Por Daniela Ali Sierra y
Roxana Amaris Mejía
Eran
alrededor de las 9:30 de la mañana, cuando nos encontrábamos en la universidad y recibimos una llamada de nuestro entrevistado, para avisarnos que se encontraba
en su lugar de trabajo, pero no demoraría mucho porque tenía una reunión importante;
en ese momento, partimos hacia nuestro destino, el Colegio Nuevo Técnico de
Santuario.
Nos
encontrábamos sentados bajo un gran árbol de mango, disfrutando de la sombra
que nos brindaba y de la fresca brisa que corría. “Comencemos”, dijimos
nosotras, mientras veíamos el rostro cansado de Ángel de Dios Torres Pereira,
un hombre que siempre ha servido a los jóvenes y a la educación.
Entre
la bulliciosa presencia de los jóvenes alumnos de esta institución, el rostro
de Ángel reflejaba preocupación y angustia; sin embargo, al momento de hablar
trasmitía calma y tranquilidad, al estar ante la presencia de nosotras se
notaba ansioso, movía sus piernas y le sudaban las manos, “¿Qué quieren saber?”,
nos dijo. Él miraba su reloj y nos sonreía, como queriendo decir que el tiempo
corría y debíamos apresurarnos, en ese momento empezó la entrevista.
“Escogí
la educación, porque esta siempre fue mi vocación, ayudar a los jóvenes, en
muchos ámbitos y más que todo en la población de hoy en día que vemos cómo
muchos de ellos se pierden en las drogas y en el vandalismo”, nos decía
mientras miraba a los alumnos caminar a su alrededor. “Hoy en día hay muchos
antivalores, no hay una buena formación en el hogar y yo, como docente y
coordinador de esta institución, trato de cubrir en algo lo que se viene de la
casa”, dijo mientras nos brindaba una sonrisa.
Ángel
De Dios Torres, o como lo llaman normalmente sus alumnos “Ángel”, comenzó a
trabajar como profesor desde muy temprana edad. En su carrera como docente en
el sector oficial, ha trabajado en dos instituciones de la ciudad, el Colegio
Distrital Los Rosales, desde el año 1994 hasta el año 1996, y, desde el año
1997 hasta el día de hoy ha trabajado en el Colegio Nuevo Técnico del
Santuario.
A
sus 49 años, para el señor Ángel ha sido una experiencia enriquecedora el ser
coordinador de dicha institución, para él ha sido una parte fundamental de su
vida, porque su labor ha conseguido sus frutos. “Cuando oriento a mis
estudiantes, me siento feliz, me siento dichoso, yo también fui un joven y uno
muy travieso y esa experiencia de mi bachillerato me ha ayudado en la formación
de mis estudiantes”.
A lo
largo de los años, para él, ayudar a sus estudiantes y guiarlos de la mejor
manera ha sido un gran reto, ya que hoy en día los jóvenes consumen muchas
sustancias psicoactivas para tratar de escapar de su realidad y creen que la
mejor manera para salir de ellas es consumiendo estas sustancias y es algo por
lo que el señor Ángel lucha cada día, para combatir este tipo de problemas en
la juventud.
Finalmente,
cuando ya se acercaba la hora de su reunión, nos dio aviso que tenía que
marcharse, ya que no debía llegar tarde. Por último, dijo: “Yo le aconsejo a
todos los jóvenes que escuchen a sus padres, que escuchen a los mayores y
atiendan las indicaciones e inquietudes de nosotros los docentes que lo hacemos
por su propio bien, porque esta sociedad va cada día de mal en peor”. Con estas últimas palabras, se despidió
dejándonos en claro que, para él, es muy gratificante ayudar a los jóvenes a
tener un mejor futuro.
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