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jueves, 18 de abril de 2013

EL PADRE DEL SARCASMO, JAVIER FRANCO A.

Por: Jeniffer Pallares.

Javier Franco Altamar nació en Barranquilla el 30 de octubre de 1963. Es comunicador social-periodista de la Universidad Autónoma del Caribe (1986), y  Magíster en Comunicación de la Universidad del Norte.

Está vinculado a la Casa editorial El Tiempo desde marzo de 1995 como corresponsal del diario El Tiempo (la mayor parte en Barranquilla, pero con una temporada de dos años en Cartagena) con énfasis en la actividad económica y agropecuaria, y, actualmente, es redactor base del diario gratuito ADN en Barranquilla, de la misma casa editorial.


Es docente de periodismo  narrativo en la Universidad del Norte de Barranquilla; de Oratoria y Construcción textual en la Corporación Universitaria de la Costa (CUC) también de Barranquilla; ha sido catedrático también en la Universidad Autónoma del Caribe (Barranquilla) y Jorge Tadeo Lozano (Cartagena); y ha dictados talleres de periodismo y expresión escrita a nivel regional y local.

P: ¿En qué momento el periodismo comienza a gustarle y a convertirse en parte de su vida?

R: Yo tengo para eso dos respuestas: una primera, que es la que yo creo, y una segunda es la que creen mis amigos. La que yo creo es que cuando yo tenía diecisiete años, estaba recién graduado del colegio, me sometí a un cuestionario del Icfes, un cuestionario que llevaban al colegio para saber cuál era mi vocación; entonces, ahí detectaron que yo era muy bueno para las humanidades y para el tema de la lengua, del castellano, que eran mis habilidades; entonces tenía que coger una carrera que tenía que ver con eso, teníaque ser filosofía, historia, todo los que sabemos de Humanidades y, pues, yo no sabía que estudiar y pues me sometí a una búsqueda, que no era tan fácil como ahora. Ustedes se meten en internet y encuentran todo, pero a mí no, a mí me tocó hacer una serie de vueltas del Iicfes, mirar las libretonas de las carreras y descubrí una que se llama Comunicación Social, me pareció que esa era la adecuada y me di cuenta que se podía estudiar en la Universidad Autónoma del Caribe y, mientras que la fui estudiando,me di cuenta que lo mío era el Periodismo, fue ahí donde me di cuenta. Eso es lo que yo entiendo que pasó conmigo. Sin embargo, mis amigos del bachillerato, y les preguntó por qué soy comunicados y ellos cinco son contadores, que si no fui yo el que se desvió; entonces, ellos dices que no, porque yo desde el principio, que tenía 10 o 11 años, era el que hacía los libretos, las carteleras, los discursos; o sea, ellos se dieron cuenta que era periodista mucho antes de comenzar a estudiar, para mi comenzó cuando tenía 17 años , para ellos cuando tenía once o doce. Esa es la doble respuesta.   


P: Usted tiene 17 años haciendo parte de la casa editorial El Tiempo, ¿cómo es la dinamia de su trabajo?

R: La dinámica aquí es: uno propone un tema y la discute con el editor. Muchas veces, el editor es quien lo sugiere y uno lo acata, y, pues, dependiendo de eso uno lo discute y negocia.

P: Cuando a usted le gusta un tema, ¿cómo lo realiza?

R: Cuando a mí me gusta un tema, quiero hacer de eso un entrevista, una crónica, un reportaje y lo propongo, lo planteo en el consejo de redacción, y el editor lo acepta, acata, lo corrige, lo mira, pero se negocia con él. Pero a veces el tema es de él y uno lo acepta.

P: ¿Alguna anécdota que lo hayan marcado durante ese periodo?

R:¡¿Una anécdota?! Lo que pasa es que tantos años en el periodismo, contarte una anécdota que me haya marcado. Yo en una época cubrí crónica roja; o sea, del año ochenta y nueve al noventa y uno, más o menos y uno se encuentra con muchas cosas que lo impresionan: por ejemplo, yo cubrí un accidente de un avión que cayó, en el año noventa, por allá, pues eso para mi fue impresionante, al momento de buscar información, pasé por encima de carabera, eso impresiona, también impresiona que uno vaya a cubrir un hecho de sangre y termine hablando con la viuda, y la viuda está embarazada y dentro de su dolor va y busca una foto, esas cosas impresiona.

