Por Neibeth Loaiza
Es repúgnate cómo unas
simples marchas estudiantiles, hayan sido una simple excusa para desatar una
realidad que todos conocían.
El país vecino hace casi
más de tres semanas ha sido protagonista de diversas manifestaciones
estudiantiles, a raíz del inconformismo expresado debido a la ola de
inseguridad que se presentaba en esa nación; previamente apoyados por
opositores del gobierno de Nicolás Maduro, cuyo resultado, hasta hoy, se ha
visto reflejado en las 15 víctimas por los diversos enfrentamientos; que sin
duda alguna, va más allá de las manifestaciones del sector juvenil.
Y es que nada de lo
ocurrido hasta el sol de hoy, hace que el gobierno haga por optar otras
medidas, puesto que las que ha implementado no les ha funcionado. Todo lo
contrario; pues no parece cesar la violencia y la incertidumbre a nivel social
y político debido a su régimen autoritario y excluyente, recurriendo, además, a
la intimidación y reprensión, como mecanismo de defensa, tratando de ¨ tapar
con un dedo¨ la realidad que azota a ese país.
Todo este asunto, aunque
suene un poco pesimista, era la ¨crónica de una crisis anunciada¨ o en su
defecto, como especie de un detonante que, en cualquier momento o en cierta
circunstancia, estallaría y vaya que ocurrió de la peor forma. Solo era
cuestión de tiempo y oportunidades.
Pues para nadie es un
secreto que esta ¨guerra de poder¨ interna, es solo el reflejo de un mal
gobierno dictatorial que ha pretendido continuar con las posturas o mecanismos
implementados por el antiguo jefe de estado ( Hugo Chávez), dando resultados
poco eficientes e inconformes en la población Venezolana. Prueba de ello son
las constantes noticias reflejadas en imágenes donde los venezolanos reconocen
el déficits alimentario, el serio problema de libertad de opinión (por
mencionar algunos), desencadenando en esta población, pobreza y miseria.
Cabe resaltar, que
dentro d toda esta crisis no solo participan diversos sectores de la oposición,
sino que a esta causa se ha sumado el resto de naciones rechazando de forma
contundente las medidas tan radicales que ha gestionado ese ¨dictador¨, como
hoy es visto por muchos el presidente Nicolás Maduro. Sin embargo, algunos
organismos internacionales, como la ONU y la OEA, no se han pronunciado frente
a esta problemática, que atropella algunos derechos fundamentales de esa
ciudadanía.
Es imposible que frente
a esta ¨barbarie madurista¨, nos hagamos los de la vista gorda, como si nada estuviese
pasando. En ciertos momentos como estos es cuando debemos unirnos en un mismo
sentir, y no importando las restricciones y oposiciones debemos actuar a favor
no solo de un gremio ¨inofensivo¨, como lo es el estudiantil, sino de un pueblo
en general que se lamenta y llora sus victimas.
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