Por James Arzuza y Camila Arias
Después
de costosos tratamientos para mantener su cabello lacio durante casi ocho años,
Hellen Rivero de León decidió dejar un lado los químicos que mataban su cuero
cabelludo y decidió dejarse su cabellera natural. Los aliceres comenzaron desde
muy temprana edad, a los 12 años, su madre apenas comenzaba su carrera como
estilista, así que aprovechó el cambio de textura en el pelo de su hija para
comenzar con los tediosos tratamientos para tener volvérselo lacio.
Por mi
parte, conozco a Hellen desde la primaria, donde compartimos más que recreos y
trabajos juntas. Cuando llego por primera vez al salón, tenía el cabello muy
largo y rizado, pero eran unos rizos muy bien definidos, como si se tomara el
trabajo de ondular cada uno de ellos; realmente, me pareció un cabello
espectacular.
Después
de un tiempo comenzó a asistir al colegio con su cabello lacio. No le quedaba
mal; incluso, se le veía mucho más largo, a partir de ese momento no volvió a
usar sus rizos.
Actualmente,
es estudiante de Relaciones Internacionales en la Universidad del Norte, octavo
semestre, y hace dos años retomó su pelo rizado para <<sentirse mejor consigo misma>>, como ella misma lo
describe. Su principal motivación a hacerlo, fue cuando comenzó a ayudar, en el
mismo proceso, a una amiga muy cercana a ella: pudo presenciar de cerca cómo
era el cambio del alicer a pelo crespo. Durante todo ese tiempo, hubo muchas
dudas, no sabía cómo reaccionarían sus familiares, sus amigos, compañeros de
clases, su pareja, entre otros.
Nos
recibió con las puertas abiertas en su casa. Nos brindó una agradable tarde,
conversamos. Antes de comenzar las preguntas, intercambiamos sonrisas y anécdotas
de cuando éramos pequeñas; entre risas, decidimos ponernos cómodos en su sofá
dentro de la sala de estar y comenzar con la entrevista.
“Me encanta que escojas este tema, me
emociona mucho que se hable mucho más de la aceptación a nuestras propias
raíces, no tenemos porqué sentirnos avergonzados de ser como somos.”
Durante
mucho tiempo, hemos escuchado la expresión pelo
malo cuando hablamos de un cabello distinto un lacio espectacular, no solo
en Colombia se considera el pelo crespo como poco presentable o despeinado, el
pelo rizado está catalogado como malo hasta
en China, pero esto no es un tema de la modernidad del siglo XXI, llevamos años
avergonzándonos de la raza negra.
En la
vida de Hellen Rivero de León, quien está a las puertas de entrar al mercado
laboral por primera vez, tiene en cuenta la imagen que puede tener su empleador
acerca del cabello rizado, pues en algunas empresas exigen mantener la
cabellera lacio, como, por ejemplo, para ser azafata debes tener siempre el
pelo lacio y recogido para mantener una buena presentación.
“Apliqué a Cancillería, y me da miedo que
de pronto no me aceptaran algunos departamentos, por el cabello, porque a lo
mejor es un requisito tener que llevar el pelo lacio para ir a trabajar, porque
es signo de estar despeinadas o no sé, de que no están bien presentadas.”
La
idea de empezar el proceso de alisado de su cabello, fue, en primer lugar,
porque la textura de su cabello a la edad de 10 a 11 años fue cambiando, sus
rizos ya no estaban tan definidos, se transformó en un rebelde y con mucho mas
frizz, así que su mamá le metió en la cabeza que debía comenzarse a cuidar más
el pelo, y con ello, alisárselo.
Tomar
una decisión, como un cambio en tu cabello, puede parecer muy fácil, pero en
realidad no lo es. Cuando nuestra crespa toma la decisión de retomar sus raíces
onduladas fue en primera estancia, por lo tedioso que es el proceso: “es un tratamiento bastante largo, duraba
unas cinco horas sentada en una silla, me quemaban el cuero cabelludo, estaba
cansada de pasar por lo mismo cada mes.” Una amiga, de ella, que también estaba en la
transición de dejar crecer su pelo natural, comenzó a investigar sobre el
tratamiento que debía darla para poder conseguir sus rizos otra vez. Estuvo de
su lado en todo el cambio, y mientras la ayudaba fue adquiriendo valor para
comenzar su propio proceso.
“Es un proceso difícil, tomar la decisión
no es fácil, estás acostumbrada a un tipo de cabello y ya sabes cómo peinarlo
en un día difícil, pero al cambiar la textura ya es otro tema.”
La
tarde ya era del ayer, se nos había pasado el tiempo volando, en la ventana de
la sala ya no entraba el resplandor propio de cuatro a cinco de la tarde, la
noche se instaló. Hellen es una chica muy inteligente; a mi parecer, muy sabia
también. Nos regaló unas horas de su tiempo para conversar sobre un tema que le
apasiona y que lo ha vivido en su propia piel.
Con
orgullo, porta su nuevo estilo de cabello, se siente libre, orgullosa de sus
genes, no se avergüenza ni se arrepiente de su decisión. De hecho, la ha hecho
una persona con mucha más personalidad.
Le
hicimos una pregunta que es bastante común, queríamos asegurarnos si la
transición de su cabello era parte de la precisión social o más bien de la
comercialización de los pelos crespos, pues durante los últimos años las razas
étnicas han adquirido mucha más fuerza y tienen toda la atención del mercado.
Cuando le hicimos la pregunta, soltó una risa, como dando a entender que ya se
espera esa pregunta, pero muy firme nos dijo: “en mi caso, no fue así. Y no creo que para nadie sea de esa manera, es
un proceso muy difícil, tú lloras y sientes que quieres dejarlo todo, no
terminas aceptándote con tu nuevo cabello, pero es también un proceso muy
lindo, llegas a conocerte y a quererte por cómo eres, no dejas que las
opiniones de otras personas te afecten, te haces mucho más fuerte.”
Le
agradecimos por brindarnos su tiempo, pero ella nos agradeció a nosotros por
regalarle un espacio para dar a conocer un poco más sobre todo el tratamiento,
que realmente no es fácil y nada barato.
Claramente,
queríamos lograr, que el mensaje llegara a otras chicas que estaban indecisas
si comenzar su transición o no, así que le pedimos que les dejara un mensaje de
apoyo para ellas.
“Muchas no se dan la oportunidad de verse
con su pelo con una textura diferente, pero es el mismo ideal que nos han
metido en la cabeza la sociedad que el cabello crespo es feo, así que, para
esas chicas, dense la oportunidad, no será fácil, pero vale mucho la pena.”
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