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martes, 11 de junio de 2019

Oriana Fábregas: Esfuerzo y dedicación, pilares para alcanzar los objetivos


Por: Miguel Algarin y Natalia Benitorevollo
Eran las 12:10 del mediodía, cuando, por fin, salí de mi parcial de inglés, primera vez que sentí que me había ido bien, porque fui uno de los últimos en salir y me dediqué a tratar de descifrar cada pregunta. Apenas dejé el salón y bajaba las escaleras del bloque de mi universidad, comencé a llamar a mi compañera de entrevista Natalia Benitorevollo, quien sería mi compañera de trabajo. Nos encontramos y salimos rumbo a la cita con nuestra figura a entrevistar, Oriana Fábregas. Aunque, en realidad, escogimos el peor día para entrevistarla, justo hoy se iba de viaje para Medellín con su familia, por lo que debíamos aprovechar al máximo el tiempo, y, como si fuera poco, el vuelo salía a las 3:50 de la tarde.

Llegamos, luego de mucho tráfico, a su casa, donde nos recibe con un abrazo efusivo, reafirmando que así era como la recordaba. Entonces, ¿quién es ella? Oriana es una chica que conocí en mi escuela cuando tenía 12-13 años. Estábamos en el mismo salón de clase, lo que nos llevó a convertirnos en muy buenos amigos. No obstante, en primaria, cuarto grado para ser exactos, ella era una persona muy peleonera. Nos cuenta con una expresión sonriente que cambia a una tristeza profunda cuando plasma la razón del porqué tenía esa actitud; “se burlaban de mí en el colegio por ser un poco más gruesecita que mis compañeras”. Por esa razón, no tenía casi amigos, lo que se me hacía preocupante, así que, desde esa vez, me empecé a juntar con ella para alivianar esa soledad.
 A medida que pasó el tiempo, empezamos a crecer y estando en 11 grado, nos convertimos en muy buenos amigos, aunque eso no era suficiente para opacar las miradas de burla y vergüenza que le mandaban muchas personas, debido a su cuerpo. Como ella lo admite, estaba en sobrepeso y, obviamente, se notaba, más que todo en la forma en cómo le quedaba el uniforme de la promoción. Varias veces hubo episodios donde ella se molestaba consigo misma a raíz de los malos comentarios que llegaban a sus oídos indirectamente, pues quienes hacían dichos señalamientos “no eran capaces de decirlos en su cara”, sino a sus espaldas; luego de esas situaciones, ella trataba de seguir siendo esa niña alegre y sonriente, como lo es aún, al pasar de los años.
Mi compañera Natalia se ve conmovida por la forma en cómo Oriana nos va contando poco a poco los períodos de “bullying” que tuvo que atravesar; a pesar de que estuviéramos en el mismo colegio, no siempre nos enterábamos de todo lo que le ocurría a ella. No solo sufría insultos o burlas de forma personal sino también virtual, a través de las redes sociales.  
Su mascota se nos une a la charla, a la par que se acerca su mamá mostrando una cálida sonrisa a brindarnos unos vasos con agua y mucho hielo debido al calor que estaba haciendo, para luego continuar con su labor de ultimar detalles del viaje, no sin antes darle un beso en la parte superior de la cabeza a su hija.
Gracias a ese gesto vimos que sus padres la aman. Ella nos comenzó a contar en cómo sus papás fueron un apoyo para ella, motivándola a salir adelante y cumplir todos sus sueños con ese gran corazón que la caracterizaba, pese a todas esas inseguridades que la rodeaban. Oriana es muy apasionada a la moda y al estilo, lo cual se puede ver a simple vista, tiene un gusto fascinante por la ropa, pero que no podía explotar por no sentirse cómoda con su cuerpo. Tan grande era esa inseguridad que “no me gustaba tomarme fotos con tal de no mostrar lo gordita que me veía”. Actualmente, eso ha quedado en el pasado, no le da vergüenza mostrarse.
Su transformación se dio cuando terminó el colegio, donde una de sus metas era bajar de peso hasta el punto de sentirse como quería, comenzó a comer sano, a hacer ejercicio de manera rigurosa. Cambió poco a poco sus malos hábitos alimenticios; paulatinamente, los resultados se hacían notar llevándola al punto de mayor comodidad que sentía como está hoy día, conservando aun el cuidado para no caer en ese agujero “no como dulces constantemente, pero me doy mis gustos de vez en cuando. No fue un cambio solo por estética sino por mi salud, eso es lo más importante y seguiré cuidándome porque soy una mujer capaz de grandes cosas y voy a lograr todo lo que deseo.”

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