Por Mónica Rodríguez
Los pueblos de nuestro
país, a pesar de que muchos de ellos han sido reconocidos por ser perturbados
por la guerrilla, los que restan, son arrastrados por la “evolución”
y cambios sociales, que hacen que estos olviden aquellos valores que por medio de detalles se
podían observar y que los caracterizaban, es decir, las épocas donde eran
lugares calmados, donde el ambiente era de gentileza, donde fácilmente los
niños podían ser criados al aire libre porque eran cuidados por todos e
interactuaban entre ellos de la mejor forma, sitios donde todos se saludaban y
si no lo conocías, el que estaba al lado te ponía al tanto de quien era la
persona, sin rechazar o tener problema alguno, y donde la juventud se mostraba
unida y sana.
Baranoa: “corazón alegre
del Atlántico”, como bien fue nombrado, era un ejemplo de lo anteriormente
dicho y a pesar de que es uno de los pueblos que ha crecido en su
infraestructura, ha tenido una reversa en su desarrollo social.
Mónica Zarate, baranoera, profesora de la Institución
Educativa Julio Pantoja Maldonado, dice que “a pesar de que Baranoa ha tenido
cambios en su infraestructura comercial a nivel social se ha visto un
detrimento de los valores humanos sobre todo en el núcleo familiar, algo que es
causa de esto es la disfunción de los hogares, la responsabilidad de los padres
de familia, el libertinaje en los jóvenes, el acceso fácil al manejo de medios
tecnológicos que le permiten tener e interpretar información sin mucha
orientación o control sobre el hogar, donde los padres son los primeros
responsables de la formación personal de los jóvenes”.
Los jóvenes del municipio
son incluso la “identidad” de la falta de valores que ha tenido Baranoa, porque
en las instituciones educativas se hace evidente a través de “ el irrespeto con
las personas, con los mayores, su actitud de rebeldía, de agresividad, aumento
del consumo de drogas, la proliferación de la prostitución en niñas de muy
temprana edad, el desinterés en formarse académicamente, la decepción escolar,
la falta de sentido de pertenencia con los sitios públicos del pueblo” como
agrega Mónica Zarate, quien lleva 21 años como docente en el municipio.
Ahora, el panorama es
distinto, el pueblo se ha transformado en una pequeña ciudad, donde el
desarrollo se ha metido por todas partes haciendo un ambiente desesperante y no
tanto agradable: los almacenes parecieron duplicarse, igual que los carros, las
motos y la contaminación, las personas los fines de semana parecen no tener más
opción que comer comida chatarra o ir de rumba ya sea a discotecas o estaderos
que se encuentran en todos los rincones del municipio, los jóvenes no paran de
ver sus celulares, etc.
Luis Navarro, un baranoero que hace 4 años dejó
el pueblo con su familia, dice que al regresar al municipio “a simple vista
Baranoa sigue siendo el llamado corazón alegre del Atlántico y se nota el
desarrollo a nivel comercial, el progreso en la infraestructura, en las calles
pavimentadas, pero igual que en todas las sociedades, la comunidad ha tenido su
deterioro, uno llega acá y le van diciendo que mataron a uno, al otro”.
Ahora bien, en medio de
esta transformación para algunos habitantes negativa, existen personas que aun
le apuestan al municipio, como Carlos Gutiérrez, entrenador del Club de
patinaje del municipio, el cual en el 2014 tiene como meta entrar a la Liga con
toda la normatividad para poder realizar la Liga de Patinaje en Baranoa en compañía
de sus 50 niñas, las cuales se reúnen en el Parque Espejo de agua para poder
practicar.
Según Carlos Gutiérrez, “El
club no solo se preocupa por formar a las 50 niñas de manera deportiva, sino
también de una manera integral, resaltándole los valores para que puedan crecer
de forma humana”.
De igual forma, según la
página oficial de la Alcaldía de Baranoa, “se reunió un grupo de jóvenes entre los 14 y 28 años de edad
con funcionarios de la CRA y la Secretaria de Educación municipal atendiendo la
iniciativa del ministerio de Desarrollo y Medio Ambiente para estimular a la
población juvenil sobre la capacitación en formulación e implementación de
proyectos ambientales en su respectivo municipio” y conformar una Red de
jóvenes ambientalistas, lo que hace que se proyecten nuevos jóvenes
para poder hacer del municipio, un lugar más agradable.
En el municipio se pueden
tomar las ventajas del desarrollo, y lo negativo desecharlo, que si hay más
comercialización, sean negocios sanos y que apunten a un bienestar en común,
pero que no por ellos salgan titulares en los medios de comunicación como:
“Doble homicidio: Asesinan una pareja en Baranoa” o “Los muertos descansarán en
paz en mi pueblo”, haciendo referencia a las palabras del alcalde cuando se dio
cuenta que ya no cambian más cadáveres en el cementerio del municipio, porque
entonces nada se estaría mejorando.
Bibliografía
·
Alcaldía Municipal (2013) JÓVENES DE AMBIENTE. Disponible en
http://www.baranoa-atlantico.gov.com
·
RCN La radio, (2013), “Los muertos descansaran en paz en mi pueblo”, dijo el alcalde de
Baranoa, Atlántico. Disponible en http://www.rcnradio.com
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