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viernes, 14 de junio de 2019

Hellen Rivero: el cabello de la libertad


Por James Arzuza  y Camila Arias
Después de costosos tratamientos para mantener su cabello lacio durante casi ocho años, Hellen Rivero de León decidió dejar un lado los químicos que mataban su cuero cabelludo y decidió dejarse su cabellera natural. Los aliceres comenzaron desde muy temprana edad, a los 12 años, su madre apenas comenzaba su carrera como estilista, así que aprovechó el cambio de textura en el pelo de su hija para comenzar con los tediosos tratamientos para tener volvérselo lacio.

Por mi parte, conozco a Hellen desde la primaria, donde compartimos más que recreos y trabajos juntas. Cuando llego por primera vez al salón, tenía el cabello muy largo y rizado, pero eran unos rizos muy bien definidos, como si se tomara el trabajo de ondular cada uno de ellos; realmente, me pareció un cabello espectacular.


Después de un tiempo comenzó a asistir al colegio con su cabello lacio. No le quedaba mal; incluso, se le veía mucho más largo, a partir de ese momento no volvió a usar sus rizos.

Actualmente, es estudiante de Relaciones Internacionales en la Universidad del Norte, octavo semestre, y hace dos años retomó su pelo rizado para <<sentirse mejor consigo misma>>, como ella misma lo describe. Su principal motivación a hacerlo, fue cuando comenzó a ayudar, en el mismo proceso, a una amiga muy cercana a ella: pudo presenciar de cerca cómo era el cambio del alicer a pelo crespo. Durante todo ese tiempo, hubo muchas dudas, no sabía cómo reaccionarían sus familiares, sus amigos, compañeros de clases, su pareja, entre otros.

Nos recibió con las puertas abiertas en su casa. Nos brindó una agradable tarde, conversamos. Antes de comenzar las preguntas, intercambiamos sonrisas y anécdotas de cuando éramos pequeñas; entre risas, decidimos ponernos cómodos en su sofá dentro de la sala de estar y comenzar con la entrevista.

“Me encanta que escojas este tema, me emociona mucho que se hable mucho más de la aceptación a nuestras propias raíces, no tenemos porqué sentirnos avergonzados de ser como somos.”
Durante mucho tiempo, hemos escuchado la expresión pelo malo cuando hablamos de un cabello distinto un lacio espectacular, no solo en Colombia se considera el pelo crespo como poco presentable o despeinado, el pelo rizado está catalogado como malo hasta en China, pero esto no es un tema de la modernidad del siglo XXI, llevamos años avergonzándonos de la raza negra.

En la vida de Hellen Rivero de León, quien está a las puertas de entrar al mercado laboral por primera vez, tiene en cuenta la imagen que puede tener su empleador acerca del cabello rizado, pues en algunas empresas exigen mantener la cabellera lacio, como, por ejemplo, para ser azafata debes tener siempre el pelo lacio y recogido para mantener una buena presentación.

“Apliqué a Cancillería, y me da miedo que de pronto no me aceptaran algunos departamentos, por el cabello, porque a lo mejor es un requisito tener que llevar el pelo lacio para ir a trabajar, porque es signo de estar despeinadas o no sé, de que no están bien presentadas.”

La idea de empezar el proceso de alisado de su cabello, fue, en primer lugar, porque la textura de su cabello a la edad de 10 a 11 años fue cambiando, sus rizos ya no estaban tan definidos, se transformó en un rebelde y con mucho mas frizz, así que su mamá le metió en la cabeza que debía comenzarse a cuidar más el pelo, y con ello, alisárselo.

Tomar una decisión, como un cambio en tu cabello, puede parecer muy fácil, pero en realidad no lo es. Cuando nuestra crespa toma la decisión de retomar sus raíces onduladas fue en primera estancia, por lo tedioso que es el proceso: “es un tratamiento bastante largo, duraba unas cinco horas sentada en una silla, me quemaban el cuero cabelludo, estaba cansada de pasar por lo mismo cada mes.”  Una amiga, de ella, que también estaba en la transición de dejar crecer su pelo natural, comenzó a investigar sobre el tratamiento que debía darla para poder conseguir sus rizos otra vez. Estuvo de su lado en todo el cambio, y mientras la ayudaba fue adquiriendo valor para comenzar su propio proceso.

“Es un proceso difícil, tomar la decisión no es fácil, estás acostumbrada a un tipo de cabello y ya sabes cómo peinarlo en un día difícil, pero al cambiar la textura ya es otro tema.”

La tarde ya era del ayer, se nos había pasado el tiempo volando, en la ventana de la sala ya no entraba el resplandor propio de cuatro a cinco de la tarde, la noche se instaló. Hellen es una chica muy inteligente; a mi parecer, muy sabia también. Nos regaló unas horas de su tiempo para conversar sobre un tema que le apasiona y que lo ha vivido en su propia piel.

Con orgullo, porta su nuevo estilo de cabello, se siente libre, orgullosa de sus genes, no se avergüenza ni se arrepiente de su decisión. De hecho, la ha hecho una persona con mucha más personalidad.

Le hicimos una pregunta que es bastante común, queríamos asegurarnos si la transición de su cabello era parte de la precisión social o más bien de la comercialización de los pelos crespos, pues durante los últimos años las razas étnicas han adquirido mucha más fuerza y tienen toda la atención del mercado. Cuando le hicimos la pregunta, soltó una risa, como dando a entender que ya se espera esa pregunta, pero muy firme nos dijo: “en mi caso, no fue así. Y no creo que para nadie sea de esa manera, es un proceso muy difícil, tú lloras y sientes que quieres dejarlo todo, no terminas aceptándote con tu nuevo cabello, pero es también un proceso muy lindo, llegas a conocerte y a quererte por cómo eres, no dejas que las opiniones de otras personas te afecten, te haces mucho más fuerte.”

Le agradecimos por brindarnos su tiempo, pero ella nos agradeció a nosotros por regalarle un espacio para dar a conocer un poco más sobre todo el tratamiento, que realmente no es fácil y nada barato.

Claramente, queríamos lograr, que el mensaje llegara a otras chicas que estaban indecisas si comenzar su transición o no, así que le pedimos que les dejara un mensaje de apoyo para ellas.

“Muchas no se dan la oportunidad de verse con su pelo con una textura diferente, pero es el mismo ideal que nos han metido en la cabeza la sociedad que el cabello crespo es feo, así que, para esas chicas, dense la oportunidad, no será fácil, pero vale mucho la pena.”

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