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martes, 10 de julio de 2018

“Mis manos hablan de Galapa, mi selva africana de Colombia”: José Llanos


El ex Rey Momo del Carnaval de Barranquilla exporta internacionalmente su talento



Por María José Marín


Al llegar a la casa de uno de los mayores artistas folclóricos y culturales de la ciudad barranquillera, me sorprendí, pues había cambiado completamente teniendo en cuenta la manera en la que lució durante los tres primeros meses de este año. Empecé a contemplar la fachada actual de la casa que ahora parecía una más en el pueblo galapero. Sin embargo, al ver el frente de aquel hogar, también evoqué aquellos recuerdos donde todo los habitantes  de Galapa y visitantes se entusiasmaban por tomarse una foto teniendo de fondo el hogar con más auge dentro de las temporadas de Carnaval en dicho municipio e, incluso, de toda la Arenosa, pues esta casa se vestía para aquella festividad de mucho folclor, de alegría, color, arte y cultura. Lo más destacado de ese lugar para ese entonces eran las pinturas de animales exóticos y  las particulares máscaras fabricadas de arcilla y bejuco, hechas por el mismo dueño de la casa, José Llanos; ex Rey Momo del Carnaval de Barranquilla cuando se cumplían 200 años de esta festividad y creador de uno de los grupos folclóricos más influyentes en ese periodo: La Selva Africana.


Situado a 8 kilómetros de Barranquilla, sobre la vía La Cordialidad, este pueblo se ha convertido en el depositario de parte de la riqueza cultural del carnaval barranquillero: a través de microempresas que trabajan sin descanso todo el año, familias enteras crean y comercializan máscaras y artesanías de madera y barro, y esto impulsado por José, quien busca que no se pierdan las tradiciones de su tierra.

Me recibieron sus pechiches, como él los llama: África, Queen, Momo; unos perros de raza labrador y un macho. De inmediato, salió al umbral de su casa un hombre de piel tostada, ojos caídos y de baja estatura. Como casi siempre, llevaba una gorra, un pantalón al estilo de Carlos Vives y una camisa alusiva a un grupo cultural juvenil. Vino hacía mí con una media sonrisa, bastante cálida y amable.

Al entrar a su salón de la vida, aquel lugar que él siente que es el más especial en su hogar, me di de cuenta que algunas cosas no cambian a pesar de los tiempos, las épocas, las temporadas. Este hombre tenía muy bien organizado cada momento de su vida en el folclor carnavalero y parte de su vida diaria: la elaboración de máscaras.

La pasión, humildad, profunda devoción al arte y mucho talento creativo hacen que la experiencia artística en el emprendimiento y evolución del grupo de la Selva Africana y su Taller de Mascaras África sean las principales características de José Francisco Llanos Ojeda, director con más de 70 años, pero con el vigor que se necesita para el liderazgo.

José es oriundo del municipio de Galapa, Atlántico, y allí mismo es donde se denota la selva, el bosque que exhibe con orgullo a los que desean deleitarse de las maravillas que ofrece el Carnaval. Por su artesanía y son, este hombre ha recibido premios como la Medalla a la Maestría, que le otorgó Artesanías de Colombia y el Ministerio de Comercio; la Medalla Puerta de Oro de Colombia, de la Gobernación del Atlántico, y Maestro del Arte Popular Colombiano, que le entregó Suramericana.

Los premios se mezclan con los cientos de coloridas máscaras y trajes que allí ha producido junto con su familia, no solo para el Carnaval de Barranquilla, sino para otros muchos en San Andrés Islas, Bogotá, Bucaramanga, Cartagena, Medellín, etc.

Su afán de conocimiento y el reconocimiento a su gran talento lo llevó a demostrar la cultura barranquillera en Brasil, y así mismo aprender de ese exótico país y aplicarlo en la fauna que sale cada año a lucirse en los desfiles de las fiestas barranquilleras, “La mejor experiencia que he tenido en mi vida, allí pude apasionarme por la naturaleza y lo bello que es retratarla en las máscaras y también exteriorizarla al mundo por medio del baile. Allí aprendí a hacer esculturas en icopor y fibra de vidrio, que domino a la perfección y que me permiten innovar cada año mis creaciones. Esto es una vaina hermosa”, dice jovial y casi suspirando.

Otra hazaña que evoca y marca la vida de José Llanos es haber sido el Rey Momo del Carnaval, donde la temática principal era alusiva a la Selva Africana; junto con sus tres hijos; uno de ellos estudiando artes, lo llevaron y le dieron el empuje para que reinara con éxito su mandato.

“Ser elegido Rey Momo fue gran honor para mí, sobre todo en esa ocasión cuando se celebraba el Carnaval de Barranquilla Bicentenario y que además se había designado a la ciudad como la Capital Americana de la Cultura en 2013”, dice José pensando en aquellos tiempos.

Hoy en día, el ex rey momo considera que este es su cotidianidad y que trabaja para que las futuras generaciones se enriquezcan culturalmente y no abandonen este legado. “Mis máscaras hablan de Galapa, mi Selva Africana de Colombia, es mi identidad propia también”, dijo sentimental.

Su comparsa, Selva Africana, compuesta por tigres, leones, jirafas, elefantes, entre otros animales salvajes, ha sido vista por miles de personas en Colombia y en otros países desde su creación en 1970. Actualmente, cada comparsa, cada danza, cada mapalé, cada disfraz de la Selva Africana que se encuentra desfilando en el Carnaval de barranquilla lleva o ha llevado en su historia algo manufacturado por los artesanos de Galapa.

José Llanos trabajó porque esto fuese así, la máscara ha venido a tomar auge hace poquito; anteriormente, pasaba el carnaval y ya, se guardaban para el año entrante, pero hoy no, la máscara ha ocupado un lugar especial en distintos escenarios, en otras festividades, en fiestas particulares y como objeto de decoración en casas, oficinas, centros comerciales, hoteles.

“Nuestro taller es familiar, y cuando llega grandes pedidos acudimos a personas de nuestro municipio que conocen el arte para que ayuden a empalar, dar base, dar lija. Aquí han aprendido porque yo les he enseñado; y algunos llegan aquí y aprenden viendo, de la misma manera como aprendí yo en los tiempos aquellos cuando veía a los artesanos. Siento pasión por mi oficio y me gusta hacerlo bien. Aparte, sé que mis máscaras trascienden la cultura de Barranquilla y cuido mucho mi grupo folclórico porque ellos brindan alegrías y sabor a cualquier persona que los observe bailar”.

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