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miércoles, 12 de marzo de 2014

¿Y nuestro líder?

Por Luis Ángel Porto T.


La actual crisis política desatada en el vecino país de Venezuela se hace cada vez más aguda, cada día empeora la situación y se evidencian mucho más los abusos por parte del gobierno encabezado por el señor Nicolás Maduro. Y la lista de muertos en “batalla”, sin haber levantado un arma, se alarga.

Podríamos hablar del movimiento que comandó el difundo ex presidente Hugo Chávez Frías, sus ideales revolucionarios y socialistas, su actitud que promovía un cambio en ese país, sus momentos en la cárcel, su revolución que produjo un golpe de estado, su elección y reelecciones como primer mandatario, su carácter, sus decisiones, sus ideales políticos, su actitud militar y la defensiva, pero con esto solo pondríamos en contexto la reciente situación venezolana, que, asumimos, ya es conocida por todos.


Ahora bien, Henrique Capriles, abogado de profesión, y por decisión y apoyo de medio país, líder y principal opositor político de los últimos tiempos en la hermana república de Venezuela, se ha vestido de ‘camuflado’ en medio de este momento, tanto, que poco se ha dejado ver por la opinión pública, y las juventudes que exigen un cambio.

Debido a esta ausencia, quizá por sus múltiples ocupaciones en la gobernación de un estado, de una pequeña Venezuela, o, simplemente, porque su liderazgo se renueva cada 4 o 6 años, y, en ocasiones especiales de elección, cuando su beneficio es más alto.

Después de tanto “luchar” en contra del gobierno Chavista y de enfrentarse a ellos en 2 períodos electorales y mover grandes cantidades de masas y poner a soñar a medio país, su liderazgo ha sido opacado, y puesto en duda, gracias a la labor adelantada por un heroico sacerdote venezolano y, Leopoldo López, un épico mártir encarcelado en los días pasados por movilizar a las juventudes a las calles en manera pacífica como protesta a tantos años de ser sometidos por un falso socialismo.

La discusión seguirá abierta, pero más importante que pelear por un puesto presidencial es la consecución de un cambio radical, en todo sentido, para nuestros vecinos, que, por tantos años, han sufrido un sistema sin fuerza, sin sentido común, sin lógica y de falso socialismo: la situación de un país, que tiene “un 56% de inflación anual, un índice de escasez de 28% y una rampante criminalidad”, según estudios avanzados por un diario nacional. 


La salvación y el verdadero cambio están en seguir al verdadero líder, al que habita en los cielos, y quien en su infinita perfección nunca falla.

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