Daniel Celedón, un grande del folclor vallenato

Por: Angie Saballeth

Daniel Celedon, músico nacido en Villanueva, La Guajira, a lo largo de su carrera artística ha logrado posesionarse como unos de los pioneros del vallenato, dando a conocer lo mejor de sus dotes como intérprete y compositor.

Con sus características raíces guajiras este grande del folclor, con una calidad y sencillez única, ha logrado que algunas de sus composiciones sean escuchadas por todo el mundo, como “Mujer marchita”, que le grabó Jorge Oñate que, incluso, ha sido traducida al ruso y alemán.

A la edad de 20 años, se traslado a la ciudad de Barranquilla, donde aún reside, en la que se graduó como abogado de la Universidad Libre, la cual nunca ejerció, ya que rápidamente el folclor lo conquisto cantando en diversas fiestas y que se convertiría en un pionero del vallenato.

¿De quién recibió este apoyo que lo impulsó a cantar desde muy joven?

De todos, uno necesita que las personas lo estimulen, yo nací en Villanueva, al sur de La Guajira, que es un pueblo donde la música se da, puesto que hay muchos músicos y, bueno, ya empezaba uno a frecuentar las parrandas. Había unas personas que nos servían de ejemplo, grandes, el papá de los hermanos Zuleta, los mismos hermanos Zuleta, El Turco Gil, Beto Murgas, los hermanos Romero, incluyendo a Iván Romero a todas esas personas, hay muchas familias musicales y uno lo va tomando como un ejemplo, se va motivando, cuidando el bachillerato. Había tertulias, un comportamiento más literario, más de fondo y eso nos estimuló hacer nuevas personas, diferente, tal vez a tomar una personalidad como artista. 

En el vallenato convergen algunos aspectos diferentes como las narrativas, costumbristas, románticas... ¿En qué genero se basan más sus canciones?

Yo fui cultivando diferentes géneros y uno de ellos, que no ha sido tan cultivado, es la canción social, algo que se llaman canción protesta o de compromiso, también son más que todo canciones sociales de denuncias, ese es un género que he cultivado junto con Arnodoldo Marín, hemos sido los dos más destacados en eso, a mi modo de ver, tiene unas connotaciones muy diferentes en el sentido de que hay algunos ponentes de esa música de nivel internacional que no solamente protestan si no que también te meten un poco más allá en las cosas, nos invitan con sus versos fuertes , no creo que tengo tanto, pero con las canciones que hago dejo ver y pensar.

Claramente, una muy conocida es la composición “Mujer marchita” ¿Qué nos puede decir de esta?

Este tema me lo grabó Jorge Oñate. Cuando yo estoy cantando en un escenario y no la he cantado la gente se me acerca y me la pide, igual que Lavandera, es un tema que ha sido traducido al ruso. Yo, en la Unión Soviética, la canté en la Plaza Roja de Moscú; en otras partes, inclusive, recibí un premio por eso, hace bastante tiempo, pero ha sido una canción afortunada por ese corte social, jala mucho porque te están contando calamidades, están denunciando tal vez o lamentando. Cuando yo digo “contame dónde está lo alegre de tu triste vida”,  yo nunca desde niño me comí el cuento de que las mujeres eran de vida alegre porque nacían así, ya esas son cuestiones anatómicamente de que las mujeres nazcan con unas enfermedades, pero no es la mujer socialmente discriminada y que tiene que prostituirse porque nació y le gusta acostarse con un borracho a las tres de la madrugada para que le de cien mil pesos, nunca me comí ese cuento y la gente le gusta eso; por eso, es que me la piden con tanta frecuencia.

¿Qué opinión tiene acerca del nuevo género que surgió del vallenato llamado la “nueva ola”?

Bueno las cosas tienen que evolucionar. La dialéctica ha tomado un giro distinto. Se paso de un lado para otro, digamos que muy rápidamente, sin quemarse algunas etapas que debían quemarse y estamos casi que al frente de otro fenómeno porque parece que del punto de vista rítmico el vallenato son  cuatro corrientes musicales o cuatro ritmos que son: el paseo, el merengue, tola y tolillo y, a veces, tú escuchas una música de esta rapidita sabrosa, que son música de escenario y parece que no se ajustara mucho a los cuatro ritmos; a veces, cree uno que están en un distinto ritmo que hay que ver si son hijos de estos cuatro que pertenecen a nosotros, eso es como cuando uno tiene cinco hijos bien y otro que sale “mongólico” es hijo de uno también.

En cuanto a su sobrino Jorgito Celedón ¿Cómo cree que maneja estos ritmos?

Mi sobrino Jorgito tiene una particularidad: está presentando en el escenario un conjunto bien moderno con todos los ingredientes del caso; sin embargo, no se ha salido mucho del vallenato tradicional. Fíjense que “Parranda en el cafetal”, esencialmente, es merengue y aquel tema “Ay, ombe” y lo pegó la macason del bajo es diferente.

A veces, uno dice esta música, que es tan alegre, hace que la gente se enardezca y, de pronto, los mismos cantantes o compositores las quieren cantar, como esta de Escalona; “adiós morenita te vas a quedar muy sola porque anoche dijo el radio…”  que tienen cincuenta años de vigencia, por su esencia y ritmo.

¿Qué consejos les daría a estos nuevos artistas que se proclaman en este género?

Yo, con esto, estoy es invitándolos a ellos que vallan lentamente tomando esa iniciativa. Ellos cantan bien, tienen la juventud y pueden hacer canciones que tengan un poco más de transcendencia, que la letra tengas más cosillas si a caso una narrativa bien hecha, pero no solo eso que le va a dar alegría y que ya a la vuelta de la esquina ya no trascienden, no solo eso: se debe cantar, creo que tenemos que hacer canciones que tengan un poco más de profundidad, que también estamos frente a otros ritmos, otros variedades musicales y si el vallenato se ha internacionalizado tanto que tenemos que competir con todos esos géneros musicales.

¿Está en sus proyectos volver a grabar a dúo con su sobrino como esa primera conocida como “Drama provinciano”?

Si hay un proyecto, el año pasado él cumplió diez años de vida artística y me invitaron al canal de Venevisión en Venezuela, a un programa con el público, muy bonito, cantamos canciones mías, pero eso fue un dúo muy momentáneo, es posible que en el próximo trabajo de él o mío hagamos algo, hay muchas personas que quieren; inclusive nos quieren contratar el grupo de él y el mío  para que cantemos nuevamente ese tema, ya le queda muy difícil porque ya no es un niño; sin embargo, vamos a ver si hacemos un dúo.