P: Sabemos que usted es columnista, muchos lectores, especialmente del periódico ADN comentan que sus columnas siempre tienen un toque crítico, ¿por qué?

R: Así es, son sarcásticas. A mí una vez un amigo que se llama Fausto Pérez, que es cronista también, me dijo que yo era el padre del sarcasmos (risa). A mi me gusta el sarcasmo porque desafía la inteligencia, o sea yo en vez de decirle a alguien, que considero que está mal, lo que hago es estimularle la imaginación, con el sarcasmo. Es que el sarcasmo tiene la habilidad de estimular la imaginación. Pero mi interés fundamental, es llegar a lograr un cambio en la mentalidad de la gente, y, pues, hago que las personas caigan en cuenta de la situación que les planteo en la columna.

Así paso con la columna de las encuestas, eso es para que la gente caiga en cuenta, que, en el fondo, son una manipulación, puede ser que haya una intensión del entrevistador, porque es que la hay, pero el cuento es que uno no sabe qué hace el encuestador con los talonarios, si los llena el mismo o que, yo sé cómo funciona todo esto y sé que uno atrás de los medios pueden dar la idea de que los temas importantes son estos y no otros. Uno lo que tiene en su cabeza son siete temas y, pues, cuando se le da importancia a uno, el otro se va desplazando, y lo quietas de la agenda y lo haces olvidar, eso pasando con el cuento de ÁlvaroUribe Vélez, osea, por cuenta de lo que se ate en contra de Santos, se olvidan de las cosas que hizo Uribe durante su mandato y ya están olvidadas porque están desplazada por otro tema, como el tratado de paz, entre otros y desplazan el tema de agroingresos seguros, de los falsos dispositivos.

P: A propósito que toco el tema, ¿cómo califica el mandato del presidente Juan Manuel Santos?

R: Cuando uno va a opinar acerca de un mandato no puede irse a la ligera; o sea, uno tiene que tener unos puntos que digan que un mandatario es bueno o mal, pues hay ítem en el que les va bien y en otros que le vaya mal, y, pues, respecto a eso podemos decir si el man da su esfuerzo y se las juega como el piensa, pues por algo lo eligieron. Yo no me atrevería de calificar el gobierno de Santos por encimita, él hace cosas interesantes, hay unas buenas, otras malas, pero no me atrevería a calificas su mandato.

P: Actualmente, está el tema del tratado de paz, ¿qué piensa de eso?

R: Vea, yo creo y así creerán muchos colombianos que el asunto para llegar a tener paz, entendida como un acercamiento para que cese la violencia, pienso que es una salida buena y pues uno negocia con el enemigo, no con el amigo. Pero a mí me parece que jugársela con el hecho de que negociemos sin que haya fuego, me parece una buena idea porque así uno tiene tanto para bien como para mal, o sea ellos dirán, mientras dialogan haya, nosotros nos damos acá, pero es porque ambas partes quieren mostrarse fuertes.
 
P: Cambiando de tema, como periodista, ¿qué opina usted sobre el legado que dejo Ernesto Mccausland?

R: Ernesto Mccausland, yo lo conocí en el año ochenta y dos, porque yo en la Universidad Autónoma del Caribe cree un grupo cultural que se llamaba Los K, conformado por cinco compañeros y, pues, trataba de hacer actividades diferentes, generar espacios distintos de divulgación, teníamos carteleras que publicábamos cada semana con las actividades que se iban a realizar, y, pues, una de esas fue que organizamos, en ese entonces, en el teatro Uniautonoma, una conferencia con la unidad investigativa de El Heraldo, que estaba conformado por,Ernesto Mccausland y cuatro más, pero él fue el único que se presentó. Y, pues,él era cronista de la costa, solo de la costa, y, pues, para mi deja un gran legado, y todo costeño que quiera ser cronista, tiene que leerlo a Mccausland.

P: Y para finalizar, ¿quién es Javier Franco Altamar?

R: Autodefinirme, creo que soy inteligente (risa), he aprendido a madurar y a veces siento que me voy a volver loco en el sentido en que veo los fenómenos de una manera diferente a los demás.

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