Por Greace Daza García
Vivimos
en un vecindario donde los buenos vecinos, deberían preocuparse por los demás.
No es solo Brasil, Perú, Ecuador y Panamá, también está nuestro más cercano
vecino, Venezuela, que está viviendo un momento, donde todo el dolor de las
víctimas de la crisis venezolana será recordado un 12 de febrero, día en que
iniciaron las protestas por los grandes escasez de productos básicos, como la
leche, la harina, el aceite, la mayonesa. No hay repuestos para carros, los
precios están por las nubes. Los venezolanos no son libres de caminar por las
calles sin el temor de que los asalten, secuestren, e incluso, los maten por
quitarles un teléfono o algún producto adquirido por la mayoría de los venezolanos
con el esfuerzo de su trabajo.
Aún
con todo lo que está sucediente, Nicolás Maduro, quien no está preparado para
ejercer la presidencia de un país tan complejo como Venezuela, un hombre que fue
puesto a dedo por la mano del difunto Chávez y que carece de discurso,
inteligencia y carisma para llevar a un país, lo único que es capaz de decir es
que “vos no sos Venezuela, vos sos gringo”. Frases como estas, dejan mucho qué
pensar, ante una persona que le falta preparación, para obtener las herramientas
necesarias para poder resolver los problemas; problemas que mantienen en
constante preocupación a los venezolanos, debido a que los grandes recursos que
tiene ese país estén siendo mal utilizados, que su gobierno solo haga uso de la
renta petrolera, que hayan dañado todas las empresas privadas que funcionaban y
que ahora sean dependientes de las importaciones, que, ligado al problema de
administración de divisas, hace que los venezolanos estén inmersos en un ciclo
económico que parece no tener solución.
Y
como el que no quiere caldo, se le dan dos tasas, ahora en las escuelas quieren
implementar un elemento como el pensamiento bolivariano que implica que quieren
implantar un pensamiento que no es propio de los venezolanos. Este pensamiento
está basado en un socialismo en donde el pobre se queda pobre y solo aquellos
que tienen acceso al poder son los que logran surgir, esto, en realidad, es una
absoluta hipocresía. Limitar la libertad de pensamiento a través del
adoctrinamiento significa que sólo el engaño puede mantener una hipocresía tan
grande como esta. Un adoctrinamiento basado en el odio, en el discurso de que
ser rico es malo.
¿Hasta
qué punto llegará esta crisis, si el gobierno nacional cerró y censuró
los medios de comunicación para que el resto del mundo no se enterara de lo que
realmente está sucediendo en Venezuela?.
Lamentablemente, no terminará aún, porque el gobierno está muy arraigado en el
poder y el odio de quienes aún creen en la revolución, los ciega pensando en
que es mejor esto que poner en el gobierno a la vieja cuarta República que
venderá el país al Imperio. La escasez se agudizará, pero mientras la oposición
no cambie, las caras que recuerden a la cuarta República será difícil que el pueblo
completo se rebele a ese gobierno.
Definitivamente,
la protesta sigue en la calle, no solo porque no se han solventado los
problemas originarios, sino, además, porque el gobierno se niega a reconocer
que existe un porcentaje muy grande de la población que no está de acuerdo con
las políticas dadas.
MALISIMO: Convierte a la gente inutil, dependiente, ignorante y voluble...pues en vez de poner a trabajar y producir, pues el grueso prefiere vivir de lo poco q les da el gobierno y culpar o ver con resentimiento a los que tienen un poco mas. Resultado: Gente inconforme, resentida e igual de pobre...q no produce y q cuando "falta" al no saber trabajar pues cae en delincuencia.
ResponderEliminarANGELLO JARABA