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martes, 25 de marzo de 2014

El domingo más caro y próspero del año

Por Kevian Gómez

Los vendedores ambulantes de todo el país esperan con ansias los domingos de elecciones para hacerse “la venta”, pues saben que la afluencia de personal en los alrededores de los puestos de votación es abundante y no les importa aguantar un sol feroz, la congestión y empujones por parte del personal asistente, con tal de venderse la bolsita de agua más cara del mercado.

Si hablamos de precios, un vendedor puede estar adquiriendo una bolsa de agua en 200 pesos y normalmente las venden en 400 pero en esta época electoral, el precio sube de manera exorbitante a 1000 pesos con la excusa de que ese día todo es más caro por la multitud de gente presente.  ¿Es esto legal o es válido si de rebusque estamos hablando?


Y ni qué decir del tráfico de votos, el transporte de personal a los lugares donde los electores tienen registrada su cédula, es otra modalidad de rebusque dentro de estas jornadas. Alrededor de 200 mil pesos por carro se está pagando en Barranquilla por movilizar a los votantes de algún candidato en especial, dejando a un lado los buses para así pasar a servicios expresos, cómodos y seguros, a través del alquiler de modernos carros con chofer incluido, el cual espera que el personal que transporta, dé su voto y no tenga excusas para no asistir a las urnas.

El común denominador de un domingo de elecciones no es precisamente el hecho de votar, porque vimos varias poblaciones en el país que simplemente se abstuvieron de hacerlo, como lo fue Tierra Bomba Bolívar, Aguachica y el sur del Cesar;  Entonces, ¿cuál es el común denominador? Pues nada más y nada menos que la economía. 

Carros familiares convertidos en tiendas móviles, el minutero ubicado en  cada esquina, puestos de jugos de frutas cítricas para el calor, las chazas del mecato, el del raspao, la del puesto de arepas y muchos más, son algunos de los colombianos que salen  ese domingo que se ha constituido ya sea para ir a las iglesias o simplemente para pasarlo en familia, a rebuscarse y aprovechar lo que dejan estas jornadas.


Y así podríamos encontrar millones de formas de rebusque durante las jornadas laborales pero lo realmente importante de resaltar en este caso, es el hecho de como un colombiano aprovecha cualquier tipo de evento o acontecimiento a su favor, no importando las condiciones que tenga que pasar para obtener lo que quiere.

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