Eran las 12:10 del
mediodía, cuando, por fin, salí de mi parcial de inglés, primera vez que sentí
que me había ido bien, porque fui uno de los últimos en salir y me dediqué a
tratar de descifrar cada pregunta. Apenas dejé el salón y bajaba las escaleras
del bloque de mi universidad, comencé a llamar a mi compañera de entrevista
Natalia Benitorevollo, quien sería mi compañera de trabajo. Nos encontramos y
salimos rumbo a la cita con nuestra figura a entrevistar, Oriana Fábregas. Aunque,
en realidad, escogimos el peor día para entrevistarla, justo hoy se iba de
viaje para Medellín con su familia, por lo que debíamos aprovechar al máximo el
tiempo, y, como si fuera poco, el vuelo salía a las 3:50 de la tarde.
Llegamos, luego de
mucho tráfico, a su casa, donde nos recibe con un abrazo efusivo, reafirmando
que así era como la recordaba. Entonces, ¿quién es ella? Oriana es una chica
que conocí en mi escuela cuando tenía 12-13 años. Estábamos en el mismo salón
de clase, lo que nos llevó a convertirnos en muy buenos amigos. No obstante, en
primaria, cuarto grado para ser exactos, ella era una persona muy peleonera. Nos
cuenta con una expresión sonriente que cambia a una tristeza profunda cuando plasma
la razón del porqué tenía esa actitud; “se burlaban de mí en el colegio por ser
un poco más gruesecita que mis compañeras”. Por esa razón, no tenía casi amigos,
lo que se me hacía preocupante, así que, desde esa vez, me empecé a juntar con
ella para alivianar esa soledad.

Mi compañera Natalia se
ve conmovida por la forma en cómo Oriana nos va contando poco a poco los períodos
de “bullying” que tuvo que atravesar;
a pesar de que estuviéramos en el mismo colegio, no siempre nos enterábamos de
todo lo que le ocurría a ella. No solo sufría insultos o burlas de forma
personal sino también virtual, a través de las redes sociales.
Su mascota se nos une a
la charla, a la par que se acerca su mamá mostrando una cálida sonrisa a
brindarnos unos vasos con agua y mucho hielo debido al calor que estaba
haciendo, para luego continuar con su labor de ultimar detalles del viaje, no
sin antes darle un beso en la parte superior de la cabeza a su hija.


No hay comentarios:
Publicar un comentario