A pesar del irradiante
sol que nos acompañaba, a eso de las 11 de la mañana, fue imposible no dejarse
embriagar por el olor, la tranquilidad,
la familiaridad y la geografía del lugar en el que nos encontrábamos. Por momentos,
nos hizo olvidar que estábamos en nuestra amada región caribe, pues a
diferencia de los demás pueblos o municipios del atlántico, Usiacurí,
o el pesebre, como es conocido por muchos, es un municipio del departamento del Atlántico que enamora y seduce a cualquier visitante, por ese ambiente de paz que
se respira por sus calles y por esa amabilidad con que la gente recibe, descubierto
en el año de 1533 por el español Francisco César, este municipio ha tomado auge
a diferencia de los demás pueblos de la región, esa misma que es atropellada
por la corrupción y por violencia que cada vez cobra más fuerza.
“La oficina de turismo queda a la vuelta, en
frente de la iglesia, sigan derecho que no se pierden” nos dijo la señora de la
tienda en la que nos habíamos detenido para tomar algo. Y era cierto, no
duramos más de cinco minutos caminando cuando nos encontramos de frente con la
oficina de turismo, donde amablemente Grace, una mujer alta, de tez morena y de
unos 30 años, aproximadamente, nos recibió con un “buenos días jóvenes, ¿qué se
les ofrece?”.
Luego de haber recibido en detalle toda la información
por parte de Grace Martínez, encargada de la oficina de turismo, iniciamos con
la guía de un mapa nuestro recorrido por algunos de los sitios más representativos del pueblo, comenzamos por la Iglesia, que
lleva el nombre de, Santo Domingo De Guzmán, en honor al primer santo que llegó
a este municipio y, también la llamada Virgen del Tránsito de los cuales los
habitantes son muy devotos, pero con la particular diferencia de que uno es
considerado el santo de los hombres y la otra es considerada la santa de las
mujeres. Una creencia que tiene su mayor expresión, los días 4 y 15 de agosto
de cada año, días en que se realiza una fiesta patronal en honor a ellos. El 4
es la de Santo Domingo de Guzmán y el 15, de la Virgen del Tránsito “cojan por
el lado derecho de la iglesia” nos dijo un trabajador que se encontraba
haciendo unas reparaciones a la infraestructura.
Este pueblo que es uno de los más antiguos de la
costa atlántica, en el año de 1560 fue dado en encomienda a Alonso de Montalvar,
y luego a Nicolás de las Heras de Pantoja. Luego, en el año 1745, fue declarado
oficialmente como corregimiento por el gobierno de Cartagena de Indias, y posteriormente, en el año de 1856 fue elevado
a la categoría de municipio. “el nombre del municipio está formado por la
combinación de los términos, Usía, que significa Señoría y Curí, el nombre del
cacique que habitaba ese lugar. Además,
tiene como sitios turísticos la iglesia del pueblo, el pozo de los
deseos, una reserva natural denominada Luriza y la casa museo del poeta
colombiano Julio Flórez”. Nos contó Hugo Oliveros quién trabaja para la
alcaldía, en el departamento de medio ambiente.
Al salir de las
instalaciones de la alcaldía, nos dirigimos hacia la casa del adulto mayor, donde un grupo de
carismáticos ancianos jugaban dominó, y, que al ver grupo de jóvenes, sobre
todo a las niñas, se emocionaron con nuestra visita, tanto, que no ahorraron por menores para hablar
de la actualidad de ese pueblo que los vio crecer y hacerse viejos “Usiacurí perdió
lo que se llama turismo por culpa de unos alcaldes malintencionados que en un
su paso por aquí, no hicieron nada. Por eso creo que se ha retrocedido a lo que
era hace veinte años, la gente sobrevive porque se dedican a las labores
artesanales. Porque, de resto, aquí no hay más nada que hacer”, nos comenta
Enrique Zárate, mientras pide silencio a sus compañeros, quienes no estaban muy de acuerdo con lo que
decía.
Pero, a pesar de todo, no dejan de destacar lo
que para él y para muchos es lo mejor
que tiene el municipio, que es capital humano con el que cuenta. “Es más, si
usted vuelve a venir aquí, le aseguró que se casa con algún muchacho de acá”,
agrega jocosamente mientras celebra la partida ganada, sin importarle la mirada
atenta de mis compañeras que se reían por la picardía de sus palabras.
