Por AMILKAR ALVEAR ARIZA
Es una constante. Es tan predecible que la afición ya no lo
toma por sorpresa sino que se burla, pero con resignación, de las payasadas del
exsenador Fuad Char, máximo accionista del club tiburón y su junta directiva.
Cuando no es el gran Julio Aveliño Comesaña es el súper entrenador de
entrenadores Miguel Ángel ‘Zurdo’ López.
El uno reemplaza al otro y en ese baile este último ya ha danzado
siete veces como entrenador del Junior (con su despedida del lunes) y Comesaña
llegará por sexta vez al océano donde hoy nada un alicaído tiburón.
¿Acaso no hay más técnicos? Probar con los mismos hace que la
afición rojiblanca esté prevenida y predispuesta, y si en dos fechas no ve
resultados las críticas van a llover. Es más, vaticino una granizada.
Mi pregunta es: ¿Cuál es la resistencia al cambio? Hay
técnicos menos costosos que Comesaña y que táctica y técnicamente podrían
llegar mejor fundamentados en cómo se practica el fútbol en Europa. Y lo coloco
como ejemplo, pues en la actualidad allá es donde se juega el mejor fútbol del
mundo. Eso nadie puede refutarlo.
Pero no. La realidad es que ya está de vuelta Don Julio, y no
el del extinto Ley, sino el hombre que, junto al ‘Zurdo’, hace desgargantar a
la afición juniorista de la tribuna occidental (sobretodo esa, por ser la más
cercana al banco de los equipos) por su intransigencia y terquedad para hacer
cambios y tomar la mejor decisión en el momento más pertinente.
No hace falta que inicie la nueva era de Comesaña para
recrear una vez más esa escena del juniorista de buena apariencia física que
paga su boleta para ver fútbol (y no a lanzar piedras como vándalo), va al
estadio acompañado de su familia y que terminados los 90 minutos se acerca un
poco más hasta el banquillo de suplentes y comienza a gritarle: “Pelo e’ burra,
¡bruto!”.
Esa es una típica reacción del juniorista amante del buen
fútbol que ve como su equipo parece un circo de pueblo con carpa sucia, y es
pisoteado por conjuntos pequeños que a duras penas tienen un solo jugador de
recorrido (eso no significa que sea un ‘crack’), y que ni siquiera reuniendo
toda la nómina alcanzan a pagarle a sus jugadores los 120 millones de pesos
mensuales que solito y por perderse en la cancha, partido tras partido, se gana
el volante de creación -que parece más de destrucción- Michael Ortega. Como por
mencionar uno.
Y hablando de jugadores, Don Fuad, si va a seguir haciendo
payasadas para hacer reír a la gente, hágalas pero para que la afición suelte
la carcajada de satisfacción, luego de que usted traiga futbolistas reconocidos
y con calidad para el otro semestre.
No reencauche más jugadores, que eso es un 90-10 de
probabilidades. Y usted más que nadie sabe que en ese 90 por ciento de pésimo
rendimiento están todos los reencauchados del presente año y la flamante
contratación de Edison Toloza, a quien le hicieron contrato después de rumbear
los carnavales y pasarla de lo lindo en la súper fiesta del Hotel Dann Carlton.
¡Qué vaina Fuad!... La payasada continúa.
Sin duda alguna es un relato de un barranquillero mas, ansioso porque su equipo levante la cabeza y tambien lo haga el señor Fuad Char maximo accionista del conjunto tiburon, quien toma de burla a toda la aficion de Junior mostrando cada vez mas displicencia a la hora de contratar tanto tecnicos como jugadores.
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