Por: Jeniffer Pallares. |
Javier Franco Altamar nació en Barranquilla
el 30 de octubre de 1963. Es comunicador social-periodista de la Universidad
Autónoma del Caribe (1986), y Magíster
en Comunicación de la Universidad del Norte.
Está vinculado a la Casa editorial El Tiempo
desde marzo de 1995 como corresponsal del diario El Tiempo (la mayor parte en
Barranquilla, pero con una temporada de dos años en Cartagena) con énfasis en
la actividad económica y agropecuaria, y, actualmente, es redactor base del
diario gratuito ADN en Barranquilla, de la misma casa editorial.
Es docente de periodismo narrativo en la Universidad del Norte de
Barranquilla; de Oratoria y Construcción textual en la Corporación
Universitaria de la Costa (CUC) también de Barranquilla; ha sido catedrático
también en la Universidad Autónoma del Caribe (Barranquilla) y Jorge Tadeo
Lozano (Cartagena); y ha dictados talleres de periodismo y expresión escrita a
nivel regional y local.
P: ¿En qué momento el periodismo comienza a
gustarle y a convertirse en parte de su vida?
R: Yo tengo para eso dos respuestas: una
primera, que es la que yo creo, y una segunda es la que creen mis amigos. La
que yo creo es que cuando yo tenía diecisiete años, estaba recién graduado del
colegio, me sometí a un cuestionario del Icfes, un cuestionario que llevaban al
colegio para saber cuál era mi vocación; entonces, ahí detectaron que yo era
muy bueno para las humanidades y para el tema de la lengua, del castellano, que
eran mis habilidades; entonces tenía que coger una carrera que tenía que ver
con eso, teníaque ser filosofía, historia, todo los que sabemos de Humanidades
y, pues, yo no sabía que estudiar y pues me sometí a una búsqueda, que no era
tan fácil como ahora. Ustedes se meten en internet y encuentran todo, pero a mí
no, a mí me tocó hacer una serie de vueltas del Iicfes, mirar las libretonas de
las carreras y descubrí una que se llama Comunicación Social, me pareció que
esa era la adecuada y me di cuenta que se podía estudiar en la Universidad Autónoma
del Caribe y, mientras que la fui estudiando,me di cuenta que lo mío era el Periodismo,
fue ahí donde me di cuenta. Eso es lo que yo entiendo que pasó conmigo. Sin
embargo, mis amigos del bachillerato, y les preguntó por qué soy comunicados y
ellos cinco son contadores, que si no fui yo el que se desvió; entonces, ellos
dices que no, porque yo desde el principio, que tenía 10 o 11 años, era el que
hacía los libretos, las carteleras, los discursos; o sea, ellos se dieron
cuenta que era periodista mucho antes de comenzar a estudiar, para mi comenzó
cuando tenía 17 años , para ellos cuando tenía once o doce. Esa es la doble
respuesta.
P: Usted tiene 17 años haciendo parte de la
casa editorial El Tiempo, ¿cómo es la dinamia de su trabajo?
R: La dinámica aquí es: uno propone un tema y
la discute con el editor. Muchas veces, el editor es quien lo sugiere y uno lo
acata, y, pues, dependiendo de eso uno lo discute y negocia.
P: Cuando a usted le gusta un tema, ¿cómo lo
realiza?
R: Cuando a mí me gusta un tema, quiero hacer
de eso un entrevista, una crónica, un reportaje y lo propongo, lo planteo en el
consejo de redacción, y el editor lo acepta, acata, lo corrige, lo mira, pero
se negocia con él. Pero a veces el tema es de él y uno lo acepta.
P: ¿Alguna anécdota que lo hayan marcado
durante ese periodo?
R:¡¿Una anécdota?! Lo que pasa es que tantos
años en el periodismo, contarte una anécdota que me haya marcado. Yo en una
época cubrí crónica roja; o sea, del año ochenta y nueve al noventa y uno, más
o menos y uno se encuentra con muchas cosas que lo impresionan: por ejemplo, yo
cubrí un accidente de un avión que cayó, en el año noventa, por allá, pues eso
para mi fue impresionante, al momento de buscar información, pasé por encima de
carabera, eso impresiona, también impresiona que uno vaya a cubrir un hecho de
sangre y termine hablando con la viuda, y la viuda está embarazada y dentro de
su dolor va y busca una foto, esas cosas impresiona.
