Por Melissa Guerra
Al parecer, las miles de plegarias y los mensajes de solidaridad
de todo el mundo por el país vecino no han dado resultados. Cada minuto revelan
algún suceso trágico que ocurre en las calles de Venezuela. Miles de muertos
adornan las calles de las ciudades, estudiantes torturados, un sinfín de
heridos, y todos los habitantes lloran y luchan para buscar soluciones y llegar
al fin del caos en el que está sumergida su patria.
El presidente Maduro sale muy mal librado ante las
protestas de los estudiantes. La respuesta del gobierno a las marchas de los
estudiantes fue enfrentarlas con fuerza desmedida y la detención de cientos de
estudiantes, en los que las autoridades se sienten con el derecho de agredir y
maltratar a quien se le venga en gana.
No hay precisión sobre las prácticas violatorias de los
derechos humanos en el control de las manifestaciones. La fiscal general de la
República declaró que no hay una política de Estado que incluya el uso de
tortura y maltratos, como lo vienen denunciando ONGs y los propios
manifestantes.
Aprovechando la chispa encendida, Leopoldo López, quien
busca recuperar su liderazgo político y que, al parecer, va por buen camino,
llamó a una gran marcha por la liberación de los detenidos, que se resultó con
tres muertos y decenas de heridos. Vino la orden de captura en su contra, su
entrega y el llamado a nuevas manifestaciones.
Y es que Maduro quiere tapar el sol con una mano, eso
será lo que busca censurando y expulsando canales como NTN 24 Y CNN, quien durante
anunciaba la expulsión de CNN, caminó a uno de los buses que han dejado de
circular en Caracas por las marchas y donde los manifestantes escribieron S.O.S.,
que significa ‘socorro, auxilio’, y que el muy ‘cuerdo’ presidente confundió
con el ‘sos’ como verbo ser, utilizado en otros países como Argentina. ¿Qué
loco está dirigiendo a Venezuela? ¿Así como rápidamente puede hablar locuras,
con la misma rapidez toma las decisiones para el país?
El reloj avanza y el ambiente empeora, hoy sin servicio
de Internet, sin cajeros automáticos, sin transporte público, sin servicio de
gas, sin comida, sin gasolina, con establecimientos cerrados, aviones sobrevolando
las casas y cientos de militares llegando desde Cuba, la inseguridad y la
escasez aumentan mientras que las fuerzas del pueblo se van agotando.
Las
palabras sobran al decir que Venezuela necesita con urgencia una ayuda
internacional, que, lamentablemente, es difícil que llegue, ya que, los que
pueden interceder, están ocupados pensando en sus propios asuntos. En el caso
de nuestro querido país y nuestro ‘amadísimo’ presidente, está ocupadísimo
haciendo todo lo posible para ganar la reelección, como nos enteramos de su
inteligente decisión de unirse con Vargas Lleras, y elegirlo como
vicepresidente; además, no se va a jugar el proceso de paz en Cuba, y menos aún
después que Maduro dijo que tanto Estados Unidos como Colombia se están
metiendo en asuntos que no le competen y que se muestran como gobiernos amigos
de los fascistas.
Estados
Unidos tiene otras preocupaciones en mente como Siria e Irán, así que poco le
interesa entrometerse en los asuntos internos de Venezuela y mucho menos
empeorar las relaciones comerciales. Países que hacen parte de la OEA han
defendido públicamente al gobierno de Maduro, mientras que Brasil ha
tratado a toda costa de evadir el tema. Canadá, Perú, Chile y México extienden
sus condolencias y piden “un diálogo político para reestablecer la paz
interna”.
Todo
comenzó como marchas estudiantiles, pero a estas se les ha sumado el mundo
entero. Y la realidad es que entre más dura sea la mano del gobierno, más
radicales son los manifestantes. Esperemos que así como comenzó, asimismo
termine.
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