El pozo de los deseos, es uno de los sitios que contaba con aguas termales a donde
acudían anualmente cientos de turistas, más que todo enfermos, para tratarse
diversas dolencias en los pozos curativos de aguas sulfídicas, de estos, hoy tratan de rescatar las aguas benéficas, ya que en un pasado se
usaron de modo que se consumó y dejaron de brotar desde el suelo en favor de
los nativos del llamado Pesebre.
La reserva natural denominada Luriza, cuenta con
244 especies de flora y fauna, ubicado a 8 kilómetros del casco urbano del
poblado; un entorno que tiene un contacto directo con la naturaleza, el aire
puro, y un espacio para meditar y relajarse y contemplar cada uno de los
paisajes con los que se enriquece la esencia de una visita al parque.
Usiacurí, es un pueblo tranquilo, donde se
respira un ambiente de paz y tranquilidad, su gente es muy amable y siempre se
muestran prestos a ayudar al prójimo. Además, son personas pacíficas y muy poco
se presentan hechos violentos al interior del municipio. De hecho, hace poco
fueron noticia, debido a que desde hace una década, solo una persona falleció de
homicidio, según lo que comenta la gente, por motivos pasionales. “A veces, se
presenta una que otra riña callejera, pero sin nada que lamentar. De resto, acá
todo transcurre con total serenidad”, nos comentó Hugo.
Dentro de los eventos más importantes que se
hacen en el pueblo, en Semana Santa, como es costumbre, se realiza una gran
variedad de eventos católicos que se desarrollan por todo el pueblo, las
fiestas patronales que son los días 15, 16 y 17 del mes de agosto, en donde
también se reúnen los feligreses del municipio en varios eventos de tipo
religioso y, además, todos los 23 de diciembre de cada año, se hace un pesebre
en vivo, el cual se lleva a cabo al frente de la iglesia y que consiste en
recrear todo el nacimiento del niño Jesús.
Un renglón importante de la economía de la población, es la
artesanía, la cual está representada en tejidos de palma de iraca; los trabajos de este vegetal atraen a los
turistas para comerciar sombreros, carteras, paneras, cestos, portarretratos, muebles y adornos varios. Elvira Cortina Márquez, una habitante del
pueblo, ha dedicado treinta años de su vida a la parte artesanal y nos manifestó
que “esta es una tradición que tiene el municipio, de la cual no solo ella,
sino muchas personas se abastecen de esta, muchos turistas cuando visitan el
municipio quedan encantados con ellas y siempre nos compran para tener un recuerdo de su paso por
aquí”.
Por su parte, Enrique Zarate Bermejo, quien se dedica a la agricultura,
nos cuenta que a pesar de que Usiacurí es un pueblo muy bonito, él considera
que este ha retrocedido a como era hace veinte año atrás, debido a que el
turismo ha decaído y los distintos alcaldes que han pasado por el municipio no
se esmeran por hacer cosas positivas en beneficio de los residentes. Y, por eso
es que, personas como la señora Elvira Cortina, acogen la artesanía como modelo
de vida.
Así mismo, Abraham Manotas Jiménez, otro habitante del municipio, quien
se dedica a la limpieza de los pozos que quedan cerca a la Casa Museo Julio Flórez, al igual que el
señor Enrique, indica el turismo ha decaido y agrega que dichos pozos duraron
alrededor de cuarenta años tapados, por culpa de la falta de acueducto que había.
Sin embargo, de los cuatros que estaban tapados, ya dos han sido habilitados y con
los demás se está en ese proceso.
“Esos pozos duraron tapados casi cuarenta años por la cuestión del
acueducto. Pero, antes de eso, la gente venía a bañarse todos los fines de
semana y siempre estaba lleno. Cuando empezaron a hacer lo del acueducto, los
pozos se taparon y por eso el turismo decayó. Pero, ya se han destapado dos
pozos y con los otros se está en eso”, nos dijo Abraham.
Finalmente, nuestra visita concluyó en la Casa Museo Julio Flórez, un lugar de
esparcimiento y enriquecida con jardines que la hacen más vistosa en el pueblo,
ésta se hizo en honor al poeta colombiano, quien a propósito, vivió allí desde
1910 atraído por las historias de los
poderes curativos de las aguas termales de los pozos, Julio Flórez, llegó padeciendo de dispepsia,
enfermedad relacionada con la secreción de los alimentos y la digestión; vivió en tierra usiacureña sus
últimos años, se casó en esta población, y aun se conservan intactas algunas de las
pertenencias del poeta y sus restos mortales.
Trabajo realizado por los estudiantes Bermúdez
González Yeeldibeth, Bermúdez
Fandiño Juan David, Castro
Nobmann Javier, Rivera
Mendoza Carolain y Sandoval Bonett María Carolina.
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