su vida era muy común y estable y la situación política
de Venezuela era muy diferente. Ella recuerda que podía ir a la tienda y
comprar los dulces que quisiera con el dinero que le daban para su merienda.
Su
mirada se llenó de alegría al recordar esos momentos de su infancia, cuando iba
a diario al colegio, no como ahora que los alumnos dan clase solamente 2 veces
por semana por la tan grave situación económica.
Después
de eso, decidí preguntarle cuándo cambio todo en su vida. Recuerda que para
ella la situación se empezó a poner densa desde hace 3 años, cuando ya ejercía
como policía; pero antes, de eso estudió enfermería en la universidad, cuando
todavía la situación de país aguantaba para prepararse profesionalmente. Sin
embargo, siguió persistiendo, creyendo que pronto todo iba a mejorar, pero, por
el contrario, todo empeoraba. Ella cuenta que, hasta mediados del año pasado se
vio tan mal económicamente que no le alcanzaba el sueldo para hacer ni siquiera
una compra básica, añadiendo a que quedó en estado de embarazo y tenía que
hacer algo para subsistir, porque ella sabía que si no hacía nada, la iba a
pasar mal su bebé que venía en camino, y eso era lo que ella menos quería.
En
eso, le pregunté cómo tomó la decisión de venirse para Colombia, a lo que
contestó que, en el momento en el que vio que no podía comprarle un pote de
leche a su bebé de un mes de nacido, y tendría que darle leche entera, lo cual
no es bueno para un niño tan pequeño, fue que empezó a hacer sus maletas. Me
dijo que escogió Colombia por ser el país más cercano y porque su padre es
colombiano, sin embargo, no cuenta con ningún familiar aquí en Barranquilla.
También
quise saber más sobre su pareja sentimental, el papá de su bebé; ella me contó
que él era policía junto con ella en Caracas, pero en marzo de este año lo
dieron de baja. Dice que contó con mucha suerte de no terminar igual que él,
porque los policías en Venezuela cuentan sus días.
Ella
cuenta que, en su labor como policía, le tocó presenciar y poner orden público
en las famosas “guarimbas” o manifestaciones, en donde su vida corrió peligro incontables
veces. Recuerda que, así como murió su
pareja, muchos de sus compañeros policías fallecieron también. Le pedí que me
contara una anécdota que haya marcado su vida mientras cubría con esa labor;
entonces, recordó con nostalgia cuando los manifestantes opositores de Maduro,
pusieron bombas que explotaban clavos en bolsas de basura, que hicieron detonar
cuando llegó la policía. Contó que ese día muchos de sus compañeros tan jóvenes
como ella, perdieron la vida.
Cuando
le pregunté cómo fue dejar a su familia y su bebé en Venezuela, la primera
palabra que salió de sus labios fue: “horrible”. Algo que dijo, me dejó
pensando con mucho sentimiento fue: “era verlo crecer o no darle de comer”,
expresó, ya que si se quedaba con él, era casi imposible darle un bienestar al
niño.
Después
de eso, me dio mucha curiosidad saber por qué decidió ser policía, sabiendo el
riesgo que corría ejerciendo esa labor. Ella me cuenta que, en realidad
ignoraba el riesgo que corría ejerciendo la profesión. Ya que ella se preparó
para ser policía en Maracaibo, en donde
la situación no estaba tan complicada para los policías como lo estaba en
Caracas. Entonces, pregunte por qué decidió irse para Caracas, y me contó que
por lo mismo, que la situación estaba peor en Caracas. Apenas se graduó de
policía en Maracaibo, la mandaron junto con toda su promoción para Caracas a
ayudar con el orden público.
Ella
quiere volver a su país, espera que la situación política y económica mejore
pronto, porque siente que aquí en Colombia no vale nada, ya que así la han
recibido aquí, como si no significara nada. Me contó que ha sufrido mucha
discriminación desde que llegó por el hecho de ser venezolana, le duele saber
que es profesional, y como ella lo dijo, se quemó tanto las pestañas estudiando
para ser alguien en la vida, para que en el momento que llegó aquí a Colombia
la discriminaran y humillaran tanto.
Le pedí que me contara cómo se ha sentido
discriminada o agredida desde que llegó a Colombia, y me contó que antes de
llegar a mi casa para cuidar a mi abuela, ella trabajaba en una casa de
familia, donde inicialmente la contrataron para solamente cuidar a una señora,
pero a medida que pasaban los días se fue convirtiendo en la sirvienta, hacía
todos los labores de la casa por un sueldo cuestionable, añadiéndole malos
tratos de la señora de la casa y propuestas sexuales indebidas del señor, lo
cual la hacían sentir como si ella no valiera nada; lloraba al pensar en tantos
venezolanos que están pasando lo mismo o incluso mucho peor que ella.
Por último, opté por
preguntarle sus planes a futuro, y lo único que me respondió fue que todo lo
que quiere para su futuro es que su país mejore, porque quiere que su hijo
crezca allá, quiere brindarle una infancia igual o mejor a la que ella vivió;
verlo feliz, es todo lo que ella aspira.
Huyendo de maduro.
ResponderEliminarNicole quintero una venezolana de 25 años, madre soltera, Policía de profesión, una mujer que le ha tocado huir de Maracaibo Venezuela por su gobierno. La entrevista fue realizada el 4 de junio de 2018, le preguntaron cómo fue su niñez en Venezuela antes de venirse a Colombia; donde dice que no tiene recuerdos agradables de sus primeros años de vida, vivía con su mama, su abuela y sus hermanos, su vida era común y estable, en esos tiempos Venezuela era muy diferente, se conmovió mucho al hablar de su niñez en su colegio. Estudio enfermería en la universidad cuando Venezuela todavía aguantaba para prepararse profesionalmente, vivía momentos malos no tenis muchas veces para comer era muy tormentoso para ella. Se tuvo que venir porque no tenía para comprarle el alimento a su hijo, fue una decisión muy dura para ella, ella quiere volver a su país espera que la situación económica mejore.
Esta entrevista creativa me pareció muy específica y coherente, donde se vio reflejada los aspectos importantes de aquella persona entrevistada, tiene una buena redacción a la hora de entrevistar.
Perder a su pareja en enfrentamientos por defender la patria y los colores de su bandera, tener a su hijo distante y no verlo crecer, ser maltratada verbalmente por colombianos, simplemente por el hecho de ser de otro país, ser acosada sexualmente y dejar atrás su profesión, para ejercer una nueva, es algo que verdaderamente resalto de esta mujer valiente, bautizada de nacimiento como Nicolle Quintero.
ResponderEliminarAdemás de esto, me parece de relevancia esta entrevista, porque en ella se resalta el trabajo de una mujer y el sacrificio del amor de una madre por su hijo. En lo personal, el detalle que me marca de este texto, me hace pensar en mi madre, quien ha tomado el doble rol de madre y padre al tiempo, puesto que, desde mi corta edad, mi padre sin cruzar palabra alguna, se marchó de la casa, dejando un gran vacío en nuestros corazones.