Por Evieth López Pinedo
Las protestas, la
desesperación, las muertes, censura de los medios y la represión es lo que más
se ve actualmente en nuestro país vecino Venezuela, donde estudiantes y
opositores siguen en la lucha por no sentirse oprimidos por el gobierno del
presidente Nicolás Maduro.
La última semana, Venezuela
se ha convertido en un campo de batalla, donde estudiantes han salido a las
calles de todo el país a protestar contra el presidente Maduro, y, durante
estas manifestaciones, se han presentado 13 personas muertas y 137 heridos,
cifra que, por la forma en que avanzan las cosas, me parece que seguirá
creciendo día a día.
La imposición a la que están
sometidos los venezolanos se muestra claramente en sus medios de comunicación,
donde el 70% de los canales de televisión y radio se encuentran en manos
privadas y son manejados por el gobierno, mientras que las televisoras
públicas, solo abarcan el 5.4% de la audiencia total. Debido a esto, se llega a
la desinformación tanto de los mismos venezolanos como de las personas que
siguen las noticias en el resto del mundo.
La censura está al acecho en
Venezuela. Únicamente dos canales de televisión transmitían lo que estaba
ocurriendo en vivo, Telesur y NTN24. Telesur pertenece en gran parte al
gobierno, lo cual solo daba información oficial del gobierno y no de los
manifestantes, mientras NTN24 que ponía a los líderes de la oposición, fue
sacado del aire inmediatamente.
Las redes sociales se han
convertido en el único medio donde los venezolanos tienen la posibilidad de
expresar su pensamiento. Se han transformado en la manera en que puedan pensar
diferentes sin ser juzgados por el gobierno de su presidente, que ahora amenazó
con cerrar la cadena de televisión y noticias CNN en su país por ser una cadena
“fascista”.
Los venezolanos están
buscando velar por sus derechos, han reaccionado a un gobierno que,
perfectamente, puede ser catalogado como tirano, buscando salir del mando de
guardias cubanos que han disparados a las personas solo para “dispersarlos”. La
mitad de Venezuela no se sienten bien siendo mandada por una persona sin
educación, principios ni valores que no vela por el bien de la comunidad.
La batalla entre los dos
poderes de Venezuela seguirá, mientras esta se derrumba poco a poco y sin nadie
que la detenga. Dos poderes opuestos que solo han podido estar de acuerdo en
una cosa, en que solo una puede existir en el territorio y que la otra debe
desaparecer.
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