P: Sabemos que usted es columnista, muchos
lectores, especialmente del periódico ADN comentan que sus columnas siempre
tienen un toque crítico, ¿por qué?
R: Así es, son sarcásticas. A mí una vez un
amigo que se llama Fausto Pérez, que es cronista también, me dijo que yo era el
padre del sarcasmos (risa). A mi me gusta el sarcasmo porque desafía la
inteligencia, o sea yo en vez de decirle a alguien, que considero que está mal,
lo que hago es estimularle la imaginación, con el sarcasmo. Es que el sarcasmo
tiene la habilidad de estimular la imaginación. Pero mi interés fundamental, es
llegar a lograr un cambio en la mentalidad de la gente, y, pues, hago que las
personas caigan en cuenta de la situación que les planteo en la columna.
Así paso con la columna de las encuestas, eso
es para que la gente caiga en cuenta, que, en el fondo, son una manipulación,
puede ser que haya una intensión del entrevistador, porque es que la hay, pero
el cuento es que uno no sabe qué hace el encuestador con los talonarios, si los
llena el mismo o que, yo sé cómo funciona todo esto y sé que uno atrás de los
medios pueden dar la idea de que los temas importantes son estos y no otros.
Uno lo que tiene en su cabeza son siete temas y, pues, cuando se le da
importancia a uno, el otro se va desplazando, y lo quietas de la agenda y lo
haces olvidar, eso pasando con el cuento de ÁlvaroUribe Vélez, osea, por cuenta
de lo que se ate en contra de Santos, se olvidan de las cosas que hizo Uribe
durante su mandato y ya están olvidadas porque están desplazada por otro tema,
como el tratado de paz, entre otros y desplazan el tema de agroingresos
seguros, de los falsos dispositivos.
P: A propósito que toco el tema, ¿cómo califica
el mandato del presidente Juan Manuel Santos?
R: Cuando uno va a opinar acerca de un
mandato no puede irse a la ligera; o sea, uno tiene que tener unos puntos que
digan que un mandatario es bueno o mal, pues hay ítem en el que les va bien y
en otros que le vaya mal, y, pues, respecto a eso podemos decir si el man da su
esfuerzo y se las juega como el piensa, pues por algo lo eligieron. Yo no me
atrevería de calificar el gobierno de Santos por encimita, él hace cosas
interesantes, hay unas buenas, otras malas, pero no me atrevería a calificas su
mandato.
P: Actualmente, está el tema del tratado de
paz, ¿qué piensa de eso?
R: Vea, yo creo y así creerán muchos
colombianos que el asunto para llegar a tener paz, entendida como un
acercamiento para que cese la violencia, pienso que es una salida buena y pues
uno negocia con el enemigo, no con el amigo. Pero a mí me parece que jugársela
con el hecho de que negociemos sin que haya fuego, me parece una buena idea
porque así uno tiene tanto para bien como para mal, o sea ellos dirán, mientras
dialogan haya, nosotros nos damos acá, pero es porque ambas partes quieren
mostrarse fuertes.
P: Cambiando de tema, como periodista, ¿qué
opina usted sobre el legado que dejo Ernesto Mccausland?
R: Ernesto Mccausland, yo lo conocí en el año
ochenta y dos, porque yo en la Universidad Autónoma del Caribe cree un grupo
cultural que se llamaba Los K, conformado por cinco compañeros y, pues, trataba
de hacer actividades diferentes, generar espacios distintos de divulgación,
teníamos carteleras que publicábamos cada semana con las actividades que se
iban a realizar, y, pues, una de esas fue que organizamos, en ese entonces, en
el teatro Uniautonoma, una conferencia con la unidad investigativa de El Heraldo,
que estaba conformado por,Ernesto Mccausland y cuatro más, pero él fue el único
que se presentó. Y, pues,él era cronista de la costa, solo de la costa, y, pues,
para mi deja un gran legado, y todo costeño que quiera ser cronista, tiene que
leerlo a Mccausland.
P: Y para finalizar, ¿quién es Javier Franco
Altamar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario